La elección no es casual ya que 2012 ha sido declarado el Año Europeo del Envejecimiento Activo y de la Solidaridad Intergeneracional, para promover una sociedad en la que la edad no sea motivo de discriminación. Esta preocupación viene motivada por el aumento de la población mayor en todos los países, en parte gracias al avance de la Medicina, que ha acabado con las principales causas de mortalidad no asociadas a la edad, como las enfermedades infecciosas y ha reducido las defunciones asociadas a enfermedades crónicas muy prevalentes, como las cardiovasculares.
Así, la expectativa de vida ha aumentado radicalmente en menos de un siglo. Por poner sólo un ejemplo, una mujer española vivía en 1900 una media de 35 años; hoy, vive 84, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Esto se debe sin duda a las mejoras en salud pública, no sólo en el campo médico sino también en el de la higiene, entre otros.
Según datos de la OMS, desde 1980 se ha duplicado el número de personas mayores de 60 años. Pero la cifra de individuos que superen los 80 años se habrá casi cuadriplicado entre hoy y 2050, año en el que se calcula vivirán 395 millones de personas con más de ocho décadas a sus espaldas.
Y sin ir tan lejos, sólo en los próximos cinco años, el número de adultos mayores de 65 años superará el de niños menores de cinco años. La mayoría de las personas mayores, cuenta la OMS, vive en países de ingresos medianos o bajos. Para 2050, el 80 por ciento de la gente de más edad vivirá en países en vías de desarrollo.
Si hubiera que nombrar un solo cambio del siglo XXI con respecto al anterior, probablemente habría que escoger precisamente el envejecimiento de la población. El siglo en el que vivimos será el primero en el que el mundo esté habitado por más personas mayores que niños y será también el que cuente entre su población con más personas muy ancianas.
Esto ha supuesto un cambio muy importante en la sociedad. Como diferencia a otras épocas no muy lejanas, hoy es habitual que gente de mediana edad, mayor, por ejemplo, de 60 años, tenga a sus padres con vida. Así, cada vez es más frecuente que los niños no sólo conozcan a sus abuelos, sino hasta a sus bisabuelos e incluso tatarabuelos, sobre todo tatarabuelas, ya que las mujeres viven de media entre seis y ocho años más que los hombres.
La población no sólo está envejeciendo, sino que lo está haciendo muy rápidamente. Según la OMS, entre 2000 y 2050, el número de personas mayores de 60 años se duplicará, pasando de representar el 11 por ciento de la población al 22 por ciento. De esta forma, y en términos absolutos, el mundo pasará de contar con 605 millones de mayores de 60 años a tener 2.000 millones de habitantes por encima de esa edad. Pero el aumento será mucho más rápido en países pobres que en los más ricos. Como señala la OMS, a Francia le costó 100 años que su población de 65 años o más pasara del 7 por ciento al 14 por ciento. Pero Brasil tardará menos de 25 años en conseguir el mismo crecimiento poblacional.
En España, los datos sobre envejecimiento de la población también son preocupantes. Según el Libro Blanco del Envejecimiento Activo, que presentó el año pasado el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), desde 2009, el número de personas mayores de 65 años en nuestro país supera al de menores de 15, una tendencia que se acentuará en el futuro y que, según la institución, 'requiere ser abordada mediante un esfuerzo colectivo que garantice la cohesión social y la igualdad de trato y la solidaridad entre generaciones'.
En esa misma línea se engloba el Día Mundial de la Salud escogido por la OMS en 2012, que pretende transmitir un mensaje claro: la buena salud a lo largo de la vida, no sólo sirve para sentirse bien sino también para tener una buena vejez y no ser una carga para los demás sino, por el contrario, seguir manteniendo una vida productiva y suponiendo un recurso útil tanto para la familia como para la comunidad en la que se convive.
La OMS pretende promover un estilo de vida saludable a lo largo de toda la vida, protegiendo la salud y reduciendo la discapacidad y el dolor en los más mayores. Para conseguirlo, no hacen falta sólo buenas palabras. Los propios individuos, tanto jóvenes como mayores, los médicos y los políticos han de involucrarse en este objetivo común, para el que es fundamental crear una sociedad atractiva para los más mayores y mejorar los niveles de detección precoz de las enfermedades. Aunque la Medicina ha conseguido que patologías muy graves dejen de ser mortales, muchas veces sí son incapacitantes porque se tratan cuando ya es muy tarde. Es un hecho que las políticas de prevención en todo el mundo dejan mucho que desear.
Pero aunque las patologías se detecten tarde, el cuidado que se aplique a los mayores enfermos puede marcar una gran diferencia en cuanto a su integración en la sociedad. De ahí que la OMS abogue por mejorar el bienestar de los ancianos, y es el 7 de abril el día que ha elegido para recordarlo.
El mensaje que la principal institución sanitaria del mundo quiere que cale en la sociedad es que las personas mayores son recursos de valor para sus sociedades y, como tales, deben sentirse apreciadas.
De nuevo, los datos españoles apoyan esta idea. Según el Imserso, el 53 por ciento de las personas mayores inician nuevas actividades después de los 65 años, una cifra que ha aumentado radicalmente en las dos últimas décadas, ya que en 1993 sólo el 9,5 por ciento de los mayores de esta edad iniciaban una actividad después de la jubilación. Pero, además, el 43 por ciento de los 'seniors' españoles quiere participar activamente y de manera integral en la sociedad, lo que demuestran cifras como que el 28 por ciento pertenecen a alguna organización y un 8 por ciento a ONG de voluntariado.
La intención de la OMS de acabar con la idea de que las personas mayores son una carga viene apoyada por la propia percepción de los ancianos. Según el Libro Blanco del Envejecimiento en España, los más mayores expresan una clarísima voluntad de autonomía, como manifiesta el hecho de que un 87 por ciento desea vivir en su casa el mayor tiempo posible pero, a la vez, mantener relaciones familiares intensas. Muchas de las generaciones intermedias, las que son ahora padres de niños en edad escolar, son conscientes de dicho deseo y acuden a sus progenitores para que les ayuden en el cuidado de sus nietos, tarea a la que afirma contribuir un 70 por ciento de los mayores españoles.
¿Qué se puede hacer para promover el envejecimiento activo?
Aunque la idea de la OMS es llamar la atención sobre la importancia del envejecimiento activo, de poco serviría si no define cómo puede conseguirse éste. La OMS define el envejecimiento activo como el proceso de aprovechar al máximo las oportunidades para tener un bienestar físico, psíquico y social durante toda la vida. Para ello, hay que promover la salud a lo largo de todo el curso de la vida, crear ambientes atractivos para los mayores que animen a su participación social, proveer acceso a los servicios básicos de salud, así como a los cuidados a largo plazo y paliativos y, sobre todo, reconocer el valor de los más mayores y ayudarles a participar tanto en la vida familiar como en la comunitaria.
Según la Fundación Pfizer hay cuatro pilares para envejecer de forma activa. El primero es mantener un estilo de vida saludable; el segundo fomentar la actividad cognitiva; el tercero, atender a las emociones y, por último, participar en la sociedad.
Para el especialista en Psicogeriatría del Hospital 12 de Octubre de Madrid, Dr. Luis Agüera, si tuviera que elegir sólo tres consejos para llegar a la vejez con buena salud, estos serían: 'Hacer ejercicio físico con regularidad, mantener una actividad intelectual como leer o estar al tanto de las noticias, y cuidar la alimentación'.