Un gran volumen de la innovación biomédica está representado actualmente por la llamada innovación incremental. De hecho, en torno a un 40 por ciento de los fármacos que han llegado al mercado en la última década han surgido de la innovación incremental. Entendemos por la misma, aquella que incluye
desarrollos adicionales sobre fármacos ya existentes. Por ejemplo, nuevas formas de administración o formulaciones, combinación de medicamentos, modificaciones en la posología o en la cantidad de principio activo y nuevos usos de la medicación. Todas, mejoras especialmente importantes para personas mayores, enfermos crónicos y polimedicados y niños.
La innovación incremental puede aportar desarrollos muy relevantes con respecto al fármaco original, suponiendo un gran impacto en la vida de los pacientes y, consecuentemente, en la sociedad y en el sistema de salud. Sin embargo, hoy en día en numerosas ocasiones no existe un reconocimiento adecuado de este tipo de mejoras terapéuticas por parte de los organismos decisores de la financiación, lo que puede desincentivar su desarrollo.
Un nuevo informe actualizado
Estas son las principales conclusiones del estudio presentado este miércoles en Barcelona y realizado por la
consultora Axentiva para Farmaindustria bajo el nombre
La innovación incremental del medicamento. Generando valor para el paciente y el sistema de salud.
Se trata de una
actualización del presentado en 2023, al que se han sumado
ejemplos llamativos de medicamentos que representan una innovación incremental. Estos van desde formas de administración de medicamentos y formulaciones mejor recibidas por los pacientes a combinaciones de medicamentos que propician importantes mejoras en los resultados en salud.
Casos concretos de innovación incremental
El informe, en concreto, analiza cinco tipos de innovación incremental de los medicamentos: modificaciones en la cantidad de principio activo, modificaciones en la posología, nuevas formulaciones o formas de administración, nuevos usos e incorporación de dispositivos de administración, incluyendo tecnologías digitales, y combinaciones de medicamentos.
Así, el estudio expone el caso de una nueva forma farmacéutica en
nanocristales para pacientes con esquizofrenia que permite una liberación sostenida y, en consecuencia, su administración semestral. Asimismo, cita unos
parches para pacientes con Alzheimer que permite la aplicación dos veces por semana y presenta una efectividad comparable a la formulación diaria. Igualmente, describe un inhalador que combina dos principios activos para el tratamiento de pacientes con asma persistente que disminuye la tasa de abandono y mejora la adherencia al tratamiento.
O el caso de una nueva formulación en
espuma cutánea para personas con psoriasis, que, además de mejorar el estado y gravedad de la enfermedad frente a la versión en gel, mejora la calidad de vida relacionada con la enfermedad y reduce la pérdida de sueño asociada al picor. También la introducción de un
dispositivo dispensador que administra dosis personalizadas para la enfermedad de Parkinson.