La tiña es una infección fúngica que se localiza principalmente en la piel, en la capa más externa o superficial, en el pelo y las uñas.
Según la Organización Mundial de la Salud, las dermatofitosis o tiñas son micosis superficiales producidas por los dermatofitos, un amplio grupo de hongos filamentosos constituido por tres géneros anamorfos (Epidermophyton, Trichophyton y Microsporum), de los que hay como unas 40 especies diferenciadas.
Así, la tiña está causadas por hongos filamentosos denominados dermatofitos, que son capaces de metabolizar la queratina e infectar el estrato córneo de la piel y estructuras queratinizadas, como son el pelo y uñas.
Dependiendo de su localización se clasifican en Tinea Pedis, cuando los hongos se localizan en los pies; Tinea Cruris, en las ingles; Tinea Capitis, en el cuero cabelludo; Tinea Corporis, en el cuerpo; Tinea Unguium en las uñas; Tinea Manuum, en las manos y Tinea Barbae, en la barba.
Hace unos días, la tiña ha saltado a las páginas de los periódicos como consecuencia del brote de tiña detectado en algunas personas con un determinado corte de pelo. Parece ser que el origen se debe a la mala o a la desinfección deficiente de las maquillas rasuradoras que se emplean para dichos cortes de pelo. A través de estas maquinillas se ha transmitido el agente causante de la tiña de unas personas a otras. Por eso, es importante recordar extremar las medidas de higiene y no compartir ni ropa ni toallas cuando se tiene dicha infección fúngica.
Se sabe que el Trichophyton rubrum es el hongo que más causa la tiña, infección fúngica que se puede transmitir sin muchos problemas entre las personas y los animales. Pero ojo, también hay que tener cuidado porque la tiña puede aparecer en una zona del cuerpo, por ejemplo en la cabeza, y desplazarse hacia otra. En estos casos, no ayuda llevar ropa ajustada, que hace que el hongo se pueda propagar con mayor facilidad.
Cómo se detecta
Para hacer el diagnóstico de la tiña, es importante fijarse en la presentación de las lesiones. Los pacientes con tiña desarrollan una placa roja, escamosa, circular u ovoide con un aclaramiento central y un borde activo que puede contener vesículas. En general, la erupción cutánea propia de la tiña se suele localizar en la zona del cuello, tronco y extremidades. Hay que tener en cuenta que la lesión es molesta por el picor y la inflamación que lleva consigo. En líneas generales, la tiña se diagnóstica clínicamente con una correcta anamnesis y una exploración física. No obstante, hay que recordar que se puede confundir con otras lesiones cutáneas, como son la psoriasis, sobre todo la que tiene presentación en placas; el eccema, particularmente el numular; el lupus eritematoso discoide y la placa heráldica en la pitiriasis rosada.Pruebas complementarias
Para salir de dudas hay unas pruebas complementarias que pueden reafirmar el diagnóstico de la tiña. Con la dermatoscopia se pueden ver vasos punteados rojos con una distribución periférica o manchada, escamas de aspecto apolillado, descamación externa y manchas marrones rodeadas por un halo blanco-amarillo que son propios de la infección por tiña. A través de la microscopia directa de raspados de piel tratados con hidróxido de potasio (KOH) se destruye todas las células que no son fúngicas. De esta forma, la presencia de la tiña se confirma si se ven hifas largas, angostas y ramificadas, elementos característicos de los hongos. Con los cultivos fúngicos de los raspados en medios de agar de Sabouraud también se puede saber si la lesión se debe a una infección por tiña. El problema de este método es que tiene un elevado coste y los resultados no son inmediatos. La lámpara de Wood también puede ser de utilidad. Hay que tener en cuenta que los dermatofitos asociados con la tiña no emiten fluorescencia, pero sí que sirve para distinguirlos de los de otras lesiones.Tratamiento
El tratamiento de elección para la tiña es un antifúngico tópico. La forma localizada responde al antifúngico tópico cuando se aplica en la zona de la lesión con un margen de 2 cm a su alrededor. Se debe aplicar entre una o dos veces al día durante un periodo que oscila entre 2 y 4 semanas, dependiendo de cada caso, su evolución y su localización. En los casos en los que la infección por tiña esté muy extendida o cuando los antifúngicos tópicos no han resuelto las lesiones se puede optar por antifúngicos orales. No obstante, además del tratamiento farmacológico hay que tomar una serie de medidas que ayudan a manejar la situación. Es importante evitar los ambientes cálidos y húmedos que favorecen la proliferación de los hongos. Mientras se tiene la infección hay que seguir una buena higiene, mantener la piel seca y usar ropa que favorezca la transpiración y quede holgada. Para evitar el contagio se recomienda no compartir ni toallas ni ropa.Bibliografía recomendada
- Cómo detectar la tiña. iDoctus.
- Guía de buena práctica clínica en infecciones fúngicas. OMC. Ministerio de Sanidad.
- Belén Hernández Rupérez, Minia Campos Domínguez y Jesús Saavedra- Lozano. Infecciones fúngicas superficiales. An Pediatr Contin. 2013;11(5):254-66.