Existen diversos tipos de candidiasis. Entre las más frecuentes se encuentra la candidiasis cutánea generalizada. También está el intertrigo, que son las infecciones de los pliegues de la piel. La dermatitis del pañal por Candida es otra de las variantes. La queilitis angular, por su parte, es la infección que afecta a las comisuras de la boca. Y luego la paroniquia crónica, que es la infección del pliegue ungueal. Y, por último, la onicomicosis, que es la infección de la placa ungueal.
Estas infecciones están provocadas por la Candida, hongo del que hay más de 150 especies. El que con más frecuencia produce estas infecciones es la Candida albicans.
Las lesiones de la candidiasis cutánea se pueden localizar en cualquier parte del cuerpo. Aunque suelen aparecer fundamentalmente en las zonas de pliegues, donde se puede concentrar más el calor y la humedad. En dichas zonas se puede producir maceración e inflamación, lo que favorece la aparición de las lesiones cutáneas asociadas a la C. albicans.
Factores de riesgo
Entre los factores de riesgo que favorecen su aparición están la obesidad o las enfermedades endocrinológicas, como la diabetes. También las patologías inmunológicas, como el VIH, estar con tratamiento inmunosupresor, con quimioterapia o tener problemas nutricionales y estar con pauta antibiótica1-3. Las distintas especies de Cándida están en pequeñas cantidades tanto en el tracto digestivo, como en el sistema reproductor1,2. En esta zona, además, es donde tiene un papel en la respuesta inmunitaria de las mucosas, para protegerlas de las infecciones. El problema surge cuando empiezan a distribuirse por las zonas más profundas de la piel, dando lugar a las infecciones. En líneas generales, dichas infecciones son superficiales, que es lo que sucede con la candidiasis cutánea o la candidiasis vaginal. Pero si la infección pasa al torrente sanguíneo puede provocar una infección más grave, como puede ser una esofagitis, una septicemia, una endocarditis y una peritonitis.Formas más comunes
Las dos formas más comunes de candidiasis cutánea son el intertrigo y la dermatitis candidiásica del pañal. La primera afecta a los pliegues del cuello, ingles, axilas, glúteos y mamas. Se manifiesta sobre todo con picor y escozor. Las personas que la sufren también pueden tener una sensación de ardor en la zona donde se localiza la lesión. Según va a avanzando la infección, los bordes de la lesión se modifican y pueden aparecer otras pequeñas lesiones alrededor. Es muy importante tratarla bien para que no aparezcan sobreinfecciones o infecciones secundarias que pueden agravarse. La dermatitis del pañal suele surgir entre el séptimo y noveno mes de nacimiento, y en recién nacidos que lo hacen antes de tiempo. Empieza en la zona perianal y se van hacia el perineo. Cuando ya es más grave, puede llegar hasta el abdomen y la espalda. Para que los padres sospechen de la presencia de dermatitis del pañal por Cándida, tienen que ver que la maceración de la piel es el primer signo. A partir de ahí, pasan a ser lesiones definidas, exudativas y erosionadas con bordes irregulares. Puede aparecer pústulas alrededor de la lesión primera y unas escamas rojas alineadas.Diagnóstico
Para hacer correctamente el diagnóstico de estas infecciones cutáneas fúngicas hay que llevar a cabo una buena exploración física. Es necesario buscar sobre todo si hay las lesiones antes descritas y si hay pápulas y pústulas satélites. En caso de duda, se puede hacer una microscopía directa de raspados de piel tratados con hidróxido de potasio (KOH). Esta prueba elimina todas las células que no son fúngicas. Así, si se ven pseudohifas, que son células recién divididas por gemación, características de los hongos unicelulares como las levaduras, se confirma la infección. La microscopía directa de raspados de piel preparados con tinción de blanco de calcoflúor es una forma fácil de detectar la especie C. albicans. En este caso se une a los polisacáridos de las paredes celulares de los hongos y produce un color y un patrón brillantes. Se pueden ver con un microscopio de fluorescencia. También se puede hacer una histopatología de una biopsia de piel tratada con la tinción de ácido peryódico-Schiff (PAS), que muestra las hifas que no tienen septos. Su determinación permite diferenciar la candidiasis de la tiña. Para salir de dudas diagnosticas, se puede recurrir a los cultivos fúngicos, que se hace de una pústula intacta. El tejido de la biopsia de piel o la piel descamada puede ayudar a respaldar el diagnóstico, pero hay que tener en cuenta que los resultados no son inmediatos, pasan varias semanas hasta obtenerlos. Es importante recordar que el cultivo positivo por sí solo no es suficiente para el diagnóstico porque la Cándida puede estar presente en todo el cuerpo.Tratamiento
Los antifúngicos tópicos son el tratamiento más común. Se deben aplicar una o dos veces al día hasta que desaparezcan las lesiones. Se pueden prescribir antifúngicos orales si la infección es resistente al tratamiento tópico1-5. Además del tratamiento con antifúgico, es importante mantener la piel limpia y seca. En el caso de los bebés, estos deben llevar ropa ligera y transpirable. Estas recomendaciones también se deben seguir a la hora de elegir un pañal.Bibliografía
- Oakley A. Candida. DermNet NZ; 2003. Disponible en: https://dermnetnz.org/topics/candida/. Página visitada en enero de 2022.
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- Evans EC and Gray M. What interventions are effective for the prevention and treatment of cu- taneous candidiasis. J Wound Ostomy Continence Nurs 2003;30:11–16.