Las personas con asma grave que dependen de la esteroides, concretamente de la prednisona, son más de tres veces más propensas a estar deprimidas que las que tienen casos graves y que no tienen esta dependencia, según ha mostrado un estudio realizado en los Países Bajos.
Para llevar a cabo este estudio, publicado en 'Respiratory Medicine' y realizado por la doctora del departamento de Medicina Respiratoria en el Centro Médico Académico de la Universidad de Ámsterdam, Marijke Amelink, y el investigador del Instituto de Psiquiatría de la Universidad de Leiden en Leiden, Simone Hashimoto, se analizaron a 187 pacientes.
De ellos, 67 tenían asma grave dependiente de prednisona, 47 tenían asma grave no dependiente de la prednisona y otros 73 pacientes tenían asma leve a moderada. La edad de los participantes fue similar en los tres grupos, aunque los pacientes tratados con prednisona eran algo mayores y tenían más limitaciones para respirar.
De esta forma, los expertos mostraron que los pacientes con asma grave dependientes de prednisona eran 3,4 veces más propensos a deprimirse que los pacientes no dependientes de prednisona con asma grave, y 3,5 veces más propensos a tener depresión que los pacientes que tenían asma leve a moderada.
Además, los pacientes dependientes de prednisona también eran 2,5 veces más propensas a padecer ansiedad en comparación con los pacientes con síntomas leves o moderados. No obstante, no hubo diferencias significativas en comparación con los asmáticos que no utilizaban este tratamiento.
En este sentido, Hashim ha comentado que el aumento del riesgo de depresión puede ser debido a la tensión del tratamiento, en lugar de a la gravedad de la enfermedad. Esto sería similar a otras enfermedades crónicas, como la diabetes, que requieren regímenes de tratamiento diario complejas.
'Tener depresión no tratada a largo plazo o la ansiedad puede conducir potencialmente a una mayor enfermedad, especialmente si afecta a la capacidad del paciente para cuidar de su salud', ha apostillado.