Expertos en el tema debaten sobre la cirugía en este tipo de cáncer durante el XXXI Congreso Nacional de la Asociación Española de Cirujanos (AEC)
14 de noviembre 2016. 3:56 pm
Aunque en los últimos años han aparecido un mayor número de cáncer de tiroides, se trata de un tumor poco frecuente cuya tasa de curación, con una buena cirugía, se sitúa en torno al 85 por ciento. "Se trata de unos tumores que suelen aparecen…
Aunque en los últimos años han aparecido un mayor número de cáncer de tiroides, se trata de un tumor poco frecuente cuya tasa de curación, con una buena cirugía, se sitúa en torno al 85 por ciento. 'Se trata de unos tumores que suelen aparecen entre los 40 y 50 años, pero no es extraño ver algunos casos en niños y en personas mayores', apunta Álvaro Larrad Jiménez, de la Unidad Endocrinología Quirúrgica y Médica del Hospital Nuestra Señora del Rosario, en Madrid, que participa en el XXXI Congreso Nacional de la Asociación Española de Cirujanos (AEC).
Antonio Sitges- Serra, jefe del Departamento de Cirugía del Hospital del Mar, de Barcelona, recuerda que el diagnóstico del cáncer de tiroides papilar ha triplicado su prevalencia en los países occidentales: 'este aumento se centra, especialmente, en tumores de menor tamaño, debido a que se han aumentado las exploraciones complementarias de garganta y cuello, tanto con ecografía, como con TC y PET'.
El tratamiento de elección en estos tumores es la cirugía y la cirugía realizada por manos expertas. Según datos de Estados Unidos, el 85 por ciento de las tiroidectomías se lleva a cabo por cirujanos no especializados, lo que repercute en la recuperación y en las posteriores cirugías, 'ya que entre el 35 y el 40 por ciento pueden recidivar si no se lleva a cabo una buena exploración y extirpación ganglionar'.
Rebecca S. Sippel, del Departamento de Cirugía de la Universidad de Wisconsin, presentará sus trabajos sobre cómo afecta el cáncer de tiroides a la calidad de vida de los pacientes que lo sufren. Según explica la especialista, el cáncer de tiroides se califica como cáncer 'bueno', por su buen pronóstico, su buen tratamiento y su baja mortalidad, pero esta percepción puede ser un arma de doble filo porque puede hacer que los pacientes no sean conscientes de qué manera la enfermedad afectará a su calidad de vida.