Entrevista a Javier García Alegría, presidente de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME)
15 de febrero 2024. 12:19 pm
Las sociedades científicas son las entidades responsables del desarrollo de la formación médica continuada, tal y como incide a EL MÉDICO Javier García Alegría, presidente de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME). En esta entrevista apuesta por una renovación “urgente” de los programas…
Las sociedades científicas son las entidades responsables del desarrollo de la formación médica continuada, tal y como incide a EL MÉDICO Javier García Alegría, presidente de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME). En esta entrevista apuesta por una renovación “urgente” de los programas formativos, ya que el 70 por ciento de ellos no se han modificado desde hace más de 15 años.
¿Cuáles son sus objetivos prioritarios en FACME?
En nuestra asamblea general hemos presentado los objetivos para 2024. Estos pasan por finalizar el proyecto de recertificación de los médicos especialistas, lograr la publicación por parte de Sanidad de los programas formativos actualizados, la creación de un grupo de trabajo sobre inteligencia artificial y la celebración de una jornada centrada en el papel de las sociedades científicas en el desarrollo e implementación de esta tecnología en la Medicina, optar a realizar actividades de formación médica con fondos europeos, incrementar la participación formal de las sociedades científicas en las comisiones de evaluación de fármacos, desarrollar los convenios ya suscritos, mejorar la visibilidad y el protagonismo de FACME y celebrar nuestro 30 aniversario.
¿Qué papel ocupa la formación en esos objetivos?
Impulsar la formación de los médicos especialistas es uno de los objetivos principales de FACME. En las sociedades científicas reside el conocimiento técnico-científico, por lo que deben ser las encargadas de impartir la formación médica continuada propia de cada especialidad. Desde FACME trabajamos para reivindicar dicho papel ante las diferentes autoridades sanitarias y que la federación sea capaz de vehiculizar fondos públicos para la formación a cargo de las sociedades que son miembros de FACME.
¿Cuáles son los programas formativos actualizados de las especialidades médicas que requieren una publicación urgente?
El 70 por ciento del total de los programas formativos actuales en España no se han modificado en los 15 últimos años, por lo que la mayoría están claramente anticuados y requieren una actualización urgente. Hay 5 especializades médicas cuyo programa formativo data de hace 27 años y serían las más prioritarias para actualizarlos. Estas son Anestesiología y Reanimación, Cirugía Cardiovascular, Cirugía Torácica, Medicina Intensiva y Medicina Nuclear.
¿Cómo ve la formación de nuevos profesionales?
La formación sanitaria especializada, anteriormente llamado programa MIR, ha sido sin duda una de las reformas sanitarias más transformadoras introducidas en las últimas décadas en España y que más ha contribuido a elevar la calidad y la excelencia de la atención sanitaria. Ha mostrado su capacidad para garantizar la formación de excelentes profesionales y tiene unas evidentes ventajas, aunque tiene algunas posibles mejoras. Creo que la mayor es la falta de una normativa de revisión/actualización de los programas formativos. También otras como que la forma de selección con un examen único condiciona la formación del grado con un exceso de formación teórica, un escaso enfoque en habilidades no técnicas, la falta de formación común o troncal, las discrepancias entre las comisiones nacionales y las autoridades en la acreditación y número de plazas a convocar, la no cobertura de algunas plazas ofertadas y los abandonos a lo largo de la residencia y, por último, la falta de reconocimiento del papel de los tutores.
Y, ¿la recertificación de los médicos especialistas en ejercicio?
La Directiva del Parlamento Europeo (2013/55) de reconocimiento de cualificaciones profesionales que incluye entre otras profesiones sanitarias a los médicos especialistas, emplazaba a los estados miembros a adoptar las disposiciones legales pertinentes antes de 2016. Esta normativa, que sigue pendiente de desarrollo en España, es, por tanto, una exigencia legal europea. También es una exigencia ética y de compromiso con la sociedad para que los profesionales cumplan unos estándares mínimos de actualización periódica de sus competencias profesionales y, por tanto, garantizar la máxima calidad y seguridad para los pacientes.
¿Cuáles son las líneas de actuación en este sentido?
Respecto a la recertificación, después del trabajo realizado en años anteriores con el desarrollo de un modelo común de FACME, que es adaptable a todas las especialidades médicas y que ha sido asumido por todas las sociedades, tratamos de avanzar de la mano del Ministerio de Sanidad y del Consejo de Colegios de Médicos en un proyecto compartido de validación periódica de la colegiación-recertificación. Por otra parte, FACME sigue impulsando el desarrollo y finalización de los programas de recertificación de las diferentes especialidades. Tras la realización de una encuesta sobre el nivel de desarrollo de los modelos por especialidades y constatar el gran trabajo realizado por las sociedades científicas en la generación de sus modelos e incluso del desarrollo de plataformas online de recertificación. Desde FACME se ha activado un Consejo Asesor para apoyar a las sociedades científicas en la puesta en común de sus modelos con el objetivo de converger todas bajo el modelo común de FACME y ayudar con la experiencia acumulada y tecnología ya desarrolladas a aquellas con el proyecto menos avanzado. En cuanto a la formación, desde la federación mantendremos la defensa ante las instituciones de las iniciativas comunes de las sociedades científico-médicas con especialidad médica reconocida para avanzar en la publicación urgente de los programas formativos actualizados de las especialidades médicas.
¿Qué grupos de trabajo se han puesto en marcha recientemente en FACME?
En FACME tenemos varios grupos de trabajo en funcionamiento centrados en salud pública, vacunas y evaluación de medicamentos. Recientemente, y ante el auge de esta tecnología en el campo de la Medicina, hemos creado el grupo de trabajo de inteligencia artificial, el cual ha tenido una gran acogida entre las sociedades científicas con una amplia participación de estas.
¿Qué líneas quiere impulsar?
En la reciente Asamblea General de FACME, también expusimos ante nuestros asociados los planes de trabajo prioritarios de estos grupos de trabajo para 2024, entre los que se encuentran iniciativas como la participación activa y colaboración de las SSCC en las iniciativas del Ministerio de Sanidad para mejorar el sistema de evaluación y de financiación pública de los medicamentos y tecnologías sanitarias; la promoción de la participación de las SSCC, en el diseño y realización de las actividades formativas dirigidas a médicos que están siendo financiadas con fondos públicos europeos o nacionales; la realización de acciones encaminadas a facilitar la utilización, con fines de investigación, de los datos sanitarios, promoviendo que el texto del reglamento europeo sobre el espacio de datos sanitarios y su posterior aplicación no sean un freno para esta actividad y la realización de una jornada sobre inteligencia artificial centrada en el papel de las sociedades científicas en el desarrollo e implementación de esta tecnología en el campo de la Medicina.
¿Qué tienen que decir las sociedades científicas en la organización y gestión clínica?
Mucho. En esencia, la gestión clínica se puede considerar como la práctica de una “Medicina óptima”. Esto se consigue mediante la aplicación de la mejor evidencia científica disponible con los menores inconvenientes para el paciente y el menor impacto para la sociedad (eficiencia). La gestión clínica proporciona herramientas organizativas y los sistemas de información son clave en la evaluación de resultados asistenciales y económicos. Mientras que los servicios clínicos, generalmente organizados alrededor de especialidades médicas, son la base del sistema sanitario.
¿Están implicados los clínicos en la gestión?
Hay una heterogeneidad en cuanto a la percepción de los que representan la gestión por parte de los clínicos, cuando en realidad todos hacen “gestión” con sus decisiones acerca de los pacientes, pues asignan recursos de manera continuada y condicionan unos resultados en salud.
¿Cómo se puede fomentar su participación?
La carta del profesionalismo reconoce el compromiso de los médicos con un uso eficiente de los recursos sanitarios para la mejora de sus propios centros. Se puede fomentar su participación con la información permanente, con la formación de los responsables, pidiendo opinión y solicitando y aplicando iniciativas de mejoras organizativas. Algo que sucedió durante la pandemia y que se ha olvidado rápidamente.
¿Qué pueden aportar a la organización?
En realidad, ninguna organización moderna y eficiente puede funcionar de una manera óptima sin la participación de los profesionales de más alta cualificación. Hay que buscar la mejor manera de que esta participación sea formal, reconocida, mantenida en el tiempo y transparente.
¿Cómo es la relación de FACME con la administración (Ministerio, consejerías)?
Con el Ministerio se mantienen relaciones en diversos proyectos e iniciativas, asesoramiento técnico, elaboración de informes, con participación en comités, aunque nos gustaría estrechar todavía más esta relación. Con las consejerías hemos mantenido reuniones y entrevistas de manera más esporádica.
¿Tiene en cuenta la administración la opinión de las sociedades científicas a la hora de plantear planes de actuación?
La relación de las administraciones públicas nacionales o autonómicas con las sociedades científicas a veces se establecen de una manera bilateral directa sobre todo para el asesoramiento técnico. FACME suele abordar aquellos asuntos que son de interés general o compartido por todas ellas.
¿Cómo es la relación con la industria farmacéutica?
La relación de las sociedades científicas con la industria farmacéutica en los países occidentales es algo imprescindible para promover la generación de conocimiento y la formación médica continuada. La colaboración público-privada es esencial para realizar una investigación biomédica de calidad e impacto social. El ejemplo más palpable ha sido lo sucedido con la pandemia COVID-19, en donde la ciencia ha dado soluciones rápidas y eficaces para afrontar el reto que puso en jaque a toda la humanidad. FACME ha suscrito un acuerdo reciente con Farmaindustria para fomentar el uso racional de fármacos bajo la premisa de una política de transparencia y de mantenimiento de los compromisos éticos profesionales.
¿Siguen existiendo reticencias a la hora de valorar la formación planteada por la industria?
Las sociedades científicas consideran que no deben establecerse barreras a la financiación por parte de la industria, ya sea de fármacos o de tecnología médica, sin presentar alternativas viables, ya que esto puede repercutir directamente en la calidad de la formación médica continuada y, por ende, en la calidad asistencial. En el trabajo realizado por FACME acerca de la formación médica continuada de las sociedades científicas en España se evidenció que la mayor parte de la financiación provenía de la industria y su desaparición nos colocaría a la cola de la formación en Europa. Creemos que las sociedades científicas son las entidades responsables del desarrollo de la formación médica continuada en los campos de conocimiento propios de su especialidad y deben seguir siendo el principal agente en el modelo de gobernanza de dicha formación, estableciendo vías de colaboración y consenso con el resto de los agentes implicados, de acuerdo con un marco ético y de transparencia.
Y, ¿la investigación?
En realidad la investigación terapéutica o diagnóstica sería imposible sin el concurso de la industria. España es una potencia por su participación en ensayos clínicos, y este papel se debe fomentar todavía más.
¿Se debe trabajar de forma conjunta?
Sin duda alguna.
¿Qué se puede hacer desde FACME para implantar la tecnología sanitaria?
Fomentar la evaluación rigurosa por parte de las especialidades considerando el coste-beneficio.
¿Existen problemas de accesibilidad por zonas geográficas?
Existe heterogeneidad presupuestaria en la financiación en salud entre las diversas comunidades autónomas y esto tiene un impacto en las infraestructuras sanitarias, en la incorporación de la tecnología sanitaria y de las innovaciones terapéuticas.