Se estima que el consumo de tabaco se cobra la vida cada año a más de 7 millones de personas, una cifra que, según las previsiones, aumentará hasta más de 8 millones de fallecimientos anuales en 2030 si no se intensifican las medidas para contrarrestarlo.
El cáncer de pulmón es la primera causa de muerte por cáncer en México en hombres y mujeres. Es un problema mundial de salud causado por varios factores como son la inhalación de humo de leña y solventes, contaminación ambiental, factores genéticos y tabaquismo.
En México, el 95 por ciento de los casos de cáncer de pulmón se diagnostica en etapas avanzadas, lo cual limita el tratamiento de esta enfermedad. El pronóstico de supervivencia media es de 4 a 5 meses sin tratamiento y de hasta 2-3 años con el tratamiento adecuado, señaló el especialista.
De acuerdo a la OMS, la estrategia más eficaz para combatir la propagación del consumo de tabaco es aplicar políticas encaminadas a reducir directamente la demanda. La opción más eficaz y rentable para todos los gobiernos consiste simple y llanamente en aumentar el precio del tabaco, aplicando impuestos sobre el consumo.
Actualmente, los productos de tabaco en México tienen un impuesto al consumo interno llamado Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), que incluye un impuesto específico.
El IEPS al tabaco se incrementó a partir del año 2011, cuando se aprobó el aumento de 7 pesos al precio de una cajetilla de 20 cigarros. La recaudación aumentó 38 por ciento, pasando de $22 mil millones en 2009 a $30 mil millones en 2011.
La Ley de Ingresos de la Federación estima que durante 2017 se recaudarán $132 mil 220 millones de pesos por el cobro de IEPS a productos como el tabaco, bebidas alcohólicas, y alimentos y bebidas de alto contenido calórico. Recursos mayores al presupuesto asignado para el Ramo 12 Salud en el Presupuesto de Egresos de la Federación, que asciende a $121 mil 817 millones de pesos.
En el marco del Día Mundial sin Tabaco, la Asociación Respirando con valor exhorta a las autoridades mexicanas a revisar la viabilidad de destinar un porcentaje del IEPS al tabaco para la atención de la salud, en especial para el diagnóstico oportuno y la atención de calidad de los pacientes con enfermedades oncológicas como cáncer de pulmón entre otras.