Mujer de alrededor de 23 años, que usa algún tipo de anticonceptivo, y que debido a un fallo del mismo, recurre a un método anticonceptivo de urgencia. Ese es el perfil de la mujer española que ha recurrido a la píldora poscoital en el último año. Se trata de datos extraídos del estudio 'Percepción de la mujer sobre la píldora anticonceptiva de urgencia', realizada por BVa Healthcare en colaboración con HRA Pharma, realizado en 5 países europeos (Inglaterra, Italia, Francia, Alemania y España) con un total de 11.000 encuestadas, entre ellas más de 1.800 españolas.
La primera conclusión de este estudio es que el 84 por ciento de las españolas considera que la disponibilidad de la píldora anticonceptiva de urgencia es un gran avance para la mujer, pese a ello, de las mujeres que reconocían haberse expuesto a una relación de riesgo, sólo el 26 por ciento había recurrido a la píldora poscoital, teniendo en cuenta que el resto de las encuestadas había manifestado no ser conscientes del riesgo. Extrapolando estos datos a la población de mujeres fértiles en España, se calcula que un 6 por ciento de las mujeres españolas ha recurrido en el último año a la anticoncepción de urgencia. Por lo tanto, no se trata de una cifra llamativa, sobre todo si se tiene en cuenta también otros datos como que son reincidentes un 20 por ciento, siendo la media de la toma en estos casos de un 1,8.
Según aportaba Paloma Lobo, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Contracepción, sólo un 12 por ciento de las mujeres pensaba que la píldora del día después esté dirigida a adolescentes, y es que 'una urgencia la puede tener cualquier mujer que sea sexualmente activa', de manera que la mayoría de las mujeres acudía a este método como una segunda oportunidad, tras el fallo de otro método anticonceptivo, sobre todo el preservativo.
De hecho ese es uno de los problemas, el desconocimiento para su correcto uso. Según Lobo, todavía existen, por ejemplo 'bastantes dudas en cuando a los efectos secundarios'. Aunque ya queda claro que no se trata de un proceso abortivo, no se tienen tan claros en la población cuáles son los mecanismos, que en realidad se enfocan en un retraso de la ovulación, razón por la cual no es un tratamiento cien por cien efectiva, ya que de haber habido una ovulación previa no es eficaz.
Más papel informativo y menos papel prescriptor
La principal causa para que no se haya recurrido a la anticoncepción de urgencia en situaciones de riesgo, no es otra que el puro desconocimiento. Entre los datos más llamativos destaca que más de un 40 por ciento declaraba que si su pareja se retiraba antes de la eyaculación no veían riesgo de embarazo, o que en el caso del fallo del anticonceptivo las relaciones en la última o primera semana del ciclo se veía una menor percepción del riesgo, pese a que como recordaba Paloma Lobo 'el periodo en el que una mujer se puede quedar embarazada es más amplio de lo que pensamos'.
Pese a ello, los datos son positivos, tal y como recalcaba Iñaki Lete, jefe del servicio de Ginecología del Hospital Santiago Apóstol de Vitoria, el hecho de que un 62 por ciento de las encuestadas afirme haber conseguido la píldora en la Farmacia, significa que la libre dispensación funciona, y por tanto 'incrementar la accesibilidad al recurso mejora los resultados'. Si bien el experto reconocía que 'la Farmacia podía ser una buena aliada para los médicos, pero no siempre se dan las condiciones para que hagan ese papel de agente sanitario que deberían hacer'.
Según este estudio un 92 por ciento de las encuestadas reclama mayor información, que si bien actualmente obtienen principalmente de los medios de comunicación, creen que debería de provenir de su médico. Pese a ello, se considera que el momento oportuno para el consejo médico no es el momento de la dispensación de esta píldora, sino dentro de la consulta como parte del consejo anticonceptivo, ya que más de la mitad defiende la libre dispensación en la Oficina de Farmacia.
Así, la principal conclusión es que no existe un uso abusivo de dicha píldora, y que las mujeres conciben su uso dentro de la normalidad de sus relaciones sexuales como una decisión de responsabilidad, si bien, piden al médico una mayor información, que no tenga que estar vinculada directamente con la prescripción.