Animar a los adolescentes fumadores no sólo a dejar este hábito, sino a mantenerse físicamente activos, podría aumentar sus posibilidades de éxito en la tarea de dejar el tabaco. Así lo señala un estudio de la West Virginia UniversitySchool of Medicine, en Morgantown (Estados Unidos), publicado en Pediatrics.
Diversas investigaciones realizadas en adultos han sugerido que el ejercicio puede ayudar a los fumadores a dejar este hábito, quizá suavizando los síntomas de la abstinencia o quitando la ansiedad.
La investigación de Pediatrics tenía como objetivo averiguar los efectos de dar consejos sobre la práctica de ejercicio físico a adolescentes dentro de un programa para dejar de fumar.
Según el director del estudio, Kimberly Horn, de la West Virginia UniversitySchool of Medicine, en el Estado de West Virginia, donde se ha realizado este, las tasas de tabaquismo son elevadas, mientras que las de ejercicio son bajas. SegúnHorn el ejercicio podría ser importante para estos adolescentes y los efectos de NOT podrían implementarse,
Para desarrollar este trabajo, el equipo de Horn asignó, de forma randomizada, a 19 institutos bien a programas de cesación estándar, bien a este mismo programa completado con consejos sobre deporte o una 'breve intervención' en la que los adolescentes fumadores asistían a una sesión con un programa facilitador. En total, 233 estudiantes participaron en uno de estos tres programas.
El programa estándar de NOT ofrece 10 sesiones semanales en grupos pequeños, en las que un facilitador ayuda a los adolescentes a averiguar por qué fuman y a buscar los métodos para dejar este hábito. Los jóvenes que participaron en la versión de NOT con consejos sobre actividad física recibieron también un podómetro, para seguir sus niveles de actividad diaria.
Tras seis meses, el estudio demostró que los jóvenes del programa NOT con ejercicio poseían las mayores tasas de abandono confirmado por los mismos participantes, de un 31 por ciento. En el programa estándar se consiguió un 21 por ciento de abandonos y menos de un 16 por ciento en el grupo de breve intervención.
Cuando Horn observó más de cerca los datos descubrió que el ejercicio parecía tener efecto sólo sobre los varones. Entre los chicos que participaron en esta versión del programa, el 37 por ciento lo había dejado a los seis meses frente al 18 por ciento que lo consiguió en el programa estándar.
Las tasas de abandono de las chicas, sin embargo, fueron similares en ambos grupos: del 26 y el 23 por ciento, respectivamente. Según Horn, las razones para las diferentes entre géneros no están claras, admite.
