La decisión de procrear en edades avanzadas ha crecido entre la población mexicana y del mundo, a la par que los problemas de infertilidad. Se estima que entre 15 y 20 por ciento de las parejas sufre infertilidad, de los cuales el 40 por ciento de los casos tiene origen en la mujer, el 40 por ciento en hombres y el 20 por ciento en ambos, en estos problemas pueden mezclarse temas genéticos, de estrés y condiciones físicas que dificultan procrear.
La doctora Imelda Hernández Marín, encargada del Servicio de Biología de la Reproducción Humana del Hospital Juárez de México, afirmó que las causas de la infertilidad en la pareja pueden ser multifactoriales y estados psicológicos como la depresión y la ansiedad, pueden alterar la armonía de la pareja.
La Clínica de la Infertilidad del Hospital Juárez de México ofrece posibilidades de revertir esta situación a través de alternativas viables que son determinadas mediante estudios clínicos, valorados por los mejores especialistas.
Se puede tener la certeza de un problema de infertilidad cuando la pareja ha mantenido relaciones sexuales sin la utilización de ningún método anticonceptivo por más de un año concebir sin éxito, esto puede ocurrir en parejas primerizas o con parejas que tuvieron un hijo y tiempo después ya no pudieron concebir.
La doctora Hernández señala que en la actualidad el tema de la infertilidad ha quitado los tabúes de manera paulatina, pues antes se creía que era cosa de mujeres, sin embargo, se han atendido más casos en los que el hombre se compromete y acompaña a la mujer en estas terapias o tratamientos y asume su responsabilidad en los asuntos de pareja.
Entre los factores masculinos se han encontrado el bajo conteo de espermatozoides, la falta de la movilidad del esperma o malformaciones o la ausencia del mismo. Entre las causas femeninas se encuentran los factores tubario, es decir, alteraciones en las trompas de Falopio, calidad baja en los óvulos liberados, desfase en el periodo menstrual y en ocasiones la forma del útero puede dificultar la fertilización o la permanencia del óvulo en la matriz.
En la Clínica se realiza un protocolo básico a los pacientes infértiles para investigar el tipo de dificultad y así ofrecer las alternativas terapéuticas más adecuadas para cada caso, pueden ser de alta o baja complejidad o asistidas.
Las opciones de baja complejidad pueden ser estimulación ovárica mediante gonadotrofinas, monitoreo ovárico para ver el número de óvulos aptos, programación de la inseminación durante la ovulación o refuerzo hormonal con progesterona.
Entre las opciones de alta complejidad se encuentran todos los que se realizan fuera del cuerpo de los pacientes y consiste en inyectar un espermatozoide dentro del óvulo. Y el tratamiento FIV, o sea la Fertilización 'in Vitro', consiste en reunir en una placa de laboratorio, a cada óvulo aspirado con espermatozoides.