La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una enfermedad frecuente, prevenible, tratable, que se caracteriza por síntomas respiratorios y limitación persistente al flujo aéreo que se deben a anomalías de las vías respiratorias o alveolares causadas generalmente por exposición importante de partículas o gases nocivos….
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una enfermedad frecuente, prevenible, tratable, que se caracteriza por síntomas respiratorios y limitación persistente al flujo aéreo que se deben a anomalías de las vías respiratorias o alveolares causadas generalmente por exposición importante de partículas o gases nocivos. No obstante, a medida que la EPOC avanza, son más frecuentes las exacerbaciones, produciendo un deterioro de la función pulmonar del paciente EPOC, explica la doctora Susanna Montesinos, del equipo de Atención Primaria del Dr. Gasol, en Premià del Mar (Barcelona).
“Así mismo, estas crisis son una causa frecuente de hospitalización, y aproximadamente un 30 % de los pacientes que ingresan por una exacerbación sufrirán un reingreso hospitalario”, asegura la especialista. “Para disminuir este porcentaje, es importante que existan programas de seguimiento de los pacientes tras el alta hospitalario, y ahí la Atención Primaria juega un papel primordial”.
La agudización en la EPOC se define como un empeoramiento agudo y mantenido de los síntomas respiratorios. Puede estar desencadenado por múltiples causas, y se caracteriza por el aumento de la inflamación de las vías respiratorias y por la presencia de atrapamiento aéreo. Esto condiciona el aumento de la disnea, la inestabilidad clínica, el incremento del volumen del esputo o cambios en su coloración y requerimiento de medicación adicional.
Causa de los reingresos
Los reingresos hospitalarios pueden ocurrir por exacerbaciones de la propia EPOC, fundamentalmente de causa bacteriana, pero también por la aparición de enfermedades cardiovasculares no presentes previamente, indica el doctor José Martín Cebollada, del Consultorio de Sant Pol de Mar, en Barcelona. Entre las enfermedades cardiovasculares más frecuentes que producen exacerbaciones EPOC son, la cardiopatía isquémica, la insuficiencia cardíaca, el ictus y la hipertensión pulmonar. “Las personas con EPOC tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares debido a los factores de riesgo compartidos y a los cambios inflamatorios y sistémicos asociados con la EPOC. Cuando una persona con EPOC experimenta el debut de una enfermedad cardiovascular, puede presentar complicaciones graves y requerir hospitalización adicional”, dice el especialista. Lo cierto es que diversos estudios han demostrado una mayor incidencia de eventos cardiovasculares en pacientes EPOC tras una exacerbación, incluyendo infartos agudos de miocardio. Según argumenta el doctor Cebollada, se ha evidenciado que existe una asociación con aumento del valor de troponina y del recuento de neutrófilos en plasma, por lo que se cree que una respuesta exagerada propia de la exacerbación podría predisponer al infarto.Deterioro de la fuerza muscular
Por otro lado, hay que tener presente que los reingresos se asocian con frecuencia al deterioro de la fuerza muscular del paciente, indica la doctora Imma Falcón, del CAP Rambla en Terrassa (Barcelona). “La disfunción musculoesquelética tiene su origen en múltiples factores: inactividad física, hipoxemia, inflamación sistémica, corticoterapia y la malnutrición. Y esta disfunción muscular en las extremidades es una consecuencia sistémica relevante en la EPOC y afecta a los grupos musculares ventilatorios y no ventilatorios”, destaca. Por tanto, se trata de una comorbilidad muy importante que se asocia a una mala calidad de vida y reducción de la supervivencia, siendo el resultado de una combinación de alteraciones funcionales y metabólicas que conducen al trabajo muscular subóptimo. “En estos casos es recomendable una rehabilitación lo más temprana posible”, concluye. Para la doctora Anna Ramon, del CAP 17 de Setembre, en El Prat de LLobregat, Barcelona, es esencial prevenir el deterioro de la fuerza muscular y reducir los reingresos hospitalarios. “Para ello, es fundamental implementar intervenciones adecuadas que pueden incluir programas de movilización temprana, terapia física y rehabilitación, ejercicio supervisado y nutrición adecuada. Además, se deben proporcionar estrategias de educación al paciente y su familia para fomentar la participación activa en el proceso de recuperación y promover el mantenimiento de la fuerza muscular en el entorno domiciliario”.Alto porcentaje de fallecimientos
Otro aspecto a tener en cuenta son los fallecimientos asociados a los reingresos. Ya en 2021, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) -asegura la experta-, advirtió que la mortalidad tras un ingreso hospitalario por una agudización por EPOC triplicaba a la que hay tras un ingreso por síndrome coronario agudo. Con los datos en la mano, a los 90 días del ingreso hospitalario fallecen 11 pacientes de cada 100 a causa de una agudización de la EPOC, frente a cuatro de cada 100 que lo hacen por cardiopatía isquémica aguda. Estas cifras se basan en una auditoría clínica realizada en España en 2016 y que más tarde se extendió a Europa (AudiEPOC y European COPD Audit). “Las agudizaciones de la EPOC (AEPOC) y los reingresos son factores independientes a la hora de predecir la mortalidad, que aumenta a medida que lo hacen la severidad y la frecuencia de las mismas. Cada AEPOC reduce el FEV1 en al menos 10ml, pudiendo atribuirse a las AEPOC el 25 % de la caída total en la función pulmonar. Además, cada AEPOC incrementa el riesgo de fallecimiento en un 16 %”, concluye la doctora Montesinos. El doctor Luis Fernando Quispe, del Centro de Atención Primaria Plan Lledo y Irgencias de Mollet de Vallés, (Barcelona), apunta que, con cada ingreso, los pacientes con EPOC pierden un poco la capacidad pulmonar. El doctor asevera que un estudio demostró que las personas con exacerbación de EPOC ingresadas en unidades de corta estancia (UCE) tuvieron peores resultados en términos de reingreso que las que tuvieron una hospitalización convencional (HC). Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores: Antonio Matías de la Guardia Argente, Anna Ramón Velasco, Imma Falcón i Panella, José Martín Cebollada del Misterio, Luis Fernando Quispe Aguilar, Mario Rodríguez Roque, Susanna Montesinos Sanz, Víctor López Marina y Yamilet Del Rosario Ramos de Armas. Una publicación independiente desarrollada gracias al patrocinio financiero de BIAL. Los puntos de vista y las opiniones que se expresan en esta obra son de sus autores y no reflejan necesariamente la política oficial ni la posición de BIAL. BIAL no debe ser considerada responsable de la veracidad de la información ni de los posibles errores u omisiones. Referencias:- Global Initiative for Chronic Obstructive Lung Disease (GOLD). Global Strategy for the Diagnosis, Management, and Prevention of Chronic Obstructive Pulmonary Disease.
- Miravitlles M, Mayordomo C, Artés M, Sánchez-Agudo L, Nicolau F, Segú JF, et al. Treatment of chronic obstructive pulmonary disease and its exacerbations in general practice. EOLO Group. Estudio Observacional de la Limitación Obstructiva al Flujo aEreo. Respiratory Medicine J. 1999;93:173-9.
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