La disfunción sexual en pacientes con enfermedad cardiovascular (ECV) es elevada y se caracteriza por una disminución de la libido o dificultad de erección, mientras que en las mujeres se produce cierta disminución de deseo sexual, según comenta el Dr. Alfonso Segovia Martínez. Los trastornos sexuales están relacionados con los factores de riesgo cardiovascular (HTA, diabetes, hipercolesterolemia o tabaquismo).
El Dr. Segovia enumera diversas recomendaciones:
1.- Información: el paciente puede estar preocupado o tener miedo a posibles complicaciones, o a la reaparición de un nuevo episodio. Si se somete a una correcta valoración cardiológica postinfarto el riesgo disminuye notablemente. La ergometría aporta información de oxígeno sobre la capacidad física y el estado del corazón. Hay que seguir la indicación individualizada del cardiólogo.
2.- Hábitos sanos y cumplimentación terapéutica.
- a) Alimentación.
- b) Abandono de hábitos nocivos.
- c) Medicación.
- d) Actividad física.
- e) Reanudar la vida sexual.
- Bajo riesgo: clase funcional I de la NYHA. Son pacientes con angina estable e hipertensión controlada. En estos casos se puede realizar actividad sexual sin problemas.
- Moderado riesgo: clase funcional II-III de la NYHA. Se trata de personas con angina moderada estable. Es aconsejable realizar el test de esfuerzo (si el coito puede inducir síntomas) para valorar la capacidad e isquemia residual. En estos casos se debe considerar la evaluación cardiológica, y, si es necesario, remitir al paciente a rehabilitación cardiaca. Posteriormente el riesgo se puede clasificar en bajo o alto, pero mientras tanto lo razonable es realizar todo tipo de actividad sexual salvo el coito.
- Alto riesgo: se trata de un paciente con enfermedad coronaria inestable. Lo primero es estabilizarle y después reevaluarle. Solo se puede realizar actividad sexual como besos y tocamientos.
- Hay que estratificar el riesgo del paciente para las recomendaciones de la actividad sexual. Después de un evento coronario mayor, realizar actividad sexual de menos a más gasto energético gradualmente. El paciente podría volver a mantener relaciones sexuales a las dos semanas de haber sufrido el IAM.
- Se debe seguir un plan de ejercicio físico para la mejora de su estado general. En casos seleccionados la rehabilitación cardiaca por unidades especializadas mejorará la respuesta al ejercicio.
- Hay que perder peso y seguir tratamiento según la pauta médica.
- Evitar la ansiedad, el sentimiento de fracaso o la sobreexcitación porque pueden llevar a más gasto energético.
- El mejor momento para tener actividad sexual es por la mañana tras el descanso nocturno o la siesta en una habitación cómoda y evitando temperaturas extremas.
- La mejor posición para el coito será aquella en la que el paciente no presenta tensión muscular y se encuentra cómodo.
- Algunos fármacos como los betabloqueantes y diuréticos tiazídicos pueden disminuir la libido y ocasionar impotencia. En caso de disfunción sexual se debe recibir ayuda psicológica. El uso de inhibidores de la fosfodiesterasa-5 en caso de disfunción eréctil se debe valorar de forma individualizada ante el riesgo de sufrir un nuevo evento coronario.