Añadir ezetimiba a la estatina consigue una reducción del LDL mayor que doblando dosis y con menos efectos secundarios
13 de septiembre 2021. 9:45 am
Cuando se plantea doblar la dosis de un tratamiento con estatina en un paciente dislipémico se va a producir una reducción adicional del 6 por ciento de C-LDL, es lo que se denomina la regla del 6. Este hecho tiene como consecuencia una reducción de…
Cuando se plantea doblar la dosis de un tratamiento con estatina en un paciente dislipémico se va a producir una reducción adicional del 6 por ciento de C-LDL, es lo que se denomina la regla del 6.
Este hecho tiene como consecuencia una reducción de la eficacia del control al aumentar la dosis de estatinas para alcanzar objetivos terapéuticos necesarios en cada caso, y en particular en los pacientes de alto riesgo.
Así, el estudio ACTE determina que, en comparación con el aumento de la dosis de rosuvastatina de 10 a 20 mg al día, añadir 10 mg de ezetimiba a la dosis de 10 mg de rosuvastatina se alcanzan los objetivos de CLDL y se logran mayores descensos de CLDL que con monoterapia.
De ahí, la necesidad de intensificar el tratamiento con ezetimiba para conseguir las cifras objetivo de CLDL y disminuir el riesgo cardiovascular del paciente.
Por eso, doblar dosis de estatinas no es tan efectivo para alcanzar el objetivo que se persigue.
Recomendaciones de las guías
Las guías de ESC/EAS de 2019 marcan objetivos por debajo de 55 mg/dl de C-LDL e incluso por debajo de 40 mg/dl, estos objetivos ambiciosos son difíciles de alcanzar doblando dosis. Se debe añadir ezetimiba a la estatina, ya que se consigue una bajada mayor que doblando dosis.
En pacientes de alto y muy alto riesgo el tratamiento farmacológico de elección serían las
combinaciones de estatinas de alta intensidad con ezetimiba y en algunos casos se añadiría los inhibidores de la SPK9.
Reducción del riesgo
El hecho de reducir el LDL lleva intrínseco la disminución de eventos cardiovasculares y morbimortalidad. Por lo tanto, existe una relación directa entre la disminución de ambos factores. Disminuir el LDL al máximo es el principal objetivo para reducir también los eventos cardiovasculares.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina de Familia José Ángel Rodríguez Mariscal y los cardiólogos Francisco Ruiz Navas y Eduardo Martínez-Morentin Laurenz, de Puerto Real; los médicos de Atención Primaria José Francisco Egido Arroyo, Ana María Murguizu García y Miguel Luque Jiménez, de San Sebastián, y Cecilio Garrido Marcos, Emérito Peramato Martín y María García Fernández, del Centro de Salud Valencia Don Juan.