El suicidio, aunque no se define como enfermedad se ha convertido en una de las principales causas de muerte entre los jóvenes ya que del total de suicidios, el 40, 2 por ciento de casos registrados en México son de personas entre 15 y 29 años, cuya tasa ascendió a 7,9 suicidios por cada 100.000 jóvenes. El 80, 2 por ciento de los actos suicidas son efectuados por hombres, mientras que el 19, 8 restante es efectuado por mujeres.
La depresión, bipolaridad y esquizofrenia son trastornos psiquiátricos que pueden ser considerados como patrones, además que se considera que la alta incidencia en hombres que está ligada con los índices de drogadicción o alcoholismo masculino en reincidencia, también con jefes de familia de escasos recursos y desempleados, esto según datos actualizados del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).
En entrevista exclusiva para EL MÉDICO INTERACTIVO, la psicóloga y terapeuta, la Licenciada Claudia Morales Ramírez recomienda, a los padres poner suma atención en la conducta de los jóvenes, como la resiliencia, la falta de ánimo, la falta de apetito el distanciamiento repentino o paulatino y observar a las personas con las que el joven convive de manera cotidiana.
El acceso a los medios o materiales para cometer suicidio es un factor importante de riesgo que puede determinar que sea consumado o no. Conocer los métodos de suicidio más utilizados ha permitido elaborar estrategias de prevención a partir de la restricción en algunos casos como el carcelario.
Se ha registrado que la manera más recurrente para quitarse la vida, es el estrangulamiento o sofocación, cuyo porcentaje en hombres se eleva al 80,7 por ciento y en mujeres al 71,7 por ciento.
La terapeuta Morales recomienda acudir con un especialista que pueda determinar el estado mental del posible suicida y canalizarlo de manera oportuna y certera, por ejemplo, en caso de sufrir alguno de los trastornos psiquiátricos ya mencionados.
Destacó que no existe manera de prevenir todos los suicidios, pero sí podría ser de gran impacto hacer campañas informativas a nivel comunitario o nacional con las cuales se podrían tomar medidas para reducir el riesgo en el entorno.