Desde hace quince años el 11 de abril es la fecha en la que se conmemora el Día Mundial del Parkinson, una enfermedad degenerativa y crónica del sistema nervioso, caracterizada por afectar a las zonas del cerebro encargadas del control y coordinación del movimiento y del equilibrio. Según datos estimados de la Sociedad Española de Neurología (SEN), entre 120.000 y 150.000 personas padecen la Enfermedad de Parkinson en España, y cada año se detectan unos 10.000 casos nuevos, lo que la convierte en la segunda patología neurodegenerativa, tras el Alzheimer, más numerosa. Pero además, se estima que el número de afectados, debido al progresivo envejecimiento de la población española, se duplicará en 20 años y se triplicará en 2050. A día de hoy, el coste de la Enfermedad de Parkinson en Europa se acerca a los 11 billones de euros anuales.
El 70 por ciento de las personas que padecen Parkinson en España tienen más de 65 años (lo que supone el dos por ciento de los mayores de esta edad) mientras que un quince por ciento no supera los 45 años. 'En los últimos años, la incidencia de esta patología en gente más joven, pero también en el resto de la población, parece haber aumentado, aunque esto es debido principalmente a que el diagnóstico de esta dolencia se realiza mucho antes. En todo caso, el diagnóstico de esta enfermedad sigue siendo un aspecto a mejorar', explica la doctora Rosario Luquín, coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
'El principal problema para su diagnóstico es que se trata de una enfermedad de la que no se conocen exactamente sus causas: aproximadamente un diez por ciento se consideran hereditarias, un cinco por ciento podrían tener un origen ambiental o tóxico, pero del 85 por ciento restante se desconoce su origen. Una dificultad importante en el diagnóstico preciso de esta enfermedad radica en que hoy por hoy no existe una prueba de laboratorio o de imagen que permita establece con total garantía que un sujeto tiene una enfermedad de Parkinson. Por otro lado el hecho de que en muchas ocasiones la enfermedad se manifieste por distintos síntomas que, además, pueden ser achacables a otras enfermedades, dificulta todavía más el proceso diagnóstico'.
Temblor y edad
Tradicionalmente se ha asociado la Enfermedad de Parkinson con la imagen de una persona mayor con temblor pero, 'ni es una enfermedad exclusiva de las personas mayores, ni el temblor es el único indicador de esta enfermedad', comenta Rosario Luquín. 'Se puede manifestar a través de síntomas como torpeza, lentitud, rigidez muscular, pérdida de equilibrio,...pero también por otros síntomas que nada tienen que ver con trastornos del movimiento. En un 40 por ciento de los casos, la primera manifestación del Parkinson es la depresión'.
Es frecuente que las personas afectadas de Parkinson sufran depresión, ansiedad, apatía o nerviosismo, incluso antes de que aparezcan los síntomas motores de la enfermedad y hoy se les considera síntomas premotores de la enfermedad. Pero además, dos de cada tres personas pueden experimentar algún tipo de disfunción sexual -bien como consecuencia del tratamiento farmacológico, por alteraciones del sistema nervioso o motivados por factores emocionales- y, en la misma proporción, padecer alteraciones de sueño: un quince por ciento padece somnolencia excesiva por el día y es frecuente que también experimenten insomnio, fragmentación del sueño, pesadillas... por otra parte, hasta un quince por ciento de los pacientes en tratamiento pueden desarrollar trastornos del control de los impulsos que en la mayoría de los casos se manifiestan por conductas de hipersexualidad, ludopatía o adiciones a las compras, a la comida o a hobbies...
'Es importante que, ante los primeros síntomas, o al desarrollar cualquier tipo de comportamiento anómalo una vez diagnosticada la enfermedad, se consulte con el neurólogo. La Enfermedad de Parkinson, aunque sea crónica, tiene multitud de posibilidades terapéuticas tanto para combatir los síntomas de la propia enfermedad, como para los efectos adversos que puedan presentarse', asegura la doctora Luquín.
Ciertos tratamientos farmacológicos, o incluso la cirugía, han demostrado ser muy eficaces. Pero es necesario que cada persona reciba un tratamiento muy personalizado ya que la cirugía no beneficia a todos y cada paciente desarrolla una respuesta diferente al tratamiento médico.
Por otra parte, recientemente se han publicado dos estudios en los que se muestran evidencias de que el taichí y el ejercicio de levantamiento de pesas pueden mejorar significativamente los síntomas motores de la Enfermedad en Parkinson. 'Ya se conocía que la actividad física es casi tan importante como el tratamiento farmacológico para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Pero estos dos nuevos estudios indican que realizar actividades físicas combinadas es lo más eficaz. De esta forma, se puede aconsejar una pauta de taichí para mejorar el equilibrio y la marcha, y un ejercicio más vigoroso para fortalecer las habilidades motoras', concluye la especialista.