La mayor expectativa de vida de nuestra sociedad actual implica una mayor prevalencia de problemas de salud ligados al envejecimiento. Un ejemplo de esto es el trastorno que acontece en determinados varones en relación con la alteración del perfil hormonal a medida que cumplen años, con máxima expresión en la disminución de andrógenos (ver definición en página 21) que aparece a partir de los 40-45 años.
Este proceso se conoce como andropausia, andropenia o hipogonadismo de inicio tardío (LOH), términos que se utilizan para describir los cambios físicos y emocionales que se presentan en el hombre de edad avanzada, asociados a las alteraciones hormonales. A medida que los hombres envejecen, el nivel de sus hormonas, en concreto de testosterona, disminuye causando cambios importantes de su salud. Este declive hormonal no es igual en todos los hombres, a diferencia de lo que ocurre en la mujer, donde la menopausia se presenta con cierta similitud y para todo el sexo femenino. Además, en el hombre la pérdida es progresiva con los años, mientras que en la mujer se caracteriza por una caída brusca de la producción hormonal.
La disminución de la libido, la disfunción eréctil, el cansancio físico y psicológico, la falta de concentración, la astenia, la irritabilidad y la sudoración excesiva son algunos de los síntomas principales de este trastorno que, además, favorece la osteoporosis y predispone a una mayor incidencia de enfermedad cardiovascular. Por tanto, la andropausia puede producir un detrimento significativo de la calidad de vida y afectar adversamente la función de múltiples órganos y sistemas.
Uno de cada cinco
En España, se calcula que uno de cada cinco adultos mayores de 45 años tienen síntomas característicos de niveles bajos de testosterona; en concreto, afecta a un 10% de los varones de entre 50 y 60 años y al 35% de los mayores de 80 años. A pesar de este importante número de afectados, un alto porcentaje de ellos no consultan este problema con su médico, bien por considerar que sus síntomas son 'achaques' de la edad o bien por pudor.
Según datos de la Encuesta Nacional sobre Salud del Hombre y Andropausia, realizada por el grupo de Estudio de Salud del Hombre (GESH), cerca de un 70% de los varones consultados nunca habían oído hablar de la andropausia. Por este motivo la andropausia es una alteración infradiagnosticada y los expertos consideran que es necesario que la población masculina empiece a conocer esta alteración como una enfermedad y no meramente como una consecuencia natural del paso de los años.
Una vez que el hombre supera los 40 años de edad, se calcula que su organismo deja de producir un 1% de testosterona cada año. Esta pérdida afecta de manera muy diferente a cada individuo, de modo que hay quien empieza a sentir sus síntomas de forma clara y hay quien casi no se ve afectado por este fenómeno.
Testosterona
La testosterona es una hormona que se sintetiza en el testículo y que tiene múltiples funciones en el organismo del hombre: es responsable del deseo sexual, del mecanismo responsable de la erección y de que haya una adecuada respuesta al estímulo sexual. Representa para el hombre lo que el estrógeno para la mujer. Además, según afirma el Dr. Luis Rodríguez Vela, jefe de sección de Andrología del Servicio de Urología del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, 'la testosterona no sólo interviene en la función sexual; además, estimula la producción de hematíes evitando la anemia, potencia la síntesis ósea evitando la osteoporosis, y estimula la síntesis de músculo evitando la debilidad y la flacidez propias de los ancianos'.
Por otro lado, según la Asociación Española para la Salud Sexual, esta hormona juega también un papel importante en la prevención cardiovascular y diversos estudios realizados en Finlandia y Reino Unido apuntan una asociación entre los niveles bajos de testosterona y un aumento del riesgo cardiovascular en el hombre, aunque son necesarias más investigaciones que lo confirmen.
Además, uno de cada ocho hombres de más de 50 años de edad tiene osteoporosis. A medida que avanza la edad y disminuyen los niveles de testosterona, en los hombres, al igual que como ocurre en las mujeres en la menopausia, la densidad de los huesos disminuye considerablemente, de tal forma que, una persona con osteoporosis, pierde más hueso del que regenera. Pues bien, parece que también en estos casos la testosterona juega un papel primordial para mantener dicho equilibrio.
Tratamiento
Actualmente no hay ninguna forma de prevenir la andropausia, ya que no se han identificado los factores de riesgo para esta deficiencia, pero sí existe un método fácil para detectarlo mediante el análisis del nivel de testosterona. También se cuenta con tratamientos eficaces que consisten en restituir farmacológicamente los niveles de testosterona deficitarios y llevarlos al rango de normalidad.
Según afirma el Grupo de Trabajo de Endocrinología de la Sexualidad y Reproducción en sus 'Recomendaciones para la Investigación, Tratamiento y Monitorización del Hipogonadismo Masculino de Inicio Tardío', recientes estudios demuestran que los efectos beneficiosos del tratamiento con testosterona en hombres de edad avanzada son similares a los observados en hombres más jóvenes.
Tal y como indica este grupo, para el tratamiento deben utilizarse preparaciones de testosterona natural que están disponibles por vía intramuscular, subdérmica, transdérmica (en forma de gel), oral y bucal. Todas ellas son seguras y efectivas y la elección de una u otra debe ser una decisión conjunta entre el médico y el paciente.
El paciente suele experimentar una mejoría importante de su bienestar en sólo tres meses si se somete a tratamiento. Además, la densidad mineral ósea se incrementa, con la consiguiente reducción en la frecuencia de fracturas.
La administración de testosterona está absolutamente contraindicada en hombres susceptibles o que tengan carcinoma de próstata o de mama, ya que podría provocar el desarrollo del tumor. La edad como tal no es una contraindicación para iniciar el tratamiento con testosterona.
En todos los casos, este tratamiento debe realizarse bajo estricto control médico. El especialista controlará los niveles de testosterona cada cierto tiempo, comprobando que hay una respuesta clínica adecuada.