“Es necesario transformar el sistema sanitario basándose en una gestión eficiente y siempre a partir del consenso por delante de los intereses particulares. Tenemos la obligación de
aprovechar esta oportunidad que nos ha brindado la pandemia. De no hacerlo ahora, el sistema no va a aguantar”. Así de rotundo se ha manifestado el consejero de Salud de la Generalitat de Cataluña, José María Argimon i Pallàs, en los Desayunos Socio-Sanitarios de
Europa Press.
“Si no fortalecemos el sistema a medio plazo, dejaremos
un sistema de beneficencia donde las clases medias que se lo puedan permitir buscarán un aseguramiento privado que cubra lo que la sanidad pública no le ofrezca”, ha añadido. Una idea que ha unido con la necesidad de contar con salarios reales y emocionales para los profesionales sanitarios que permita retener el talento dentro del sistema.
Argimon ha subrayado que esta transformación del sistema sanitario debe ir acompañada de
un cambio en cuestiones competenciales y organizativas. En este ámbito, apuesta por una “cogobernanza real y efectiva” y una financiación suficiente más cercana a la media europea, que pueda dar respuesta a las necesidades sanitarias de la población.
En este sentido ha referido que el gasto público medio en salud en Europa es de un 7,1% del producto interior bruto (PIB), frente al 6,1% español. “Es el resultado de una
larga trayectoria de infrafinanciación de la Sanidad”. “Un sistema sanitario publico, sólido y financiado genera una sociedad más equitativa y más justa y, por ende, con mejores resultados en salud”, ha añadido.
Cogobernanza en la formación especializada
En el marco legislativo, el doctor Argimon ha recordado que pese a que Comunidades Autónomas son las responsables de las prestaciones sanitarias, el Estado conserva competencias que
condicionan claramente la prestación y producen desajustes. “La inclusión de determinados tratamientos con un coste importante en la cartera de servicios depende del Ministerio pero no van acompañadas de financiación”. Una situación que hace “difícil poder gestionar los presupuestos”.
Otro problema que suscita es la titularidad propia de las infraestructuras o la formación sanitaria especializada. En este sentido, el consejero catalán ha asegurado que “
no estamos pidiendo el examen MIR, sino lo que dice el Estatuto de Autonomía: la cogobernanza en algunos elementos clave de la formación sanitaria especializada”. Y lo hacen, ha explicado: para mejorar esa formación profesional y para atraer talento a Cataluña.
“Son elementos que generan tensiones y que se pueden solucionar con voluntad política”, ha concluido.
Incremento del gasto por la COVID
Al hilo de la financiación, el epidemiólogo ha destacado que pese a que la situación más grave de la pandemia ya ha pasado, las necesidades derivadas de la misma y
sus costes se mantienen. Hay que seguir vacunando y haciendo pruebas diagnósticas. “Eso implica más recursos humanos, organizativos y económicos que se han introducido durante la pandemia y que deben de dejar de ser extraordinarios”.
Cifrando los datos de la pandemia, el consejero ha comentado que la COVID-19 ha supuesto
un 18% más de gasto sanitario en Cataluña. Gasto que se ha hecho frente con los fondos covid. Un montante que -Argimon considera- se tendrá que mantener ya que los profesionales incorporados deben quedarse y las infraestructuras mantenerse. “Su incorporación era una necesidad no un lujo”, argumenta.
Mayor inversión
Además del gasto por la pandemia, el consejero catalán ha apuntado al fortalecimiento de la Atención Primaria y a la mejora de las infraestructuras a través de la innovación. “Un sistema sanitario debe invertir entre un 4% y un 5% de su presupuesto en inversión tecnológica. En Cataluña, y no difiere del resto del Estado,
invertimos un 1,7% en cifras absolutas”. Son datos que se pueden sostener unos años, pero no de forma permanente “porque el sistema no va a aguantar. No basta con tener buenos profesionales sanitarios”, asegura.
Según sus datos, para hacer frente a la obsolescencia tecnológica hacen falta 2.500 millones de euros “justo lo que hemos dejado de invertir”. Para hacer frente, Argimon señala que los fondos europeos van a ayudar porque van a ser una
oportunidad tractora, pero no va a ser suficiente por sí mismos. “Es imprescindible que el sistema sanitario innove en salud digital, transformación sostenible,
hub de terapias emergentes y las medicinas personalizadas que no pueden esperar más tiempo si queremos ser competitivos”.
Recuperar el bienestar emocional
Dentro del fortalecimiento del sistema, Argimon también ha señalado como líneas prioritarias de actuación la recuperación del bienestar emocional. En Cataluña, ha anunciado, se ha iniciado un programa con la incorporación de
150 psicólogos a los centros de Atención Primaria que esperan incrementar a 200 el próximo ejercicio.
También ha hecho referencia a la salud mental como reto preocupante. Asegura que en este ámbito también es preciso incrementar la financiación. “Destinamos un 5% frente a un 8% y 9% que se destina en Europa” centrándose en la
recuperación de la salud mental infantil y juvenil. Un escenario en el que ha anunciado que en Cataluña han puesto un programa de salud mental al que han destinado 80 millones de euros.