Los expertos inciden en el concepto de que las adicciones son trastornos y deben tratarse como cualquier otra enfermedad. Tal vez una persona comience a consumir sustancias, como el alcohol, el tabaco, el cannabis o la cocaína, por puro divertimento, por entretenimiento o por vicio,…
Los expertos inciden en el concepto de que las adicciones son trastornos y deben tratarse como cualquier otra enfermedad. Tal vez una persona comience a consumir sustancias, como el alcohol, el tabaco, el cannabis o la cocaína, por puro divertimento, por entretenimiento o por vicio, pero solo es el inicio de un viaje que para un determinado porcentaje de consumidores termina en una enfermedad.
Aparte de las adicciones a sustancias, que son las más frecuentes, también destacan otras comportamentales, como el juego, el sexo, la comida, o las compras.
Posibles diferencias por género
Néstor Szerman, presidente de la Fundación Patología Dual, ha comentado que el cerebro de una mujer y de un hombre son distintos desde el punto de vista evolutivo. “Se han desarrollado para tener funciones distintas; en ese sentido, en la salud y en la enfermedad, los hombres y las mujeres somos distintos”.
En algunas enfermedades emocionales la incidencia y la prevalencia son mayores en mujeres (3-4 a 1). En las adicciones comportamentales, por ejemplo, el juego de apuestas, la prevalencia de hombres es mucho mayor que en las mujeres (4-5 hombres por cada mujer). Lo mismo ocurre con otras enfermedades mentales.
Las presentaciones más afectivas, emocionales, afectan más a las mujeres, mientras que la impulsividad es un rasgo más predominante en los varones.
Diferencias hormonales
Las diferencias hormonales podrían ser la causa de que las mujeres con patología dual presenten más riesgo de recaída en adicciones y estados depresivos. Así lo ha indicado Francina Fonseca, psiquiatra de Adicciones en el Hospital del Mar de Barcelona, durante unas jornadas organizadas por la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), con la colaboración de la Societat Catalana de Psiquiatria y Salut Mental.
Se conoce como patología dual la condición clínica en la que coexisten una adicción y otro trastorno mental. Según Francina Fonseca, afecta con mayor frecuencia a las mujeres, que ingresan menos que los hombres por adicciones, pero cuando lo hacen tienen mayores probabilidades de padecer patología dual.
Un dato significativo aportado por esta psiquiatra ha sido que el 50-70 por ciento de las mujeres con algún tipo de adicción también sufre depresión.
La evidencia científica ha mostrado diferencias en la expresión del cortisol en hombres y mujeres. La hormona reguladora del estrés se dispara en situaciones de gran nerviosismo, pero las mujeres con patología dual tienen una subida menos intensa, lo que dificulta el afrontamiento del estrés e incrementa el riesgo de recaída.
Factores socioeconómicos
Evidentemente, la adversidad en todos los sentidos es un factor que afecta más a las personas vulnerables. No todas las personas que sufran una situación traumática van a desarrollar una enfermedad mental, pero tienen más posibilidades aquellas con una predisposición.
La situación económica influye también, puesto que “no es lo mismo tener una enfermedad mental y ser rico que ser pobre”, como ha dicho Néstor Szerman. La pobreza y la adversidad son elementos que aumentan el riesgo de desarrollar un trastorno mental como la adicción.
Los datos epidemiológicos relacionados con las adicciones no aportan esta información; es decir, tener un trastorno mental es como tener diabetes o cualquier otra enfermedad, puede afectar igual a ricos que a pobres, a personas más y menos inteligentes, etc.
El sistema penitenciario
Un alto porcentaje de personas con adicciones acaban excluidas de su entorno familiar, social y laboral. En muchas ocasiones, se ven abocadas a delinquir para conseguir sus objetivos y, finalmente, terminan en prisión. Y tal vez en este ámbito es donde más se ha denunciado “el fracaso” del sistema, al no conseguirse una tasa aceptable ni de curación ni de reinserción.
En la Comunidad Valenciana se ha elaborado el Informe del Observatorio de Salud Mental y Prisiones, que en 2022 ha publicado su segunda edición. Según los resultados, el 40 por ciento de los 6.300 reclusos internos en la Generalitat tiene trastornos de salud mental. Del total, un 90 por ciento son hombres.
Frente a estas cifras, los expertos han criticado la asistencia prestada en el sistema penitenciario español, especialmente por la sobrepoblación, la falta de psiquiatras, el aislamiento de personas con brotes y la sobremedicación de los pacientes reclusos.
Los responsables del informe han denunciado que “las prisiones se han convertido en los psiquiátricos del siglo XXI”. También han definido como “un fracaso del sistema de salud mental” el hecho de que la gran mayoría de las personas con diagnóstico de salud mental y adicción (patología dual), cuando no tienen un entorno favorable, acaban en prisión.
En la Comunidad Valenciana está vigente desde el año 2009 el Programa de Atención Integral al Enfermo Mental en Prisión (PAIEM). A pesar de ello, “y lejos de la voluntad del equipo sanitario y de tratamiento, no se cumple ninguno de los objetivos del programa”, han lamentado sus responsables.
Otro problema habitual es que, ante la falta de psiquiatras para atender a los pacientes penitenciarios, la medicación la prescriben médicos no especialistas. Si se producen crisis agudas, los pacientes se llevan a zonas de aislamiento, “algo no terapéutico, sino punitivo”, dicen los responsables del plan valenciano.
Adicciones en personal sanitario
La salud emocional del médico, sobre todo los últimos años, es “mala”, como ha definido José Polo, presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN). “El personal sanitario ha estado sometido a un gran estrés durante la pandemia, tanto a nivel profesional como familiar. El miedo a llegar a casa y poder contagiar a los demás ha sido grande. Además, en los últimos años también ha sufrido un elevado desgaste profesional, por lo que el desánimo está aumentando”.
El Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME) del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) publica sus datos cada dos años. El último informe recoge estadísticas de 2019-2020, años en los que 1.201 médicos (60 por ciento, mujeres) han solicitado atención en el programa, un 37 por ciento más que en el periodo anterior.
Manuela García Romero, coordinadora nacional del PAIME, ha destacado que el trastorno mental ha sido el principal motivo de ingreso en el programa (76,8 por ciento). La patología adictiva ha representado un 13,5 por ciento, con una presencia mayoritaria de abuso de alcohol (66 por ciento) y otros tóxicos (34 por ciento). Los médicos con patología dual han sido un 9,7 por ciento del total de los atendidos.
En cuanto a la situación laboral, el 63 por ciento de los médicos estaba trabajando cuando solicitó la ayuda, mientras que el 34 por ciento presentaba baja laboral y el 2 por ciento estaba en paro. Otro 1 por ciento tenía inhabilitación profesional temporal. Del total, el 86 por ciento trabajaba en el Sistema Nacional de Salud, y el 9 por ciento, en el ejercicio privado. También había un 5 por ciento de médicos que compaginaba los dos ámbitos.
Por edad, el 25,7 por ciento de los médicos atendidos en el programa tenía entre 51 y 60 años; no obstante, los responsables del informe han alertado del incremento del número de casos en la franja de menores de 30 años.
Por especialidades, los médicos más vulnerables pertenecían a Medicina Familiar y Comunitaria y Urgencias, seguido de anestesistas (6 por ciento), pediatras (6 por ciento) y psiquiatras (4 por ciento).
Desde su creación en 1998 y hasta finales de 2021, el PAIME ha atendido a 6.372 médicos por trastorno mental y/o adicciones. El porcentaje de recuperación y reingreso en el ejercicio de la Medicina supera el 90 por ciento.
Alcohol y tabaco
La adicción a las sustancias legales, como el tabaco y el alcohol, son las más frecuentes en España. Su tratamiento va encaminado, en principio, al abandono absoluto de su consumo. De hecho, se dice que las personas con adicción al tabaco y al alcohol son pacientes crónicos. En la actualidad ya existe tratamiento farmacológico de deshabituación tabáquica, financiado por el sistema sanitario público, que tiene como objetivo reducir las cifras de fumadores en España y, en un futuro próximo, evitar enfermedades respiratorias, cardiológicas, oncológicas, etc.
Los últimos avances en el ámbito de la adicción al alcohol y al tabaco proceden de la investigación genética. Así, un gran estudio realizado en Estados Unidos ha identificado más de 2.300 genes que podrían predecir el consumo de alcohol y tabaco. En este proyecto se ha analizado la información aportada por más de 3,4 millones de personas.
En las conclusiones, los autores del estudio han destacado que la mayoría de los genes identificados son similares en personas de ascendencia europea, africana, americana y asiática.
El entorno y la cultura pueden influir en el consumo de una persona y en la probabilidad de que se vuelva adicta a estas sustancias. En este estudio se ha demostrado también que la genética es otro factor que contribuye al desarrollo de una adicción.
La investigación ha generado información de gran valor para comprender los mecanismos de predisposición genética al consumo de alcohol y tabaco, así como de sus consecuencias. En los próximos años se podrían utilizar los factores de riesgo genético en la atención de las personas ya identificadas mediante cribado básico como de mayor riesgo de consumo de estas sustancias.
Drogas cada vez más adictivas y tóxicas
En los últimos 25 años han aparecido sustancias adictivas más potentes y tóxicas que aumentan el riesgo para el consumidor. Estas drogas ‘nuevas’ preocupan especialmente en el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, responsable del Sistema de Alerta Temprana de la Unión Europea.
Los expertos han destacado “la alta disponibilidad” de estas sustancias en todo momento, incluso durante el estado de alarma y el confinamiento decretados tras la aparición de la pandemia por COVID-19.
Durante el año 2021, el Observatorio Europeo emitió siete alertas de salud pública basadas en amenazas relevantes. Entre otros avisos, incluyeron advertencias sobre la propagación de cannabis con bajo contenido de THC adulterado con cannabinoides sintéticos. También se alertó de la detección de medicamentos analgésicos opioides falsos que contienen opioides muy potentes.
Nuevas sustancias psicoactivas
En un informe elaborado por el Observatorio, los expertos han analizado las nuevas sustancias psicoactivas. Según las conclusiones, la globalización de los mercados de drogas y los avances tecnológicos han
aumentado el número, el tipo, la disponibilidad y los daños causados por estos productos. En la actualidad, el mercado es más resistente y muy dinámico, por lo que es complicado de detectar.
Entre los principales grupos de nuevas sustancias psicoactivas, el Observatorio Europeo de Drogas ha destacado las catinonas sintéticas, los cannabinoides sintéticos, los opioides y las benzodiazepinas.
En España, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha pedido a las autoridades sanitarias un mayor control sobre el consumo de psicofármacos. Este país ocupa el primer puesto en el mundo de consumo de benzodiacepinas, según un informe de Naciones Unidas publicado en 2021. Así, 110 personas por cada mil han tomado al menos una dosis de benzodiacepina al día. Para evitar este consumo “exagerado”, la OCU ha pedido una atención pública adecuada a los problemas de Salud Mental.
Por su lado, la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), dependiente del Ministerio de Sanidad, ha informado de que entre los años 2010 y 2021 el aumento en el consumo de ansiolíticos, hipnóticos y sedantes ha sido de más de 10 puntos. De una media de 82,5 dosis diarias por mil habitantes al inicio de la pasada década se ha pasado a 93,04 en 2021.
Más preocupantes son las cifras entre 2019 y 2021, en el contexto de la pandemia, cuando el aumento ha pasado de 86,93 a 93,04 dosis diarias por mil habitantes en 2021.
La OCU ha pedido más especialistas en Salud Mental en la Sanidad pública, especialmente en Atención Primaria, para abordar los problemas de ansiedad o insomnio.
Cuando los pacientes se automedican sin el control de un médico, esta familia de fármacos puede provocar adicción. En el caso de pacientes con una posible predisposición, se puede indicar la pregabalina como un sustituto seguro de las benzodiazepinas, como así confirman diversos estudios publicados en los últimos años.
Apuestas y juegos de azar
El 100 por ciento de las personas con trastorno por juego de apuestas presenta además otro trastorno mental. Ha sido uno de los datos destacados de una investigación liderada por psiquiatras de la Fundación de Patología Dual, dependiente de la SEPD.
Anteriormente, el Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) había demostrado que el 96 por ciento de las personas con adicción al juego presentan, además, otros trastornos mentales.
La adicción por juego de apuestas “es un trastorno mental que, en algunas ocasiones, puede ser de enorme gravedad”, ha dicho Néstor Szerman, presidente de la Fundación de Patología Dual. “Destruye la vida de personas y familias. Por supuesto, se elige jugar, pero nadie elige tener una adicción. Se produce en personas vulnerables, que nacen ya con una predisposición hereditaria y neurobiológica y sobre las cuales terminan de impactar las condiciones medioambientales”.
Un 30 por ciento de los pacientes con adicción al juego presenta también síntomas de depresión moderada o severa. Además, un 76,7 por ciento tiene rasgos de elevada impulsividad.
Pablo Vega, uno de los autores de la investigación española, junto con Néstor Szerman, ha hablado del “gran estigma” que sufren las personas diagnosticadas con trastorno por juego de apuestas u otras adicciones. “Son vistas como personas viciosas, cuando lo que realmente sufren es un trastorno mental. Además, son discriminadas por la sociedad y, lo que es peor, también por los dispositivos asistenciales. El Sistema Nacional de Salud no les brinda una atención adecuada. La adicción es un trastorno mental y, por tanto, no se elige”, ha recalcado.
Nuevas tecnologías
El impacto de internet en todos los aspectos, personales, sociales, laborales, etc., sigue evolucionando a lo largo de los años. En la actualidad existe cierta controversia con los efectos que todos los dispositivos electrónicos tendrán, o tienen ya, en las personas con problemas de adicción.
En este sentido, se recomienda ‘dosificar’ la cantidad de tiempo y de información digital recibida. Así, Augusto Zafra, responsable de la Unidad de Desintoxicación y Patología Dual del Hospital Vithas Aguas Vivas, ha observado ya adicciones derivadas de “una progresiva digitalización”.
En su opinión, este abuso de la tecnología se convertirá “en un problema de Salud Pública de primer orden”. Los estímulos de alto impacto generados por videos cortos y virales en un cerebro en desarrollo de niños y adolescentes pueden generar un tejido neuronal en el adulto tendente a la hiperestimulación, la inmediatez y la pérdida de foco atencional, ha explicado.
Las redes sociales también son otro foco de atención para los psiquiatras, puesto que generan grandes estímulos, especialmente entre los menores. Un uso inadecuado de esta forma de comunicación puede causar efectos neuronales similares a un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Una autogestión sana del tiempo que se invierte en estas plataformas digitales es fundamental para mantener el equilibrio mental, como ha dicho el experto; sin embargo, precisamente los logaritmos están diseñados para dificultar esta labor.
El objetivo de las plataformas de redes sociales es captar la atención plena y el máximo tiempo de la audiencia. Para ello, han diseñado una serie de vídeos cortos que se relacionan con “la prisa sensorial”, la dopamina y lo que Augusto Zafra ha denominado “cascadas endorfínicas a golpe de deslizamiento”.
Esta píldora sensorial se puede convertir en convulsiva, de tal manera que el usuario enfoca su atención hacia una pantalla de forma que escapa a su autocontrol, a lo racional y a la percepción temporal.
Compañías como Tik Tok, Instagram o YouTube han desarrollado herramientas para ver vídeos cortos, de apenas unos segundos, para mantener la atención del público. “Estas plataformas nos proporcionan la mejor píldora sensorial de forma inmediata y de pulso rápido capaz de sacudir todas nuestras áreas cerebrales sensoriales y emocionales”, ha explicado Augusto Zafra.
El video rápido, según ha comentado, “tiene un alto impacto en el sensorio humano y provoca una desconexión de la realidad”. “Nos proporciona un placer instantáneo difícil de describir y nos sacude las emociones dormidas”.
Corregir, no prohibir
En el ámbito de la tecnología, al contrario que en otras adicciones, la finalidad de una terapia no es eliminar o prohibir totalmente el motivo causante, sino corregir actitudes. “No se trata de erradicar la tecnología de la vida de los adolescentes, sino de enseñarles a hacer un uso adecuado de las mismas”. Estas palabras de Concepción Dancausa, consejera de Familia, Juventud y Política Social de la Comunidad de Madrid, las pronunció precisamente durante su visita al Servicio de Atención en Adicciones Tecnológicas (SAAT) de la Comunidad de Madrid.
Esta institución ha atendido en sus casi cinco años de funcionamiento a más de 400 adolescentes de entre 12 y 17 años que presentaban conductas alteradas por el abuso o dependencia de los dispositivos digitales. Las terapias, con una duración de 3-6 meses, implican tanto al joven como a su familia, y consiguen una tasa de éxito superior al 80 por ciento.
El equipo multidisciplinar del SAAT ofrece herramientas para mejorar la prevención, la formación y la intervención, dirigidas también a los profesionales de los ámbitos educativo, social y sanitario.
Algunas experiencias autonómicas
La Comunidad de Madrid tiene en vigor el Plan Estratégico de Salud Mental y Adicciones 2022-2024, con una inversión que supera los 43 millones de euros. También ha aprobado la contratación de 370 profesionales especialistas en Psiquiatría, Psicología clínica, Enfermería en Salud Mental o Terapia ocupacional, según ha informado el Gobierno autonómico.
El Plan de Madrid agrupa la asistencia ofrecida en Salud Mental en el Summa 112, Atención Primaria y en los hospitales públicos. Igualmente, se ha creado la Unidad de Trastornos Adictivos Comportamentales en el Hospital Universitario Gregorio Marañón, y se ha anunciado la puesta en marcha de cuatro nuevos Hospitales de Día de Niños y Adolescentes, con 54 profesionales de Psiquiatría, Psicología clínica, Enfermería y Terapia ocupacional.
En Cataluña, el pasado mes de diciembre, Manel Balcells, conseller de Salud de la Generalitat, se comprometió a impulsar una ley de adicciones. En concreto, el objetivo marcado ha sido comenzar su trámite parlamentario en el primer semestre de 2023 y que se apruebe antes de que acabe el año.
Balcells ha invitado a los partidos de la oposición a participar de la tramitación parlamentaria. Su idea es “hacer un buen instrumento para abordar nuevas adicciones”. En este sentido, se ha mostrado preocupado por el incremento de las adicciones al juego con dinero y a las pantallas y videojuegos, sobre todo entre los jóvenes.
Por su parte, la Generalitat Valenciana ha puesto en marcha el Plan de Acción en Salud Mental 2023-2026, con una dotación de 40 millones de euros en 2023. En principio, está prevista la incorporación de 250 profesionales, y posteriormente se sumarán refuerzos de plantilla en los próximos años.
Con esta iniciativa, el Gobierno valenciano prevé “incidir en aspectos como la educación, el trabajo y la vivienda”. “La salud mental ha salido de la marginalidad y ya está en el centro de la atención ciudadana, política y comunicativa”, según ha manifestado Rafael Tabarés, portavoz del Consell en Salud Mental.
Dentro de este plan, destaca la creación de tres unidades “mamá-bebé”, donde mujeres con problemas de salud mental, drogodependencias o conductas adictivas que se plantean la maternidad recibirán asesoramiento especializado por parte de seis trabajadores.
Las personas con drogodependencias y trastornos de comportamiento como ludopatía o adicciones tecnológicas podrán acudir a una reforzada red de unidades preventivas comunitaria de conductas adictivas. Dicha red depende de la Generalitat, pero está gestionada por los ayuntamientos, y prevé la contratación de 85 profesionales hasta 2026.
En definitiva, la tendencia es que la atención de las personas con dependencia o adicciones esté a cargo más del sistema sanitario que de las entidades sociales, aunque todavía queda un largo camino por delante.