El Comité Nacional Para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) y la Organización Médica Colegial (OMC) han enviado al Senado una Declaración sobre la propuesta de regulación de los cigarrillos electrónicos en la que defienden que su regulación se equipare a la de los cigarrillos convencionales en los espacios de utilización, en la promoción y publicidad y en la fiscalidad. A esta Declaración se han adherido 37 Sociedades científicas y asociaciones ciudadanas y de consumidores.
Esta Declaración ha sido enviada a todos los miembros de la Comisión de Sanidad del Senado, cámara donde se debatirá la Ley por la que se modifica el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios que regulará, entre otros puntos, el uso y publicidad de los cigarrillos electrónicos que contienen nicotina y otros productos similares.
El CNPT y la OMC han realizado esta Declaración tras la Jornada que realizaron el pasado 5 de marzo en la que expresaron su preocupación por el retroceso en salud que supone la reciente modificación aprobada en la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales del Congreso de los Diputados.
Según la Declaración del CNPT y la OMC, la regulación aprobada por la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados 'es necesaria dado el incremento de la comercialización y uso de estos dispositivos', pero 'a pesar de tener aspectos positivos, como la prohibición de venta a menores, la propuesta de regulación es muy deficiente desde el actual conocimiento científico sobre los efectos en la salud de las personas que los utilizan o que están expuestas a sus emisiones y sobre las estrategias de salud pública de control del tabaco'.
Por lo cual, en opinión de las dos organizaciones, la regulación que precisa el cigarrillo electrónico debe ser igual que la exigible al tabaco, ya que 'la nicotina administrada por vía inhalada es una sustancia altamente adictiva y potencialmente tóxica', sostienen.
'Por todo ello, los firmantes, consejos generales de las profesiones sanitarias, sociedades científicas y asociaciones ciudadanas y de consumidores estamos profundamente decepcionados y deseamos destacar tres aspectos fundamentales que deberían modificarse (a tener en cuenta) en el debate en el Senado sobre la regulación de los cigarrillos electrónicos: la regulación de los espacios de utilización; la regulación de la promoción y la publicidad; y la fiscalidad', explican.
Regulación de los espacios de utilización
La propuesta legislativa, señalan CNPT y OMC, sólo prohíbe la utilización de cigarrillos electrónicos en centros docentes y sanitarios, edificios de la Administración, transporte público y parques infantiles. Se ha propuesto una regulación similar a la que recogía la antigua ley del tabaco del 2005, que tuvo que ser modificada en el 2010 tras comprobar las lagunas que tenía y las discriminaciones a las que daba origen, ya que dejaba desprotegidas a las personas que trabajan en el sector del ocio y la restauración. 'La regulación que propone el Congreso vuelve a discriminar a este sector', dicen.
'La legislación sobre tabaco de 2010, que ha sido muy bien aceptada por la población según todas las encuestas, contribuyó junto con otras medidas sanitarias a la 'desnormalización' del consumo de tabaco en España. Lo 'normal' ya no era fumar en los espacios públicos cerrados, allí donde se comparte el aire que respiramos. Esto está teniendo un efecto importante en nuestros jóvenes, que perciben más adecuadamente la peligrosidad del consumo y está contribuyendo a que muchos de ellos no empiecen a fumar', añaden.
Por ello, 'los profesionales sanitarios y economistas de la salud consideramos que permitir el uso de cigarrillos electrónicos en la hostelería puede suponer un riesgo para los trabajadores y un retroceso de los avances en salud pública de la última década por su similitud con la imagen de fumar, con un efecto negativo de 'renormalizar' dicha conducta, con especiales efectos negativos sobre los adolescentes y jóvenes'.
Y, añaden, 'permitir esa diferencia en lugares públicos quita toda la fuerza moral sobre la prohibición de fumar en los mismos y su control adquirida por la Ley vigente. Por ello solicitamos que la regulación de espacios para el uso de cigarrillos electrónicos sea idéntica a la aplicada al tabaco, sin excepciones en el sector del ocio y la hostelería.
Promoción y publicidad y fiscalidad
Las entidades firmantes consideran insuficiente que la publicidad en medios audiovisuales se prohíba solamente en el llamado 'horario infantil' (de 16 a 20 horas), en lugares frecuentados 'principalmente por menores de 18 años' y en los cines cuando se proyecten películas 'destinadas primordialmente a menores de 18 años'. La publicidad de estos nuevos dispositivos que contienen nicotina para su inhalación debería restringirse al máximo. 'Por ello proponemos que se regule con la misma legislación ya en vigor para el tabaco, el otro producto disponible en el mercado con similares efectos sobre el organismo', destacan CNPT y OMC..
También se propone igualar la fiscalidad de los cigarrillos electrónicos a la de los cigarrillos convencionales, dado que se trata 'de un nuevo producto igual de adictivo. Se ha comprobado que los impuestos y los precios altos tienen un efecto de limitación del consumo especialmente en la población juvenil. Ya se han publicado estudios que alertan de que el cigarrillo electrónico es la nueva puerta de entrada de los adolescentes y jóvenes al consumo de cigarrillos convencionales'.
Adhesión de la aeec
La Asociación Española Contra el Cáncer (aecc), se adhiere al Manifiesto y quiere dejar claro que el consumo de estos cigarrillos electrónicos, 'tal y como está redactada la norma en la actualidad, significa un paso atrás en el lento pero firme cambio cultural necesario para que nuestra sociedad esté libre del hábito de fumar. Este producto no sólo perpetúa la adicción sino que puede inducir a los jóvenes a consumir un producto del que no se tienen garantía de que sea inocuo y perpetuar la cultura del tabaco. Además, el consumo de cigarrillos electrónicos en espacios públicos significa la aceptación social de la inhalación y la adicción a la nicotina tan cercana al tabaquismo por lo que deberían estar regulados igual que el tabaco', ha señalado la aeec.