Un total de 5.037 profesionales sanitarios han sido agredidos en nuestro país a lo largo de la última década,
441 durante el año 2020, lo que suponen el 8,7% para el periodo 2010 – 2020.Son los datos registrados en el Observatorio Nacional de Agresiones a Médicos presentados por la Organización Médica Colegial (
OMC) en el que ha sido declarado Día Europeo contra las Agresiones a Médicos y Profesionales Sanitarios.
“Unas cifras que pueden estar lejos de la realidad, ya que solo contabilizan
aquellas que han sido registradas en los colegios profesionales y coincidentes con las denunciadas ante la policía nacional”, ha asegurado en rueda de prensa el presidente de la OMC, el doctor Tomás Cobo.
La buena noticia es que las 441 agresiones registradas el pasado ejercicio
suponen un 35% menos que las obtenidas en 2019. Ese año alcanzaron el pico más alto de los últimos 10 años, llegando a las 677. Desde la OMC desconocen las causas de ese gran incremento que achacan bien a que realmente ha habido más agresiones, bien a que se han empezado a contabilizar más por parte de los colegiados.
Otro dato que se destaca en el informe presentado es que
las mujeres médicos son más agredidas que los hombres. Lo cierto es que de las 139.000 mujeres colegiadas, el 57% fueron agredidas en 2020, mientras que de los 131.000 hombres, las agresiones se dieron en el 43%. Un incremento que ha empezado a marcar una tendencia desde 2016, siendo en los tres últimos años mucho más acuciante la diferencia.
Este hecho se podría justifica –según explica el doctor José María Rodríguez Vicente, secretario general de la OMC– por la posible
feminización que está teniendo la profesión en los últimos años.
CC. AA. con más agresiones a médicos
Del total de las agresiones registradas en el último año, con una media de 1,63 agresiones por región, la comunidad autónoma que tuvo más problemas de este tipo fue
Andalucía con 110 agresiones. Esta, junto con Valencia y Madrid, vendrían a representar el 43% del total. Las comunidades en las que se ha detectado una mayor incidencia ha sido en
Cantabria y Extremadura con un 4,2 y 4 médicos por cada mil médicos.
Para Rodríguez Vicente, es posible que este dato no refleje una mayor tasa de agresiones, sino que podría ser porque haya una especial comunicación de los médicos con su colegio.
A su juicio, “las agresiones a profesionales sanitarios son un grave problema que no solo daña al médico, enfermera o trabajador sanitario, sino que afecta a la relación con los pacientes y
deteriora el funcionamiento de los servicios sanitarios. Se trata de un importante desafío que se ha empezado a afrontar desde las instituciones”.
Perfiles del médico agredido
Los datos del Observatorio Nacional también ofrecen un perfil del médico agredido en 2020:
doctora entre 55 y 65 años que trabaja en Atención Primaria, y cuya agresión se suele producir en centro de trabajo (en el 93% de los casos), en los tramos horarios que van entre las 10 y las 12 horas, o entre las 17 y las 18 horas.
Si bien es cierto que en función del género y la edad hay ciertos matices. Respecto de la edad, se ha reconocido
un cambio en la distribución, ya que el mayor número de agresiones se ha centrado en profesionales de entre 55 y 65 años cuando históricamente ha sido de 46 y 55 años.
Entre el 85% y el 91% total de las agresiones en la última década se producen en el ámbito público. Centrándonos en los años de 2020, la Atención Primaria es donde se registran un mayor número con un 52%, seguido de
los centros hospitalarios con un 17%. Otro 10% surge en las urgencias en Primaria y otro 9% en las urgencias hospitalarias. Son cifras que, pese a la pandemia, no distan mucho de las registradas en 2019 con un 43%, 19%, 14% y 9% respectivamente.
El tipo de agresión es similar al de otros años:
amenazas (42%), insultos (48%) y lesiones (10%). Si bien la situación provocada por la pandemia ha introducido una tipología nueva desencadenada por la asistencia telemática donde se han registrado un 29% de las agresiones. Y las causas de la agresión, en el 40% de los casos, es por discrepancias con la atención médica recibida.
Perfil del agresor
En lo que se refiere al agresor,
se identifica al paciente programado en el 52% de los casos, seguido del no programado en un 25%. El porcentaje de los acompañantes desciende ligeramente un punto porcentual respecto de 2019 hasta el 21%, posiblemente porque durante la pandemia se ha insistido en la idoneidad de que los pacientes acudieran solos a los centros sanitarios.
En cuanto a la edad del agresor, se
sitúa entre 40 y 60 en el 57% de los casos seguido de aquellos de menos de 40 en un 36%. Y respecto del género, hasta los 60 años el perfil tipo es el hombre, desplazado por la mujer una vez superada esa edad.
Manifiesto de la OMC
Tras la presentación de los datos, el doctor Gaspar Garrote, coordinador del Observatorio Nacional de Agresiones de la OMC, leyó un manifiesto para mejorar esta situación y
buscar soluciones para revertirla e inciden en la petición de un
Plan Nacional contra la agresiones.
Garrote ha enumerado una serie de medidas, entre las que ha destacado: reforzar la prevención de las agresiones, fomentar
campañas de concienciación a la sociedad y promover iniciativas de respeto a los profesionales y cuidado de los servicios sanitarios, desarrollar programas formativos específicos, e incrementar las medidas de seguridad en los centros.
También ha hablado de conseguir la misma
consideración jurídica para el delito de las agresiones, unificar los criterios de las sentencias judiciales y que los procedimientos sean rápidos, expeditivos y ejemplarizantes.
Formación frente a las agresiones
Con el ánimo de incrementar y mejorar la formación de los médicos, desde la Fundación para la Formación de la OMC también se
ha desarrollado el curso online: ‘Agresiones a profesionales sanitarios. Fundamentos de prevención, protección, y respuesta’. Dicha formación arranca este emblemático 12 de marzo. ¿Su objetivo? aportar conocimientos y
habilidades básicas al profesional sanitario para mejorar su comprensión de las agresiones y que pueda adquirir las competencias fundamentales para prevenir, protegerse y actuar.
“Es un paso más que viene a completar lo que ya estamos haciendo desde 2017. Nuestro objetivo es garantizar
una formación mínima e imprescindible para todos los profesionales sanitarios. Queremos que el médico aprenda a gestionar su entorno laboral”, ha aseverado Javier Galván, interlocutor policial nacional sanitario de la Policía Nacional.