Investigadores de la Oregon Health & Science University (OHSU), en Estados Unidos, han descubierto que las células gliales, consideradas de apoyo, son en realidad, de vital importancia para el crecimiento de las neuronas del bulbo raquídeo responsables del control cardiorrespiratorio.
Los autores, que publican los resultados en la versión online de la revista científica Neuroscience, observaron a las células gliales, células no neuronales del cerebro, y descubrieron que regulan el crecimiento de las células nerviosas en el bulbo raquídeo. De hecho, las células gliales inhiben el crecimiento de las neuronas del bulbo raquídeo y pueden ser tan importantes para establecer redes neuronales como los factores neurotróficos, familia de proteínas esencial para el crecimiento cerebral y supervivencia. El estudio de la OHSU es el primero en demostrar que las células gliales inhiben el crecimiento de las células nerviosas.
Según la directora de este estudio, Agnieszka Balkowiec, profesora asociada de Biociencias Integradas en la OHSU, investigaciones anteriores han mostrado que una característica común del cerebro de los niños de corta edad que sufren el síndrome de muerte súbita (SIDS), es el dramático incremento del número de células gliales.
En base a los resultados de este estudio, el incremento de las células gliales podría ser la causa de un crecimiento peligroso de neuronas del bulbo raquídeo que controlan la función cardiorrespiratoria y, finalmente, causan la muerte, asevera.
Esta investigación ha revelado también que las células gliales dirigen el crecimiento de las neuronas del bulbo raquídeo causadas por el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), otra molécula que el laboratorio de Balkowiec se ha visto que juega un importante papel en el control cardiorrespiratorio.
Este estudio muestra que el cuadro es más complejo de lo que previamente se pensaba, dice Balkowiec, para quien una mejor comprensión de las interacciones entre BDNF y las células gliales podría jugar un papel importante en el desarrollo de tratamientos para SIDS, la hipertensión y otros desórdenes en los que se de un deficiente control cardiorrespiratorio.