A nivel mundial se considera que 210 millones de personas entre los 15 y los 64 años de edad consumen o han consumido sustancias nocivas, de entre ellos el 0,6 por ciento es considerado un adicto. El consumo de sustancias, así como cualquier otra adicción, se determina no solo por el número de veces que se consume, sino por la cantidad de actividades que se abandonan o se ven perjudicadas al depender de la sustancia.
Según cifras del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de las Adicciones en México (SISVEA), que se realizó en el año 2011 con la ayuda de las instituciones de rehabilitación, mostró que el 85,99 por ciento de las personas que sufren alguna adicción son varones, y en la mayoría de los casos la droga detonadora fue el alcohol, pues aunque su consumo es legal, causa los mismo efectos adictivos y daños que otras sustancias.
Las tres sustancias que despuntan en consumo entre los mexicanos son el alcohol, el tabaco y la marihuana con 43 por ciento, 30,4 por ciento y 14,6 por ciento respectivamente, cuyo uso aumentó paulatinamente al grado de consumirse más de tres veces al día, mencionando que cuando los efectos dejaron de funcionar, recurrieron a sustancias más fuertes como el cristal y la cocaína.
El promedio de edad en que comienzan a probar este tipo de sustancias cada vez es menor, en México se encuentran entre los 12 y 17 años, sin embargo, el punto crítico en el cual llegan a algún centro de rehabilitación se encuentra en los 35 años, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Adicciones.
El juicio de una persona que sufre de adicciones se ve distorsionado al grado de no poder apreciar el daño que se causan sí mismos y a las personas que se encuentran en su entorno, pues según SISVEA, el 42,9 por ciento de los pacientes son llevados por amigos o familiares, mientras que el 40,6 por ciento llega por voluntad y el 16,4 restante acude por indicaciones médicas, legales, escolares o laborales.
Entre las ciudades mexicanas con mayor prevalencia en el consumo de sustancias se encuentran Tijuana, Ciudad Juárez, Monterrey, Guadalajara y la Ciudad de México.
La información oportuna así como la atención temprana en los adolescentes es vital para prevenir todo tipo de adicciones pues los tratamientos para combatir sus efectos no son cien por cientos efectivos, sobre todo, si el paciente no recurre voluntariamente al tratamiento, pues en cualquier momento existe la posibilidad de recaer.
El consumo de sustancias provoca un daño irreparable en el sistema nervioso central, en al caso de las sustancias fumables e inhalables, que matan directamente las neuronas, no hay manera de restaurar el daño, por lo tanto, algunos síntomas como pérdida de la memoria o la falta de retención serán permanentes.
El tratamiento consiste en un trabajo múltiple cuyo objetivo es conseguir la abstinencia o, en algunos casos, la reducción del consumo de sustancias psicoactivas para reducir los riesgos y daños que implican, para ello se recurre a las Unidades Médicas de Especialidad, Centros de Atención Primaria en Adicciones (UNEME-CAPA), en los cuales encontrarán atención psicológica tanto para los pacientes como para los familiares.
Se basan en determinar los factores de riesgo, intervención temprana, diagnóstico psicosocial, detener el desarrollo de las enfermedades generadas por consumo y talleres de integración familiar, así como la atención a recaídas. Los UNEME-CAPA pretenden respetar los derechos humanos de los pacientes adictos, evitar maltratos y recibir un tratamiento digno sin ser sujetos discriminación por su condición.