El Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV) reveló que el abuso de antiinflamatorios no esteroideos, como el ácido acetil salicílico, el diclofenaco, el keterolaco, el naproxeno o ibuprofeno incrementa el riesgo de desarrollar cáncer endometrial, esto de acuerdo con una investigación realizada por la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos.
De acuerdo con Vinicio Granados Soto, investigador del Departamento de Farmacobiología en el Cinvestav, no es que esa clase de medicamentos represente un peligro por sí mismos, sino que la forma en que se emplean por parte de la población es la que ha incrementado los casos de efectos dañinos.
Aunque en México no existe ningún registro que relacione el efecto de los analgésicos con la salud la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha realizado diversos comunicados a fin de prevenir a la población sobre los riesgos de su uso desmedido.
Según la investigación estos medicamentos funcionan al inhibir la síntesis de prostaglandinas, las cuales son unas sustancias que emplea el organismo para sensibilizar a las neuronas del dolor a fin de generar una sensación de forma exagerada, con lo cual se tiene a proteger la zona dañada.
Los analgésicos también actúan como inhibidores de las enzimas llamadas ciclocooxigenasa (COX), en su variantes 1 y 2, las cuales contribuyen a la protección de la mucosa gastrointestinal y tienen efectos cardioprotectores, respectivamente, por lo que su bloqueo puede generar incremento de la secrecio'n a'cida, que puede derivar en una erosión gástrica, además de aumentar el riesgo de sufrir trombosis y efectos cardiovasculares.
En Estados Unidos calcula que de 100 mil personas son hospitalizadas por complicaciones derivadas del mal uso de esos medicamentos, de las cuales 15 por ciento tiene una consecuencia fatal.
El investigador recalcó que los analgésicos deben estar indicados por el médico, como cualquier otro medicamento y seguir las indicaciones para consumirlos solo en caso de prescripción, además Granados Soto, opina que el modelo empleado por Cofepris para los antibióticos y los opiáceos debe ser retomado como el caso de los antiinflamatorios no esteroideos, a fin de hacer conciencia sobre su uso entre la población mexicana, sin que ello represente un aumento en sus precios.
El verdadero peligro en el uso de estos medicamentos, por ejemplo del ketorolaco, que no puede administrarse en más de 10 miligramos por dosis ni emplearse por un periodo mayor a los cinco días, ya que de lo contrario se tiene riesgo de generar erosión gástrica, daño renal, perforaciones estomacales o intestinales, que de agravarse pueden conducir a la muerte.