Es sobradamente conocido que tanto el diagnóstico como el tratamiento de los problemas de esterilidad, afectan de una manera crítica a cada una de las facetas de la vida de las parejas infértiles. Los estudios suelen referir que entre un 25 % y un 50 % de los pacientes que acuden a las clínicas de esterilidad, presentan síntomas emocionales de significación clínica que ocasionan un desajuste emocional tanto personal como de la pareja.
A nivel psicológico, uno de los momentos más difíciles para la pareja son los períodos de espera, frecuentemente denominado de forma coloquial por las mujeres como la Beta-espera. Comprende el tiempo transcurrido desde la realización de una inseminación artificial o transferencia de embriones hasta la obtención de la prueba Beta-hCG (análisis de sangre que determinará la existencia de embarazo), o bien, la típica prueba de embarazo de farmacia. Este período se prolonga una media de 15 días. De ser positiva la respuesta, se deberán esperar otros 15 días para realizar la primera ecografía que informará del óptimo desarrollo de la implantación del embrión. Durante todo este período, la ansiedad de la pareja se incrementa de forma considerable.
Pero un resultado positivo no acaba con la ansiedad. La gestación requiere de una adaptación que está acompañada de dudas e incertidumbre, lo que puede ser altamente estresante para la mujer. Se habla de un estrés específico de la etapa prenatal, que está asociado a las preocupaciones de la mujer respecto a los síntomas físicos que va experimentando, así como respecto a la salud del feto y del parto. Se estima que más del 25 % de las mujeres sufren estrés prenatal.
La situación se complica si finalmente la gestación acaba en un parto prematuro. Uno de cada diez nacimientos es prematuro —antes de la semana 39 a la 41 de gestación—, y en España se calcula que son más de 20.000 bebés cada año.
Durante mucho tiempo, las técnicas de reproducción asistida se han asociado a la prematuridad, sobre todo, por el aumento de gestaciones múltiples. Sin embargo, en los últimos años, según datos del Registro Nacional sobre Técnicas de Reproducción asistida, el número de nacimientos múltiples ha disminuido significativamente, sin que disminuya el número de partos prematuros.
Los datos han demostrado, no obstante, que la razón se encuentra en la edad de la mujer, ya que el mayor porcentaje de prematuridad se daba en la donación de ovocitos, técnica en que hay más porcentaje de mujeres mayores 40 años. Si se compara el porcentaje de partos pretérmino en función de la técnica se comprueba que en tratamientos de fecundación in vitro con óvulos propios, durante el año 2021 (según los últimos datos del registro), nacieron 1.822 niños prematuros de un total de 15.579 partos, lo que hace un 11,6 % de partos prematuros, mientras que en donación de ovocitos este porcentaje se eleva a un 16,4 %. (1.243 niños prematuros de un total de 7.556 partos). Estos datos son exactamente los mismos que los obtenidos en el año precedente, el 2020.
Existen estudios que demuestran las alteraciones psicológicas en los progenitores de niños prematuros. Con frecuencia se manifiestan sentimientos de ansiedad, infelicidad, culpa, fracaso, decepción, pena, miedo, frustración y pérdida de control.
Partiendo del factor de por sí estresante que es el parto prematuro, los otros factores que se ha visto que influyen en la respuesta emocional y psicosocial de los progenitores son: el ambiente de la Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN), la apariencia y conducta del niño/a, la pérdida de las expectativas generadas durante el embarazo, la separación del bebé y la comunicación con el personal. Los padres con niños prematuros procedentes de técnicas de reproducción asistida tienen que ‘añadir a su mochila’ todos estos sentimientos y ansiedad que pensaban ya acabados con la feliz noticia del embarazo.
Por eso, el trabajo de los profesionales de la reproducción no acaba cuando se consigue la gestación. Si la finalidad última de un tratamiento de esterilidad es la consecución de ‘un niño sano en casa’, como se defiende y expresa en todos los foros, la atención debe extenderse hasta ese momento.
En línea con lo que defiende la Fundación para el Desarrollo de la Neurología Neonatal (Fundación NeNe) con motivo del Día Mundial de la Prematuridad (17 de noviembre), es importante prestar atención a las mujeres que después de un largo viaje hacia la maternidad llegan a un parto pretérmino y, en muchos casos, en niños con diferentes secuelas. El nacimiento de más de 3.000 niños prematuros durante el año 2021 tras una técnica de reproducción asistida así lo requiere. Porque más de 3.000 madres han sufrido y puede que aún estén sufriendo por ello.
Se impone la necesidad de atender al bienestar, no solo físico, sino psicológico de esta población a través de protocolos claros y coherentes en cuando al seguimiento de la salud materno-fetal.
Cóctel explosivo para la Salud Mental: reproducción asistida y prematuridad
Rocío Núñez Calonge, doctora en Biología y experta en Reproducción Asistida y Bioética
17 de noviembre 2023. 11:24 am