El melanoma maligno o cáncer de piel es un tipo de cáncer fácilmente reconocido por el especialista entrenado y es curable cuando es diagnosticado en sus etapas de inicio; por ello, la detección temprana a través de la autoexploración y la vigilancia de los lunares son de gran importancia para su pronóstico, explicó la doctora Erika Betsabé Ruiz, oncóloga médica del Centro de Infusión Superare de la Ciudad de México.
En México, en el año 2012 esta enfermedad ocasionó alrededor de 500 muertes, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Cancerología (INCan). Es un cáncer que afecta a todas las razas, pero es más común en la raza caucásica y en los adultos jóvenes afectados sobre todo por factores ambientales y camas de bronceado.
Hay varios tipo de cáncer de piel. Entre los más frecuentes se encuentra el carcinoma basocelular, que se produce en una capa más profunda de la epidermis y se manifiesta como una protuberancia en la cabeza, el cuello o las manos y no produce metástasis, es decir, no se extiende a diferencia del carcinoma epidermoide que aparece comúnmente en personas de tez clara y se localiza por lo general en extremidades y en algunos casos en los bordes de la oreja, cara, labios y boca, se puede extender formando masas.
La doctora Ruiz comentó que el melanoma maligno es el más agresivo y su presencia a nivel mundial ha aumentado; está ubicado en el séptimo lugar de los cánceres a nivel mundial y se calcula que para 2020 se convertirá en uno de los primeros.
El cáncer de piel se manifiesta en promedio entre los 25 y 35 años de edad y es posible detectarlo por medio de la observación y vigilancia de la piel de espalda, pecho, estómago, piernas, plantas de los pies y entre los dedos, y pedir ayuda si es necesario para revisar zonas difíciles.
Para evitar el desarrollo de esta enfermedad se recomienda evitar la sobreexposición al sol, principalmente en la época de vacaciones, cuando una gran parte de la población acude a las playas para broncearse. Además del uso de bloqueadores solares, usar ropa que cubra la mayor parte de piel, la exposición la sol se debe realizar antes de las 11 horas y después de las 4 de la tarde, explicó la también oncóloga médica del INCan.
El método de vigilancia se llama ABCD y es fácilmente realizable:
-A de asimetría, cuando dividimos el lunar en dos partes sin que sean iguales.
-B de borde, si la terminación de un lunar es irregular o tiene algún relieve.
-C de color, si la intensidad de color del lunar es café o negro y cambia a colores azulados o rojizos.
-D de diámetro, cuando el lunar mide más de 6mm (se puede tomar como referencia el tamaño de la goma de un lápiz).
Si en la autoexploración alguno de estos puntos es afirmativo es necesario acudir con el médico de cabecera para comenzar con los exámenes médicos y el tratamiento correspondientes. Además de alertar a los integrantes de la familia, pues es fácilmente relacionado con la herencia.
Es muy común confundir algunos lunares con verrugas o fribromas, que son formaciones de piel o lesiones dérmicas benignas que llaman la atención de manera estética, estas son fáciles de retirar con algunos tratamientos sin necesidad de cirugía, aunque no causan ningún daño en la salud.
A lo largo de los últimos 10 años en México se han implementado Jornadas de Prevención y Detección Oportuna de Cáncer de Piel en las cuales se han repartido más de 100.000 protectores solares y se brinda diagnóstico en Unidades Móviles de Detección.
Se recomienda evitar la exposición prolongada a al sol, utilizar bloqueadores solares con un mínimo Factor de Protección Solar 15, utilizar viseras, gorras, sombreros o sombrillas, así como utilizar manga larga, lo que evita hasta en un 78 por ciento daños en la piel.
Para el tratamiento existen la inmunoterapia y la radioterapia que, acompañadas con la cirugía, ayudan al paciente a controlar el cáncer de piel.