Cada vez se diagnostican más casos de diabetes, lo que hace que aumente el gasto sanitario

Al igual que ocurrió en su día con la hipertensión, el médico de atención primaria se ha ido haciendo cargo del tratamiento de la diabetes, a medida que se iba sintiendo más seguro a la hora de diagnosticarla y tratarla. Esto ha contribuido a que se diagnostique más en los pacientes de mediana edad que acuden a consulta. Aunque sea por otro motivo, se les hace un control de glucemia y se detectan más casos que, a su vez, se tratan más, lo que conlleva una prevención y una mejora de la morbimortalidad. A esto han contribuido también los nuevos tratamientos para la diabetes, mucho más seguros y cómodos. Estos dos aspectos, el que se detecte y se trate más, y el que los nuevos tratamientos son más caros puede ser lo que ha contribuido a que haya aumentado el gasto, pero sin duda lo compensa la mejoría en la calidad de vida y el descenso de la morbimortalidad. La incidencia de la diabetes ha aumentado porque se diagnostica más y por el aumento de los malos hábitos de vida de la población en general: mala alimentación, sedentarismo, tabaco, alcohol. Factores de riesgo Los pacientes de nuevo diagnóstico suelen tener sobrepeso u obesidad, sedentario, fumador, tensión arterial alta y dislipemias, lo que supone un gasto añadido, ya que los pacientes están mejor controlados porque toman más fármacos y porque el precio se ha incrementado. Al bajar los objetivos terapéuticos aumenta el gasto farmacéutico. Este es uno de los principales motivos que hacen que se dispare el gasto. Los pacientes más frecuentes son hombres obesos, que no se cuidan y con un estilo de vida descuidado. Si a eso se suman los antecedentes familiares, se incrementa el número de diabéticos. Por eso, los especialistas recomiendan medidas que pasan por un estilo de vida más saludable, acompañado de ejercicio físico y reducción de peso. De hecho, es aconsejable revisar periódicamente su historial clínico para poder llevar un correcto seguimiento de los pacientes. Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores José Antonio Vázquez López, Ángel Otero Toral, Máximino González Fernández, Manuel Diez Estrada, Clara Ordás Miguélez y Eulogia de Abajo Alonso, del Centro de Salud Condesa, y los especialistas en Medicina General Pablo González Astorqui, Carmen Fuentes Sainz y Ramón Martínez Bretones, del Centro de Salud Cazoña.