Noticia patrocinada por: El reflujo gastroesofágico es un trastorno gastrointestinal crónico caracterizado por la regurgitación del contenido gástrico hacia el esófago. Según la Sociedad Española de Patología Digestiva, un 16 % de la población española sufre este trastorno, lo que supone costes directos e indirectos,…
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El reflujo gastroesofágico es un trastorno gastrointestinal crónico caracterizado por la regurgitación del contenido gástrico hacia el esófago. Según la Sociedad Española de Patología Digestiva, un 16 % de la población española sufre este trastorno, lo que supone costes directos e indirectos, además de afectar de forma negativa a la calidad de vida de los afectados.
Se sabe que aproximadamente el 40 % de las personas sufrirá al menos un episodio de reflujo gastroesofágico a lo largo de su vida. Solo se habla de enfermedad, cuando estos episodios se repiten al menos dos veces a la semana y afectan a su calidad de vida.
El reflujo gastroesofágico puede estar causado por múltiples mecanismos que pueden ser intrínsecos o estructurales o darse los dos a la vez. Dichos mecanismos hacen que se altere la barrera de la unión esofagogástrica, lo que provoca la exposición del esófago al contenido gástrico ácido.

Síntomas
Clínicamente, se manifiesta típicamente con síntomas de pirosis y regurgitación, pero también se puede presentar de forma atípica con síntomas extraesofágicos como dolor torácico, erosiones dentales, tos crónica, laringitis o asma. El diagnóstico del reflujo gastroesofágico es clínico y son estos síntomas los que pueden permitir hacer una detección inicial e iniciar una terapia empírica. En determinadas situaciones, es necesario realizar más pruebas diagnósticas para confirmar el diagnóstico y evaluar si existen complicaciones o causas alternativas de los síntomas.Pruebas diagnósticas
Las pruebas que se emplean para confirmar la existencia del reflujo gastroesofágico son la gastroscopia, con la que se puede valorar si ha habido inflamación del esófago y, si la hay, cuál es el grado de gravedad. En la gastroscopia también se pueden tomar muestras para biopsiar y descartar otras patologías que presenten sintomatología similar. Otra prueba que se puede emplear para el diagnóstico es la manometría esofágica, con la que se ve el movimiento del esófago cuando el paciente está tragando. La radiografía con contraste puede ser de utilidad en el diagnóstico del reflujo gastroesofágico, al igual que la pHmetría de 24 horas, también denominada pHmetría esofágica, que consiste en la introducción a través de la nariz de un cable muy fino con electrodos que registra el pH ácido que asciende al esófago durante 24 horas.Tratamiento
En cuanto al tratamiento del reflujo gastroesofágico, lo primero que hay que considerar son cambios en el estilo de vida y evitar comidas copiosas. Además, las personas con sobrepeso u obesidad deben bajar de peso. También es importante elevar la cabeza cuando se está en la cama y evitar tumbarse después de las comidas. El tabaco y el alcohol deben estar prohibidos en personas con reflujo gastroesofágico. Por su parte, la pauta farmacológica dependerá de los síntomas que presente el paciente, de la frecuencia de estos, de la gravedad que tengan y cómo afecten a su calidad de vida. Los fármacos más empleados y de elección son los inhibidores de la bomba de protones, cuya función fundamental es reducir la producción del ácido en el estómago. De esta forma, se evita que el ácido suba al esófago y produzca los síntomas propios del reflujo gastroesofágico. La pauta se establece en función de cada caso, pero suelen prescribirse durante un periodo determinado de tiempo. También se utilizan los fármacos procinéticos, que favorecen el vaciamiento gástrico. Su indicación principal es para pacientes que tienen regurgitación y retraso en el vaciamiento del estómago. En los casos en los que es necesario recurrir a la cirugía se lleva a cabo la técnica denominada funduplicatura. Para realizarla, se dobla el fundus y se cose alrededor de la válvula muscular que se encuentra en el esfínter esofágico inferior. Esto aumenta la presión que se ejerce en dicha zona y se evita que el ácido vuelva al esófago. Por otro lado, aún no hay suficiente evidencia para recomendar la realización de un procedimiento endoscópico para hacer dilataciones en el esófago que puedan mejorar los síntomas del reflujo gastroesofágico. Referencia:- Pharmacological Management of Gastro-Esophageal Reflux Disease: An Update of the State-of-the-Art. Vincenzo Savarino, Elisa Marabotto, Patrizia Zentilin, Maria Giulia Demarzo, Nicola de Bortoli and Edoardo Savarino. Drug Design, Development and Therapy. 2021 Apr 19:15:1609-1621.