Las
estatinas son fármacos muy eficaces, seguros y bien tolerados por la gran mayoría de pacientes. Entre los efectos adversos no deseados más frecuentes se encuentran los
dolores musculares. De hecho, son los que dan lugar a la interrupción del tratamiento o su abandono definitivo. Hay que destacar que cada vez más se habla del posible efecto nocebo en un determinado porcentaje de pacientes que refieren este tipo de efecto secundario.
No obstante, ante esta situación se debe cambiar de
estatina. En caso de persistir la dolencia muscular habrá que retirarlo y buscar otras alternativas, como
ezetimiba o un IPCSK9.
En cualquier caso, si los síntomas son leves y hay una elevación CK < 5 x LSN se puede mantener el tratamiento con
estatinas, pero monitorizando los niveles de CK. Otra opción es suspender transitoriamente el tratamiento entre dos y cuatro semanas y reiniciarlo a dosis mínima hasta alcanzar la dosis adecuada de estatina.
Si se tienen los niveles de CK > 5 x LSN hay que suspender el tratamiento y valorar el reinicio con
estatina a dosis mínima, combinada con
ezetimiba, ezetimiba en monoterapia o un IPCSK9.
Interacciones
La administración concomitante de
estatinas con gemfibrozilo, ciclosporina, ácido nicotinico, antifúngicos (tipo azol), inhibidores de la proteasa y antibióticos macrólidos aumenta la posibilidad de la aparición de los síntomas musculares y miopatías.
En este contexto, hay que tener en cuenta factores, como la insuficiencia renal, hipotiroidismo, antecedentes personales o familiares de alteraciones musculares, antecedentes de dolores musculares con otra estatina o fibrato, y alcoholismo.
Diabetes
Se sabe que el uso de
estatinas está asociado a un aumento de glucosa en sangre y que un pequeño porcentaje de pacientes, con el paso del tiempo, pueden estar en situación de prediabetes o desarrollen
diabetes tipo 2. Es importante recordar que los pacientes en tratamiento con
estatinas se
revisan con frecuencia, por lo que se tomarían las decisiones ante un posible aumento de glucosa en sangre.
Así, los beneficios demostrados por las
estatinas para la reducción del
riesgo cardiovascular y, por tanto, de eventos cardiovasculares superan al riesgo de desarrollar prediabetes o
diabetes tipo 2.
Daño hepático
Con respecto a las enzimas hepáticas, las elevaciones persistentes se pueden producir después de comenzar el tratamiento con
estatinas. Tras una analítica inicial, se puede observar un aumento de las enzimas hepáticas. La elevación persistente de es poco frecuente, reversible y se detecta rápidamente.
Ante una situación de elevación persistente en los niveles séricos de transaminasas hepáticas está contraindicado su uso. Pero si GOT/GPT <3 x LSN puede continuarse el tratamiento con
estatina y repetir analítica en unas cuatro o seis semanas.
Tras la nueva analítica, se valorará el tratamiento adecuado. Cuando GOT/GPT> 3 x LSN se puede reducir la dosis o suspender el tratamiento. En cualquier caso, habrá que realizar una analítica y valorar el mantenimiento del tratamiento con
estatina, reducir la dosis y combinar con
ezetimiba o suspender definitivamente el tratamiento con
estatina.
Deterioro cognitivo
No hay evidencia de que las
estatinas se asocien a
deterioro cognitivo, pero hay que tener en cuenta la diferencia de acción entre las
estatinas hidrofílicas y lipofílicas, dosis y potencia de las
estatinas y tiempo del tratamiento.
Las
estatinas tienen demostrado
beneficio cardiovascular y son la terapia clave de enfermedad arteriosclerótica.
Las nuevas guías plantean objetivos más estrictos de
control del colesterol por lo que el uso de las
estatinas se ve incrementado en los últimos años. Por cada mmol/L de reducción del colesterol LDL se reduce el riesgo de tener un evento cardiovascular mayor en 22%.
Los efectos pleiotrópicos de las
estatinas, como son el antiinflamatorio y antioxidante, supresión de especies reactivas de oxígeno pueden que contribuyan al efecto de las estatinas más allá del control del LDL. Estos efectos pleiotrópicas también pueden ser útiles en retrasar la aparición de demencia y enfermedad de Alzheimer.
De hecho, distintos estudios a corto plazo no encuentran efectos adversos de las
estatinas relacionados con la cognición, pero estudios a largo plazo encuentran que las
estatinas pudieran ser beneficiosas en la
prevención de la demencia.
Evidencia disponible
Un ensayo clínico aleatorizado a largo plazo en población anciana es estudio PROSPER, que no mostró diferencias en la disminución de la función cognitiva en pacientes tratados con pravastatina o placebo.
Por su parte, el estudio Heart Protection Study, con simvastatina, tampoco encontró efecto cognitivo negativo. En el estudio de HOPE-3 sí que se observó que ni el candesartan/hidroclorotiazida, ni la rosuvastatina 10 mg o su combinación se asociaban a reducción o incremento de la tasa de declive de la función cognitiva en un seguimiento de 5,7 años.
En resumen, existe evidencia que el uso de
estatinas se asocia a menor riesgo de demencia y enfermedad de Alzheimer en metaanálisis de estudios retrospectivos, pero los ensayos clínicos aleatorizados no han podido demostrar estos hallazgos en todos los casos.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina Familiar Antonio José García Ruiz, Tomás Gómez Bonillo, Martín López Marín, José Coronado Martínez y Mª Luisa Rodríguez García, y el endocrinólogo José Francisco López Martínez, del Centro de Salud Lorca Centro, y Jorge Ruiz Sánchez, Jersy Cardenas y Eduardo Alonso, de Madrid.