La adherencia terapéutica es clave para un buen control de la diabetes tipo 2. La OMS considera la falta de adherencia un tema prioritario de salud pública debido a las consecuencias negativas, como son los fracasos terapéuticos, mayores tasas de hospitalización y aumento de costes sanitarios.
Pero la tasa de mala adherencia es estos pacientes es más alta de lo deseable, puesto que se sitúa en aproximadamente un 40%. A esta conclusión se llega después de ver la diferencia entre la medicación prescrita desde la consulta y la retirada de la misma en la farmacia. Entre los principales factores que influye en el mal cumplimiento están tener más de 8 años de evolución de la diabetes, más de una patología (hipertensión arterial, dislipemia, EPOC'), falta de consenso del tratamiento, falta de motivación por parte del paciente, presencia de alguna patología psIquiátrica y no tener un cuidador.
Parece ser que los pacientes jóvenes tienden a ser peor cumplidores que los ancianos, quizá por la diferente percepción de la muerte y de la enfermedad. Además, las mujeres suelen ser más cumplidoras que los hombres.
También se ha visto otro perfil de paciente no cumplidor como son las distintas etnias, que no son conscientes de que tienen una enfermedad y no sienten la necesidad de tomar la medicación. Lo que está claro que una buena relación médico-paciente mejora el cumplimiento terapéutico.
Opciones para mejorar
Y para fomentar esta relación, algunos profesionales se inclinan por un abordaje centrado en la persona siguiendo el método de Carl Roger, donde se otorga un protagonismo especial al paciente como persona. En este contexto, hay que tener en cuenta los factores ligados al ambiente que son de gran importancia: el tiempo dedicado, la habitación silenciosa y relajante, la actitud del acompañante....
Por eso, cuando se detecte un mal cumplimiento hay que valorar la situación y lo que le puede conllevar el no hacerlo, para detectar cualquier posible efecto secundario derivado de la medicación. Esto se puede ver si toman o se olvidan a menudo viendo cuantas semanas les duran las cajas de medicamentos.
Es muy importante no criminalizar al paciente cuando se realiza la pregunta directa, se debe empatizar lo máximo posible para que se sinceren y expresen la realidad del porque no han tomado la medicación. Si es un problema de olvido hay que intentar consensuar algún truco para que se acuerden y hacerles ver que la no adherencia hace que la evolución sea culpable de la mala evolución. Por eso, la empatía es esencial para dar este soporte al paciente.
Muchas veces son las falsas creencias que el paciente tiene de sí mismo y de su enfermedad lo que le impide adherirse al tratamiento pautado. Trabajando estas malas interpretaciones de la persona con diabetes tipo 2 se puede mejorar el cumplimiento.
Implicación
El paciente debe mentalizarse de su enfermedad, ser consciente de la gravedad que le puede acarrear, en caso que sea un paciente que no tomaba ningún tipo de medicación crónica debe tener claro que es como lavarse los dientes, que si adquiere la costumbre en poco tiempo no resultara ningún sacrificio sino simplemente un hábito. Por eso, es importante detectar la no aceptación de la enfermedad.
En este sentido, la educación diabetológica se considera fundamental en las curas del paciente diabético, porque mejora el control metabólico, disminuye las complicaciones agudas y crónicas y el número de hospitalizaciones.
Pautas sencillas
Hay que tener en cuenta que un factor que influye en la falta de adherencia es la complejidad de las pautas. Cualitativamente se tolera mucho mejor el menor número de pastillas que un paciente tome. Por eso, la comorbilidad y los efectos adversos de los fármacos son el caballo de batalla para lograr un buen cumplimiento terapéutico.
Así, la educación terapéutica de las personas con diabetes y sus familiares facilitará un mejor control y adherencia al tratamiento, que es una tarea interdisciplinaria en la que participan médicos, enfermeras, especialistas, farmacias y lo más importante, el propio paciente y sus familiares. El uso de combinaciones fijas de fármacos facilitan la adherencia terapéutica. Uno de los problemas que puede aparecer es que si surge un efecto secundario es más difícil discernir de qué medicamento se trata si es un fármaco combinado.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria Manuel Pena Arnaiz, José María García Deza y Virginia Sánchez Fernández, de Mollerussa. Manel Andreu Ruiz, Joan E. Vidal Ruiz, José Luis Ruiz García, José Joaquin Álvarez Satue, Roberto Genique Martínez, del Centro de Salud Santa Bárbara, de Tarragona. los médicos de familia Francesc Xavier Masgrau i Fontanet, Francesc Martí i Ramón y Llum Olmedo Borjas. Ana Gallego González, Alicia Mostazo Muntané, Esther Juanola Torrent y Raquel Urdiain Agorriz, del Centro de Atención Primaria Sagrera, y Montserrat Barbany Cahiz, Jordi Lluis Reverter Calatayud y Majeed Irfan, de Badalona.