Un medicamento utilizado para tratar la depresión y la ansiedad puede mejorar una afección cardiaca relacionada con el estrés en personas con enfermedad coronaria estable, según han descubierto investigadores del Centro Médico de la Universidad de Duke, en Durham, Carolina del Norte (Estados Unidos).En comparación…
Un medicamento utilizado para tratar la depresión y la ansiedad puede mejorar una afección cardiaca relacionada con el estrés en personas con enfermedad coronaria estable, según han descubierto investigadores del Centro Médico de la Universidad de Duke, en Durham, Carolina del Norte (Estados Unidos).
En comparación con los que recibieron placebo, las personas que tomaron un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina disminuyeron en más de dos veces y media la probabilidad de sufrir isquemia miocárdica inducida por el estrés mental (MSIMI), según los resultados del estudio, publicados en Journal of the American Medical Association.
En la isquemia de miocardio, los pacientes con frecuencia no presentan síntomas evidentes, pero las investigaciones han demostrado que el estrés emocional puede desencadenar estas patologías de corazón.
'La isquemia miocárdica inducida por el estrés mental es una enfermedad grave, ya que los pacientes con esta afección suelen tener problemas cardiacos de peor pronóstico', afirma el autor principal, Wei Jiang, profesor asociado de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento y Medicina Interna en Duke. 'Este estudio demostró por primera vez que es tratable con un medicamento de emoción-modulación', añade.
MSIMI se diagnostica sobre la base de ciertos cambios en el corazón: nuevo movimiento anómalo de la pared, reducción de la cantidad de sangre que se bombea desde el ventrículo izquierdo, cambios isquémicos en las pruebas de electrocardiograma o una combinación de estos síntomas. Aunque puede ser grave, se sabe poco sobre cómo tratarla y estudios previos sobre las intervenciones para MSIMI no han sido concluyentes.
'Para avanzar en nuestra comprensión de la mejora de la salud cardiovascular, creemos que la investigación continua entre la intersección de la salud mental y la enfermedad cardiovascular debe ser una prioridad', dijo el autor principal Christopher O'Connor, director del Centro del Corazón Duke y director de la División de Cardiología.
Para entender mejor la forma de mitigar los efectos cardiovasculares negativos provocados por el estrés mental, investigadores de Duke realizaron un ensayo aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo, del tratamiento con un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (escitalopram) en la isquemia miocárdica inducida por estrés mental, en el que se incluyeron participantes con enfermedad coronaria que se encontraban en condición estable.
De los 310 participantes que fueron evaluados, 127 desarrollaron MSIMI y fueron aleatorizados para recibir el inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS) o placebo. Un total de 112 participantes completaron el estudio y las evaluaciones finales.
Los investigadores observaron que los que tomaron el ISRS tenían 2,62 veces menos probabilidades de experimentar MSIMI durante las tres tareas de estrés mental en comparación con los que tomaron placebo. Además, los participantes en el grupo de ISRS se sentían significativamente con más control y más tranquilos que los del grupo placebo.
Tomar un ISRS se asoció también con varios cambios positivos en los marcadores cardiovasculares, incluyendo la reducción del número de plaquetas transportadoras de receptores de la serotonina. 'Nuestros resultados apoyan la hipótesis de que el uso a corto plazo de los ISRS mejora los niveles de biomarcadores asociados a los resultados cardiovasculares adversos', dijo Jiang.
El estudio sugiere que los ISRS o tratamientos similares podrían desempeñar un papel importante en el manejo de la enfermedad coronaria, un hallazgo relevante para los médicos y los pacientes en riesgo o que viven con la enfermedad coronaria. 'Todos los médicos que tratan a pacientes con enfermedad de la arteria coronaria deben ser conscientes de cómo los factores del estrés emocional pueden influir negativamente en la gestión de la enfermedad', concluye el autor del estudio, Eric Velázquez, profesor asociado de cardiología de Duke.