Cardiólogos y neurólogos reclaman los anticoagulantes de acción directa para fibrilación auricular no valvular e ictus

Cardiólogos y neurólogos sitúan los anticoagulantes de acción directa (ACOD) como primera opción para pacientes de alto riesgo, como los que presentan fibrilación auricular no valvular (FANV) y los que han sufrido un ictus previo, según las conclusiones de la XIX edición de la reunión CardioForo 2016, en la que han colaborado Bristol-Myers Squibb y Pfizer.

Una de las principales mejoras que se podría aplicar para la prevención del ictus cardioembólico a través del tratamiento anticoagulante es identificar mejor al paciente con mayor riesgo tromboembólico asociado a FANV. 'Es clave valorar el riesgo tromboembólico mediante la escala de evaluación CHA2DS2VASc que es la más adecuada a día de hoy según los datos actuales y no la escala CHADS2', explica Domingo Marzal, jefe del Servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario de Mérida.

En el caso de pacientes con fibrilación auricular no valvular que están en tratamiento con Sintrom, 'hay que comprobar el cumplimiento y el tiempo en rango terapéutico. Si el paciente no está en rango hay que cambiar a un anticoagulante de acción directa como muy tarde en seis meses, como marca el Informe de Posicionamiento Terapéutico', apunta Marzal.

Desde el punto de vista de Neurología, el perfil de seguridad de los ACODs y la ausencia de interacciones con otro tipo de medicación son ventajas clave para estos especialistas. Por lo tanto, 'estos pacientes son candidatos a recibir anticoagulación oral con ACODs porque aportan eficacia en cuanto a la prevención y fundamentalmente seguridad. Un paciente que ha tenido un ictus tiene el doble de riesgo de sufrir un nuevo ictus que un paciente que no lo haya tenido', según José Vivancos, jefe del Servicio de Neurología y coordinador de la Unidad de Ictus del Hospital Universitario de La Princesa, en Madrid.

Perfil de apixaban

De los anticoagulantes en el mercado, los especialistas han destacado apixaban. 'Apixaban ofrece un perfil farmacodinámico muy favorable. Es un fármaco muy eficaz, superior en eficacia a warfarina, es seguro, reduce el riesgo de sangrado mayor y hemorragia intracraneal, por su vía de eliminación se puede utilizar en pacientes con enfermedad renal más avanzada y permite ajustar dosis en pacientes con un peso menor de 60 kilos, pacientes que tienen la creatinina por encima de 1,5 o pacientes con más de 80 años', añade Vivancos.