El 80 % de los médicos españoles que emigran son recién graduados sin MIR

Dos bloques establecidos, el de los sistemas sanitarios del sur de Europa y el bloque centroeuropeo. El primero, “un caldo de cultivo de emigración de licenciados en Medicina hacia el segundo debido a la falta de recursos, las malas condiciones, la falta de flexibilidad y la escasez de plazas MIR”. Ese es el diagnóstico que, durante el XXIX Congreso Nacional de Medicina General y de Familia que se celebra en Granada, ha realizado Alejandro Barros, presidente de la Asociación Médicos Españoles en Europa, quien califica la situación como “un éxodo sanitario en el que da igual las plazas que aumenten”, aludiendo a problemas estructurales. Su asociación, creada en 2022, recibe entre 10 y 15 solicitudes de información cada día sobre las vías y mecanismos para ir a trabajar fuera. El perfil mayoritario de los médicos españoles que buscan trabajo en el extranjero es el de graduados en Medicina que no han hecho el MIR en entre un 80% y un 90% de los casos. EL resto se divide en médicos que han realizado el examen MIR sin el éxito o el resultado esperado y médicos especialistas buscando otra oportunidad. Las causas, según plantea Barros abarcan “las malas condiciones laborales que se dan en España, generalmente precarias, con falta de recursos en especial en zonas rurales, escasez de personal sanitario, falta de incentivos y sobrecarga laboral”. El doctor Barros esgrime datos del Ministerio de Sanidad y la Asociación MIR España que indican que, entre 2022 y 2023, 331 médicos residentes abandonaron la residencia de los que 237 eran médicos de familia. Además, este año hubo 131 plazas MIR desiertas, todas de Medicina Familiar y Comunitaria. Por otro lado, 159 Mir renunciaron a su plaza de medicina de familia antes de comenzar le residencia. “Son 621 médicos con los que no cuenta el sistema sanitario español a los que habría que sumar 569 entre 2021 y 2022. En total, más de mil profesionales que se han quedado fuera del sistema en apenas dos años.

“Alemania se frota las manos”

Países como Alemania se están frotando las manos, por contar con profesionales muy bien formados en los que no ha invertido nada. España es por tanto un regalo para Europa y un colador que no sabe cómo frenar la sangría de este éxodo sanitario”, afirma. Las cifras del Consejo General de Colegios de Médicos apuntan a algo más de 4.100 médicos españoles que solicitan Además, Barros criticó el sistema MIR, explicando que “teniendo cosas buenas, es un sistema obsoleto, altamente competitivo, con un ratio de plazas bastante desfavorable y donde se evalúan conocimientos memorizados tipo test, sin atender a la habilidad ni la calidad clínica ni las competencias sociales”. Respecto a las virtudes que atraen a los médicos españoles, aludió a los derechos laborales, a jornadas laborales más reducidas y a una mejor gestión de la Atención Primaria dentro del sistema. Por su parte, el presidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, Antonio Fernández-Pro, subrayó que “para frenar esta situación es necesaria voluntad política, ligada a compromisos con presupuestos concretos y memoria económica”. Si no, “no llegarán las soluciones y seguirá esta crisis de profesionales en España”. En su opinión, “la crisis es palpable y las cifras reflejan esta tormenta perfecta, donde las cuestiones son complejas y modificables. Todo tiene solución, pero deben ser salidas pactadas por los profesionales y basadas en las necesidades del ciudadano”.

Planes que no se implementan

Asimismo, la vicepresidenta de la SEMG y miembro del Comité de congresos, Pilar Rodríguez, recalcó que “desde hace muchos años hemos elaborado muchos documentos de análisis del sistema sanitario y la Atención Primaria que luego no se implementan; tenemos que pasar a la acción”. Aportando un matiz positivo a su perspectiva cree que “cuando algo no funciona es una oportunidad para la mejora y, sin duda, estamos ante uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo que la pandemia ha acabado llevando al límite”. La doctora Rodríguez señala dos problemas: una tendencia de desinversión crónica y malas condiciones de trabajo que propician una crisis real de la accesibilidad y la continuidad asistencial. “Además, hay una desafección y desilusión de los profesionales. Es importante porque sin los profesionales esos cambios no se pueden realizar. Debemos alinearlos para buscar e implementar cualquier modificación. No hay soluciones fáciles para un problema complejo. No podemos ser simplistas. Nadie traerá una varita mágica. Hace falta, aunque se haya dicho muchas veces, un verdadero pacto de estado para blindar la sanidad globalmente y poder establecer acciones conjuntas”, explicó.