La Inteligencia Artificial (IA) no se puede ver como un enemigo, sino como un aliado en salud. Esta ha sido una de las ideas fuerza que ha sobrevolado en la IX Jornada de la IA, en salud, organizada por la Asociación Digital (
ASD), desarrollada en el Auditorio de EY (Ernst & Young).
Bajo el titulo,
“La (R)evolución de la IA, en la Salud”, especialistas de reconocido prestigio de distintos ámbitos profesionales han debatido durante toda la jornada en cinco mesas redondas puntos claves de la evolución de la IA en la salud, aspectos legales y éticos de su aplicación, sanitaria y en la investigación e innovación.
En la inauguración del encuentro,
Jaime Del Barrio Seoane, presidente de la ASD y Javier Vello Cuadrado, socio responsable de EY Transforma y Business Consulting han coincidido en señalar que estamos asistiendo a una revolución de la IA en salud.
Dudas
“Aunque llevamos años trabajando con esta herramienta, algo está cambiando, y el mundo de la salud, no es ajeno a ello.
Hay muchas incertidumbres y dudas, pero hay lecciones aprendidas como, por ejemplo, que necesitamos colaborar con nuevos expertos de prestaciones sanitaras y sociales, de la mano de nuevos talentos y que aquellos que saben hacer estas cosas deben acercarse a la salud”, ha pedido Del Barrio.
En su opinión en la IA hay que partir con una
mente transversal, sin prejuicios para estar abiertos a las nuevas herramientas de las que ya disponemos. “Sin embargo, en el mundo de la salud, con el aluvión de conocimientos que tenemos, no podemos hacernos trampas al solitario; tenemos que evidenciar científicamente que todos los datos de que disponemos son de calidad y también distinguir los que no pueden ser usados”.
“Hemos aprendido muchas cosas, pero nos queda muchísimo camino por recorrer”, sentencio Del Barrio.
Valor
En esta línea, Javier Vello Cuadrado ha reconocido que estamos en puertas de la revolución en el sector de salud.
“Es el comienzo de un apasionante viaje para que la IA se convierta en compañero necesario para los profesiones, porque les aportará mas valor a su actividad y les restará trabajo que les distorsiona su actividad clínica”.
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Los participantes la IX Jornada de la IA, en salud, organizada por ASD.[/caption]
Precisamente sobre el papel decisivo que jugará la IA en la predicción y en la prevención en salud ha girado la primera mesa la Jornada ASD.
Manuel Armayones Ruiz, Coordinador del Laboratorio de Diseño del Comportamiento. UOC eHealth Center, su moderador, ha sostenido que en algunos ámbitos de la asistencia sanitaria “que se utilice la IA para tratamientos de se ve como algo natural, mientras que nos ponemos nerviosos cuando se acerca a nosotros en las recomendaciones.
El debate sobre el control de los datos está en la calle”.
Datos
Marcos Ortega Hortas, catedrático de la Universidad de la Coruña. Responsable del Grupo Varpa. coordinador del Nodo AI de la UDC ha hecho un repaso de los factores que influyen al aplica la IA en salud. “Ahora tenemos el boom de la IA a nivel social y científico. Todos hablamos de ellos, porque se ha producido una conjunción de circunstancias”.
En primer lugar,
“porque disponemos de datos que antes no teníamos; la digitalización en salud nos ofrece una cantidad de datos inmensa, una materia prima de la que antes carecíamos”.
Por otro lado, se ha referido a los modelos algorítmicos de que se disponemos y la capacidad de procesar los datos gracias al poder computacional de hoy en día. 'Esto nos permite entrenar modelos más complejos que resuelvan problemas y aplicaciones médicas que se le presentan al profesional en su quehacer diario'.
Control
Ortega Hortas ha apuntado que el paciente
no puede ver a la IA “como el gran especialista y que el sistema aprenderá según la muestra de datos que el experto le enseñe. También debemos de ser conscientes de que hay una carrera tecnológica de las empresas potentes para implantar su modelo en primera línea de salida; es un reto para los que desarrollamos tecnologías”.
Sin impedir el avance técnico, ha apostado por poner reglas de juego en el uso de los datos. “Todo tiene que estar controlado; tenemos que ser éticos y responsables en la medicina preventiva que propicia la IA y hacer partícipe al paciente”.
“La IA predictiva en datos propiciará más tiempo para el profesional, calidad de vida al paciente y puede suponer un ahorro en los costes sanitarios. En definitiva, tiene que haber una convivencia entre la tecnología y el especialista”, ha concluido.
IA
Elena Torrente, Digital Health Director Grupo DKV ha reflexionado sobre cómo gestionar la llegada de
la IA en el mundo de los seguros. “
Será decisiva en la prevención.
Es evidente su gran potencial en salud; las grandes oportunidades están ahí, pero tienen sus riesgos, en los sesgos, la seguridad de los datos y los problemas legales que conlleva su aplicación”.
En su opinión, hay que tener claro que cuando se habla de la IA “lo estamos haciendo de la automatización de las tareas; la IA crea nuevos resultados de predicciones”, ha dicho, al tiempo que se ha referido al informe de la
OMS que expone los beneficios de esta tecnología para la salud.
Entre l
as barreras a superar para su aplicación ha enumerado la falta de estándares de fiabilidad, el no saber quién tiene que rendir cuentas si un proceso tiene un impacto negativo en el paciente, la falta de confianza y de entendimiento por parte de los profesionales y pacientes, entre otras.
Torrente ha explicado que la IA conlleva el riesgo de ampliar las desigualdades, la brecha digital generadas por la disponibilidad y el acceso a la misma.
Ética
En este sentido ha propuesto acciones para mejorar la confianza de la IA en la sanidad como informar públicamente de los resultados de sus aplicaciones y establecer reglas sobre el control y prácticas responsables.
“Hay que hacer crecer
la cultura basada en el dato y formar a los profesionales e invertir en sus capacidades técnicas. Todo ello sin olvidar la evaluación de las soluciones de la IA. Para ello, hay que evolucionar a un modelo más dinámico” ha subrayado.
Por último, en esta primera mesa, ha intervenido Raquel Iniesta, Senior lecturer in statistical learning for personalised medicine. Department of Biostatistics & Health Informatics Institute of Psychiatry, Psychology and Neurosciences Social, Genetic and Developmental Psychiatry Centre (SGDP) King's College London.
La experta, que ha intervenido en el evento digital on-line desde Londres, ha profundizado en los aspectos éticos, “por la gran importancia que tiene, sobre todo, en salud”.
Máquinas
“El Machine Learning es solo un enfoque de la IA, pero existen otros; no es un modelaje estádístico. Ahora estamos en la cultura algorítmica tradicional. Hay que ver cómo evaluamos estos modelos; lo cierto es que existe mucha inquietud y miedo sobre si funciona bien en salud”, ha explicado Iniesta.
Ha reconocido que
las preguntas sobre si se puede confiar en la IA, si se convertirá en el médico del paciente, si perderá el sanitario su trabajo, si los algoritmos son segures, si las diferentes aplicaciones son más eficientes para determinadas operaciones.... están en la cabeza de pacientes y profesionales.
Los dilemas éticos tienen que ver con la trasparencia, la privacidad, la confianza, “porque los pacientes tienen
derecho a ser tratados por un médico, en lugar de una máquina, aunque la IA ha demostrado ser superior al humano a la hora de identificar, por ejemplo, radiografías de tórax anormales”, ha remarcado.
Dilemas
Una IA, ha insistido, en que la IA no debe ser discriminatoria para el paciente, sino que le empodere, porque tienen la opción de renegar de ella.
El empoderamiento también es clave para los médicos, porque esta herramienta tiene que complementar y darles soporte en su trabajo'.
“Es una ayuda y no un reemplazo del conocimiento clínico. Por eso hay que educar en una IA que tenga en cuenta los valores éticos a los pacientes, médicos, proveedores de nuestros algoritmos.
La IA tiene alma, el alma somos las personas; y la única manera de que sea posible es a través de la ética”, ha apostillado.
La experta ha querido recalcar que cualquier desarrollo digital tiene que poner al paciente en el centro, “si no se corre el riesgo de deshumanizar la medicina. Además, el sanitario tiene que ver de forma clara y realista las posibilidades de la IA; hay que involucrar al profesional. Pero el gran reto es que vea que resuelva una necesidad aunque sea pequeña.