La prevalencia de la HTA en España es algo superior al 30%. Entre hombres y mujeres existen diferencias en la incidencia de la hipertensión, ya que el número de nuevos casos es de de 8.2% para las mujeres y de 6-10 % para los hombres. Las diferencias también se deben a factores geográficos, alimenticios y culturales y la prevalencia es ligeramente mayor en los hombres, aunque en ambos sexos es alta. Y es que en las mujeres la HTA es una patología infradiagnosticada. Normalmente, en la mujer va ligada en gran medida a la menopausia. Así, el 60% de las mujeres de 70 años son hipertensas y en la menopausia aparecen muchos factores de de riesgo cardiovascular como consecuencia del déficit hormonal. Hay que tener en cuenta que clínicamente no existen grandes diferencias en la manifestación de la HTA entre hombres y mujeres, sin embargo no todas la personas viven la enfermedad de la misma manera y ahí es donde las mujeres cuentan con un rango diferenciador. En la mujer, suele asociarse a otros factores de riesgo ligados con los cambios hormonales, como son el cambio de distribución de la grasa abdominal, unas tasas mayores de obesidad, alteraciones en los lípidos, todo esto hace que a partir de ese momento el riesgo cardiovascular de la mujer se incremente de manera considerable.
El tratamiento antihipertensivo se entiende como parte del manejo integral del riesgo cardiovascular, siendo necesaria con frecuencia la asociación de otras terapias encaminadas a reducir el riesgo CV añadido de cada paciente. Antes de comenzar el tratamiento, se debe informar al paciente sobre la naturaleza de su proceso y sobre los objetivos de la terapia antihipertensiva. Así, a la hora de instaurar el tratamiento, más que las diferencias entre sexos hay que tener en cuenta las comorbilidades. El abordaje terapéutico debe tener una estrategia similar en hombres y mujeres para un mismo grupo de edad. Se debe tener en cuenta el tiempo de evolución de la HTA, su gravedad y las comorbilidades que presente cada paciente. Para eso, se dispone de cuatro grupos terapéuticos principales: IECA/ARAII en diabéticos, los ARA II son en general muy eficaces y bien tolerados en cualquier edad y sexo. los betabloqueantes en cardiopatía isquémica más predominante en hombres o en migrañosos, los diuréticos tiazidicos en HTA de predominio sistólico y los calcioantagonistas. Además del tratamiento para la HTA hay que tratar el resto de factores de riesgo cardiovascular como tabaquismo, colesterol, diabetes, sedentarismo, obesidad'
Cumplimiento
Con respecto al cumplimiento terapéutico, cabe destacar que las mujeres conocen más que son hipertensas, se tratan más y se controlan mejor, porque siguen mejor los consejos higiénico-dietéticos. Pero los varones mayores presentan mayor adherencia al tratamiento que las mujeres. También hay que tener en cuenta que la inactividad física es mayor en las mujeres (62,5%) que en los hombres (54,4%), mientras que el porcentaje de bebedores excesivos (más de 50 cm3 de alcohol al día) es muy superior en los hombres. Además, la prevalencia de diabetes conocida en las mujeres es mayor que en los varones, la dislipemia resulta más frecuente en los varones (un 18,6%) frente a un 17,6% en mujeres y la obesidad a partir de los 55 años es mayor en las mujeres. Y es que la menopausia marca un antes y un después en la aparición de la hipertensión en las mujeres. El tratamiento antihipertensivo de la mujer sólo se diferencia durante el periodo de fertilidad en caso de que ésta quiera quedarse embarazada.
Pero lo que se ha visto en la práctica clínica es que más que el sexo lo que más determina el cumplimento terapéutico es el nivel sociocultural. Por eso, que el paciente conozca y comprenda la importancia del correcto cumplimiento es parte de éxito de la toma correcta de las prescripciones, así como los problemas derivados de la falta de cumplimiento.
Complicaciones
Al analizar las complicaciones asociadas a la hipertensión, la primera que aparece es la enfermedad cardiovascular. Las mujeres que llevan una vida sedentaria tienen cinco veces más riesgo de mortalidad cardiovascular. En este contexto, hay que comentar que en la mujer la hipertensión arterial suele asociarse a otros factores de riesgo ligados con los cambios hormonales, como son el cambio en la distribución de la grasa abdominal, unas tasas mayores de obesidad y alteraciones de los lípidos o en los niveles de glucemia, etapa en la que se eleva el riesgo cardiovascular.
En líneas generales, en la mujer son más frecuentes los accidentes cerebrovasculares (hipertensión, toma de anticonceptivos...), la hipertrofia ventricular izquierda, proteinuria, procesos trombóticos en el sistema nervioso central, arteriopatia periférica... Algunas de estas condiciones también las comparten con los hombres que tienen una mayor prevalencia de la cardiopatía isquémica.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina General Juan Carlos García Micó, María del Carmen Naranjo Cirauqui, Alfredo Marco Cano, Araceli Higuera Rodríguez, Félix Patavia Rodríguez, Javier Patavia Rodríguez y Juan Reyes Sánchez Pulido. los médicos de familia María Mestre de Juan, Olga Oteo Ortiz, Víctor Manuel Leboreiro Alvarez y Miguel Angel Martinez Alvarez. Mª Luisa Sanz Rodríguez, cardióloga, Jorge Marrero Francés y Aquilino Javier Sánchez Purificación, internistas del Hospital La Paz, de Madrid, y Lucía Jiménez Andrés, Juan Luis Martín Clavo, Pablo Coca Hernández y Alfonso Rey Manzanares, de Sotillos de la Adrada.