El
calentamiento global agrava el riesgo de padecimiento de dirofilaria en perros y gatos.
Este posteriormente puede causar complicaciones de salud para los humanos. Así lo asegura en entrevista exclusiva para
El Médico Interactivo, Samantha Hay Parker, técnica advisor de
Boehringer Ingelheim.
“La dirofilaria se transmite a través del mosco, por lo que no es fácil tener barreras físicas y pueden están por todos lados, sobre todo en climas tropicales”, explica. El riesgo, agrega, es que el mosco se alimenta de un individuo enfermo por esta parasitósis y lleva la larva de este parásito consigo y la transmite a otra especie sana. “A esta parasitósis se le conoce como gusano del corazón, porque este parásito se aloja en la arteria pulmonar y en algunas veces lo vemos alojado en el corazón”, dice.
Prevención, la clave para cuidar a mascotas y humanos
La especialista recomienda que, sin importar en qué parte del país viva una familia con sus mascotas, así haga calor o no, se tiene que aplicar un
tratamiento de prevención. “Lo que hemos visto es que, con el cambio climático y un movimiento de las mascotas, es decir, que se las lleven a las playas, se ha expandido más la enfermedad”, afirma.
La experta lo califica como un “problema serio”. No obstante, muchas veces el diagnóstico es complicado y existe un acercamiento con los humanos de los perros y los gatos. En algunos casos, la larva puede formar nódulos en los pulmones de la gente que, aunque resultan benignos, no se pueden reconocer fácilmente. Entonces, las personas tienen que extraer este nódulo pulmonar, porque muchas veces se confunde con tumores malignos. “Es necesario que la gente prevenga la posibilidad de la transmisión de la enfermedad, sobre todo de nuestros perros”, comenta.
Causas y tratamiento
Samantha Hay Parker explica que una de las principales causas de la
dirofilaria en mascotas es que vivan en zonas trópicas, donde suele haber más moscos. Además de una mayor movilidad de las personas con sus mascotas, ya sea que se mudan a zonas tropicales o se llevan de paseo a sus perros y gastos a las playas.
Por todo ello, la especialista recomienda que, en el caso de los perros,
a partir de los 7 meses de edad, se les coloque tratamiento preventivo mensual para evitar la dirofilaria. Adicionalmente a este tratamiento, se les debe de aplicar de manera anual un tratamiento de refuerzo para evitar riesgos y contagios en las personas.
“En el caso de los gatos, no se consideran transmisores de la enfermedad, porque el sistema inmune del gato elimina a estos parásitos”, informa. La experta considera primordial que los mexicanos nos mantengamos informados sobre este tipo de padecimiento, como pasa en otros países como en Estados Unidos.