Sociedades

"La obligación de las sociedades científicas es velar por la calidad asistencial- afirmaba José Manuel Bajo Arenas, presidente de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME)- no es lo mismo un recorte que un ahorro, el ahorro va ligado a la calidad, pero con eficiencia". Así presentaba el documento de consenso firmado, en representación de sus más de 20.000 profesionales sanitarios asociados,  por la AEG, la SEAIC, la SEC, la SEEN, la SEN, la S.E.N., la SEOM, la SEPAR, la SEPD y la SER, en el que todas estas sociedades científicas no pretenden ser "amenazantes", sino simplemente ofrecer su colaboración a las autoridades sanitarias en la elaboración de medidas para la sostenibilidad del sistema.  "Ofrecemos trabajo y colaboración para optimizar los recursos", explicaba Pilar de Lucas, presidenta de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), que a su vez dejaba claro que si bien aún no se había resentido de forma directa la calidad a causa de los recortes, estaban vigilantes, puesto que la línea roja que no quieren que se llegue a traspasar es que "las medidas comprometan los resultados en eficacia y en calidad de vida".

Algunas de las ideas pasan por adaptar el modelo a los avances tecnológicos y a los cambios demográficos, epidemiológicos, sociales y culturales, para lo cual se propone la descentralización de la gestión hacia las unidades y los servicios asistenciales, permitiendo así que los profesionales asuman autonomía y responsabilidad en la gestión, contribuyendo a un mayor ahorro y eficiencia.  De esta manera, Bajo Arenas insistía en que "en el presupuesto lo que hay que atender es una serie de prioridades".

En España sobran hospitales

Igualmente, y en este sentido, otra de las ideas que surgía en la mesa era la de reordenar los servicios hospitalarios, ya que tal y como señalaba Juan Jesús Cruz, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), "el gran problema es que en todos los hospitales hemos querido tener de todo", sin ser conscientes que el hecho de que el ciudadano tenga el servicio más próximo, no quiere decir que sea en ese servicio donde mejor vaya a ser atendido. Así la idea giraba en torno a una mayor movilidad tanto de los pacientes como de los profesionales por el territorio español, para lo cual es necesario una mayor cohesión entre las Comunidades Autónomas, e incluso una mayor equidad dentro de las mismas, para lo cual,  "quizás el Ministerio de Sanidad tendría que recuperar algunas competencias", apuntaba en cuestión de ordenación Vicente Bertomeu, presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC),  a lo cual también añadía que "En España, en algunos sitios, sobran hospitales como sobran aeropuertos o universidades".

Por último, y como respuesta  a la privatización de la gestión, que también se está usando como una vía complementaria a los recortes, y ante la incidencia que esto pueda tener en la calidad y en una mayor fragmentación del SNS, las sociedades científicas también han debatido este punto para sugerir la necesidad de crear unos estándares de calidad que sirvan para auditar con homogeneidad y transparencia todos los centros sanitarios del SNS, tanto de gestión pública como privada.

"La obligación de las sociedades científicas es velar por la calidad asistencial- afirmaba José Manuel Bajo Arenas, presidente de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME)- no es lo mismo un recorte que un ahorro, el ahorro va ligado a la calidad, pero con eficiencia". Así presentaba el documento de consenso firmado, en representación de sus más de 20.000 profesionales sanitarios asociados,  por la AEG, la SEAIC, la SEC, la SEEN, la SEN, la S.E.N., la SEOM, la SEPAR, la SEPD y la SER, en el que todas estas sociedades científicas no pretenden ser "amenazantes", sino simplemente ofrecer su colaboración a las autoridades sanitarias en la elaboración de medidas para la sostenibilidad del sistema.  "Ofrecemos trabajo y colaboración para optimizar los recursos", explicaba Pilar de Lucas, presidenta de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), que a su vez dejaba claro que si bien aún no se había resentido de forma directa la calidad a causa de los recortes, estaban vigilantes, puesto que la línea roja que no quieren que se llegue a traspasar es que "las medidas comprometan los resultados en eficacia y en calidad de vida".

Algunas de las ideas pasan por adaptar el modelo a los avances tecnológicos y a los cambios demográficos, epidemiológicos, sociales y culturales, para lo cual se propone la descentralización de la gestión hacia las unidades y los servicios asistenciales, permitiendo así que los profesionales asuman autonomía y responsabilidad en la gestión, contribuyendo a un mayor ahorro y eficiencia.  De esta manera, Bajo Arenas insistía en que "en el presupuesto lo que hay que atender es una serie de prioridades".

En España sobran hospitales

Igualmente, y en este sentido, otra de las ideas que surgía en la mesa era la de reordenar los servicios hospitalarios, ya que tal y como señalaba Juan Jesús Cruz, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), "el gran problema es que en todos los hospitales hemos querido tener de todo", sin ser conscientes que el hecho de que el ciudadano tenga el servicio más próximo, no quiere decir que sea en ese servicio donde mejor vaya a ser atendido. Así la idea giraba en torno a una mayor movilidad tanto de los pacientes como de los profesionales por el territorio español, para lo cual es necesario una mayor cohesión entre las Comunidades Autónomas, e incluso una mayor equidad dentro de las mismas, para lo cual,  "quizás el Ministerio de Sanidad tendría que recuperar algunas competencias", apuntaba en cuestión de ordenación Vicente Bertomeu, presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC),  a lo cual también añadía que "En España, en algunos sitios, sobran hospitales como sobran aeropuertos o universidades".

Por último, y como respuesta  a la privatización de la gestión, que también se está usando como una vía complementaria a los recortes, y ante la incidencia que esto pueda tener en la calidad y en una mayor fragmentación del SNS, las sociedades científicas también han debatido este punto para sugerir la necesidad de crear unos estándares de calidad que sirvan para auditar con homogeneidad y transparencia todos los centros sanitarios del SNS, tanto de gestión pública como privada.