De acuerdo con el
Instituto Nacional de Salud Pública, México ocupa el primer lugar de consumo de bebidas azucaradas.
La dieta en la población, desde la infancia, incluye productos altamente azucarados con sacarosa (azúcar refinada) y fructosa (jarabe de maíz alto en fructosa), los cuales son carbohidratos industrialmente refinados presentes en jugos, néctares y artículos gaseosos.
Ante ello, la Secretaría de Salud asocia la infancia y el consumo excesivo de azúcares refinados con la obesidad y el desarrollo del agrandamiento del corazón, comúnmente conocido como hipertrofia cardiaca. Sin embargo, investigadores del
Cinvestav se dieron a la tarea de analizar la relación entre la obesidad y la hipertrofia cardiaca, siendo ambos factores de riesgo de insuficiencia cardiaca. Es decir, que el corazón no es capaz de bombear suficiente sangre al resto del cuerpo.
Estos investigadores fueron: David Julián Arias Chávez, adscrito a los laboratorios de Guadalupe Bravo y Norma Leticia Gómez Víquez, investigadora del Departamento de Farmacobiología del Cinvestav.
¿Qué es hipertrofia cardiaca?
En su informe difundido por el Cinvestav, los especialistas señalaron que
niños obesos de entre 3 y 12 años desarrollan hipertrofia cardiaca.
“La importancia de la investigación radica en analizar la aparición de la hipertrofia cardiaca en ratas bebés a las que se les administró bebidas con un contenido excesivo de azúcar refinada y/o fructosa”, explicó Arias Chávez.
La aplicación en ratas bebés tiene como objetivo semejar las condiciones actuales de alimentación de los niños en México, que a partir de sus primeros meses de edad reciben en abundancia bebidas azucaradas. Y es que cuando se habla de hipertrofia cardiaca se dice que el corazón aumenta de tamaño por una sobrecarga de presión, la cual se presenta generalmente en la hipertensión arterial.
De igual manera, hay un alargamiento de las cavidades en respuesta a un aumento en el volumen sanguíneo ocasionado, regularmente, por un exceso de grasa corporal. De modo similar, interviene en estas alteraciones el estrés oxidativo generado cuando se producen en el cuerpo compuesto no útiles para la vida, y sí, altamente dañinos.
Consumo excesivo de azúcares en la niñez y su relación con la obesidad
Para explicar estas alteraciones, se ha reportado que la participación de una proteína presente en el corazón, llamada calcio calmodulina proteína cinasa II (CaMKII), está fuertemente relacionada con el desarrollo de la hipertrofia cardiaca.
La hiperactivación de esta proteína, a través de su oxidación, conduce al agrandamiento del corazón.
Por lo anterior, los expertos explican que el objetivo de la investigación fue observar si en un modelo animal con un exceso de tejido adiposo visceral, ocasionado por dietas altamente azucaradas, podría desarrollar hipertrofia cardiaca.
“Observamos que la obesidad inducida por el consumo excesivo de bebidas azucaradas desde edades tempranas aumenta de forma significativa el estrés oxidativo y la oxidación de la CaMKII en el corazón, teniendo como respuesta una hipertrofia cardiaca”, dijo.
Lo anterior, añadió, permitió entender a los investigadores las bases patofisiológicas del remodelamiento cardiaco en estados de obesidad y estrés oxidativo con el objetivo de poder detener su desarrollo.
Los detalles de la investigación
El protocolo de investigación consistió en administrar bebidas con sacarosa, fructosa y una combinada con las dos mencionadas al modelo animal de ratas recién destetadas, de tres semanas.
Después de 5 meses de ingesta, presentaron exceso de tejido adiposo de forma significativa comparada con el grupo que recibió agua potable sin carbohidratos.
“Comprobamos que las dietas azucaradas, además de la hipertrofia cardiaca, el estrés oxidativo y la hiperactivación de la CaMKII, también generaron un incremento en la presión arterial, triglicéridos, colesterol, diabetes tipo 2”, señaló Arias Chávez.
Además, el estudio observó que la ingesta excesiva de azúcares desde edades tempranas genera:
— Malnutrición.
— Daño metabólico.
— Incremento excesivo del tejido adiposo.
— Estrés oxidativo.
— Desarrollo de hipertrofia cardiaca e insuficiencia cardiaca.
“Esto sería un llamado de alerta a las familias para evitar que los infantes consuman en exceso productos con alto contenido de estos azúcares y prevenir el desarrollo de enfermedades cardiacas”, sostuvo.