En España las escalas de riesgo más utilizadas son la REGICOR y el SCORE. En esta última se considera paciente de alto riesgo el que supera una puntuación de 5 y paciente de muy alto riesgo cardiovascular por encima de 10.
Los pacientes en prevención secundaria son aquellos que ya han tenido algún evento cardiovascular y suelen ser de muy alto riesgo.
En general, el perfil es un paciente mayor de 55 años, en muchos casos varón, con enfermedad vascular coronaria, periférica o cerebrovascular o con diabetes mellitus con lesión en algún órgano diana, con elevación acusada de uno o más de factores de riesgo. Entre estos está la presión arterial ≥ 180/110 mmHg, el colesterol total ≥ 320 mg/dl, el cLDL≥240 mg/dl e HTA con lesión de órgano diana.
También se encuentran en este grupo los pacientes con alteraciones específicas de los lípidos de carácter genético, como puede ser hipercolesterolemia familiar, hiperlipemia familiar combinada o deficiencia familiar de lipoproteínas de alta densidad (hipoalfalipoproteinemia, cHDL <35 mg/dl).
No hay que dejar de lado otros factores como tabaquismo, hipertensión arterial, dislipemia o diabetes y un riesgo estimado igual o superior al 20 % de sufrir enfermedad vascular aterosclerótica en los próximos 10 años, al estimar el riesgo.
El control del colesterol LDL es una de las medidas que más impacto tienen en la prevención
El control de las cifras de LDL es clave a la hora de implantar pautas preventivas. Conocer el riesgo cardiovascular, a través de las escalas adecuadas, permite delinear el abordaje de estos pacientes.
Clara Simón
10 de mayo 2023. 9:00 am