Los síntomas que definen la esquizofrenia pueden estar ligados con el estrés de la vida laboral o urbana y puede confundirse con depresión, se trata de una sensación prolongada de tensión, insomnio, falta de concentración, aislamiento social y cambios en la personalidad del paciente.
Es posible que estas conductas sean una limitante, ya que en algunos casos los pacientes sufren delirios, es decir, pueden escuchar voces o tener visiones irreales que solo están presentes en su pensamiento, lo que dificulta la vida cotidiana del paciente.
A través de un Modelo Integral de Talleres Protegidos en la Ciudad de México que es dirigido a personas que solicitan empleo y sufren de discapacidad psicosocial, trastorno de esquizofrenia u otros, el Taller fortalece la individualidad e independencia mediante un programa Fomento al Trabajo Digno en el cual reciben capacitación básica necesaria.
La secretaria de Trabajo y Fomento al Empleo de la Ciudad, Amalia García Medina, expresó que dicho modelo es único en su tipo en Latinoamérica y Europa, pues es un complemento extra del entorno médico.
Existen al menos cuatro tipos de esquizofrenia que son evaluados por un psiquiatra, mismo que determinará los fármacos, el tratamiento no debe ser interrumpido pues debe alternarse con terapia psicológica hasta lograr reinsertar al paciente con su entorno social.
El tratamiento integral con terapia electroconvulsiva, entes llamados 'electroshocks', sigue vigente en muchas partes del mundo, pues se encarga de mejorar la comunicación eléctrica-química de las neuronas mediante descargas eléctricas que llegan al sistema nervioso central.
Este padecimiento puede comenzar en cualquier edad aunque su promedio data entre los 16 y 25 años, su aparición podría estar ligada también con alguna herencia genética y su prevalencia ataca al 1 por ciento de la población y sólo uno de cada diez pacientes cuentan con un tratamiento adecuado.
Desde el año 2015 se conformaron las dos primeras sociedades cooperativas, egresadas de este modelo de talleres, modelos únicos a nivel nacional que establecen un precedente en Latinoamérica para personas con discapacidad psicosocial.
Los pacientes beneficiados mostraron una disminución de recaídas, además adquirieron habilidades y conocimientos para desarrollar un oficio, lo que permitió reducir los síntomas negativos del trastorno y mejorar su calidad de vida.
La meta siempre será tratar de prevenir este tipo de padecimientos mediante el aprovechamiento de los avances médicos y psiquiátricos que permitan mejorar la calidad de vida de los pacientes, finalizó la secretaria García Medina.