Un equipo de investigación de Escuela de Medicina de la Universidad de California, en San Diego, Estados Unidos, y el Instituto Ludwig para la Investigación del Cáncer ha descubierto, al estudiar el impacto de los daños del ADN en el aparato de Golgi, una nueva vía activada por daños en el ADN con importantes consecuencias para la respuesta celular del cuerpo a la quimioterapia.
Tratamientos estándar contra el cáncer, entre los que se incluyen muchos medicamentos de quimioterapia y radioterapia, actúan sobre las células, causando daños en el ADN. En muchas células de cáncer, el daño del ADN se convierte en vías de señalización que conducen a la muerte celular, la base de la utilización de estos tratamientos para el cáncer.
Una mejor comprensión de las vías de señalización que se activan en las células en respuesta al daño del ADN y, en última instancia, la influencia que ejercen para determinar el destino de la célula para vivir o morir podría dar lugar a un uso más efectivo de estos agentes que dañan el ADN para tratar el cáncer.
Un estudio publicado en la revista 'Cell', dirigido por Seth Field, profesor asociado de Medicina en la Universidad de California San Diego, demuestra que el daño al ADN desencadena una dramática reorganización del aparato de Golgi.
El aparato de Golgi sirve como centro de procesamiento de la célula para la exportación de proteínas, lípidos y otras moléculas grandes a sus destinos finales fuera de la célula. Los investigadores demostraron que, en células de mamífero, el daño del ADN se centra en fragmentar y dispersar el aparato de Golgi por toda la célula.
En 2009, el equipo de investigación había descubierto una interacción de tres vías entre una proteína particular de Golgi, GOLPH3, una molécula de señalización de lípidos, PtdIns (4) P y una proteína contráctil, MYO18A. El vínculo entre los tres aplica una fuerza de tracción requerida para la formación efectiva de los túbulos y vesículas necesarias para el transporte extracelular.
Más tarde el cribado identificó GOLPH3 como un oncogén que se sobreexpresa en muchos cánceres humanos, que puede transformar células en tumorales. Este estudio muestra que los agentes terapéuticos comunes del cáncer, al provocar daño en el ADN, encienden GOLPH3.
Examinando el mecanismo de dispersión del aparato de Golgi, los científicos de este trabajo descubrieron que la dispersión del aparato de Golgi en respuesta al daño del ADN implica una vía de señalización que une directamente la respuesta al daño de ADN al aparato de Golgi.
El estudio también mostró que el daño en el ADN que activa la proteína quinasa, ADN-PK, modifica directamente la proteína GOLPH3 de Golgi por la fosforilación en un sitio específico. Esto, a su vez, mejora la interacción de GOLPH3 con MYO18A, aumentando la fuerza de tracción aplicada al aparato de Golgi, causando la dispersión.
Interferir en la dispersión de Golgi después de daños en el ADN por el agotamiento de cualquiera de los componentes de esta vía, incluyendo ADN-PK, GOLPH3 o MYO18A, provocó mayor muerte celular por agentes que dañan el ADN. Los científicos llegaron a la conclusión de que esta vía se requiere normalmente para permitir que las células sobrevivan al daño en el ADN.
'Hemos encontrado que la sobreexpresión de GOLPH3, como se ve en los cánceres humanos, protege las células de la muerte por agentes que dañan el ADN', explica Field, quien agrega que la identificación de una respuesta como la del aparato de Golgi revela una vía inesperada a través de DNA-PK, GOLPH3 y MYO18A que regula la supervivencia celular después de daño en el ADN. 'Esta característica poco apreciada de la respuesta al daño en el ADN celular juega un papel importante en la determinación de la supervivencia celular', concluye.