La pandemia de coronavirus que está afectando a todos los países a nivel mundial, denominada COVID-19 (CoronaVirus Disease-19), está causando muchos problemas de diferente índole. Centrándonos en el aspecto sanitario, existen ciertas personas que deben tener más precaución, si cabe, con el coronavirus teniendo en…
La pandemia de coronavirus que está afectando a todos los países a nivel mundial, denominada COVID-19 (CoronaVirus Disease-19), está causando muchos problemas de diferente índole. Centrándonos en el aspecto sanitario, existen ciertas personas que deben tener más precaución, si cabe, con el coronavirus teniendo en cuenta que este afecta principalmente al sistema respiratorio. Entre ellas, se encuentran las personas con enfermedades pulmonares como el asma, la EPOC, la rinitis alérgica, etcétera.
El brote de este coronavirus se desató en diciembre del pasado año, en Wuhan (Hubei, China), y se está propagando por todo el mundo dejando un rastro de miles de infectados y fallecidos. Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) y científicos de todo el mundo están tratando de entender cómo actúa el COVID-19 en las personas, sí han advertido que hay personas que corren un riesgo mayor, como ocurre en quienes padecen enfermedades respiratorias. Esto no quiere decir que se contagien más, sino que si se contagian, los riesgos para su salud son más elevados, ya que la vía respiratoria es la diana de este virus.
Los datos que manejan los especialistas sanitarios que han atendido a los infectados, tanto en China como en Italia, coinciden en que el 20 por ciento de las personas que han contraído la infección tienen alteraciones pulmonares relevantes que requieren de ingreso hospitalario. De ellos, se calcula que la mitad tendrán una evolución grave o muy grave y necesitarán de apoyo ventilatorio suplementario.
Cómo diferenciar el asma de COVID-19
Las crisis de asma se presentan con frecuencia con un aumento de la tos y dificultad respiratoria y, en ocasiones, se producen por infecciones víricas respiratorias que pueden acompañar fiebre, síntomas bien reconocibles de COVID-19. Es posible que dicha infección sea una de las comunes habituales como la gripe o el resfriado común, sin embargo, es importante estar alerta para aprender a diferenciarlas de un posible contagio por el actual coronavirus.
Con el fin de identificarlas, la Asociación Española de Pediatría en Atención Primaria (AEPap) ha elaborado una tabla con criterios clínicos –a partir de los datos de los Centros de Control y Prevención de enfermedades (CDC)– que pueden ayudar en esta diferenciación de enfermedades. En ella, se aclara que si el paciente tiene tos, fiebre y dificultad respiratoria –signos y síntomas de la enfermedad de las vías respiratorias inferiores– hay que valorar el riesgo epidemiológico.
En este sentido, si tiene antecedentes de contacto cercano con una persona que haya dado positivo en el contagio de COVID-19 confirmado por el laboratorio; o bien ha realizado algún viaje a las zonas afectadas, cualquiera de las dos cosas entre los 14 días previos al inicio de sus síntomas, se debe sospechar de un posible contagio. Asimismo, si el cuadro clínico presenta fiebre con enfermedad aguda de las vías respiratorias inferiores con necesidad de hospitalización y sin un diagnóstico explicativo alternativo, se debe valorar si ha habido alguna fuente de exposición al coronavirus identificada. De no ser así, no habría por qué sospechar de un contagio.
Consejos para personas con asma
Si las personas que tienen asma diagnosticada contraen una infección respiratoria (podría ser el coronavirus), esta puede desencadenar los síntomas del asma y es posible que alguna crisis, por lo que es importante que contacte con su médico y sigan sus recomendaciones para el control de su enfermedad. Dichas recomendaciones contemplan, según la AEPap:
- Mantener el uso de los inhaladores preventivos diariamente según se prescriba, lo que ayudaría a reducir el riesgo de una crisis de asma causada por cualquier virus.
- Que la persona con asma lleve consigo el inhalador de alivio rápido siempre consigo, por si tiene que utilizarlo cuando aparezcan los síntomas.
- Es primordial que el paciente le pida a su neumólogo un plan de acción personalizado para controlar el asma que le ayude a reconocer y controlar mejor los síntomas cuando aparezcan.
- Evitar el contacto cercano con personas que padecen infecciones respiratorias agudas y/o fiebre y tos.
- Evitar el contacto cercano con otras personas (besos, abrazos, saludos…).
- Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o con gel hidroalcohólico, en especial si ha habido algún tipo de contacto con otras personas, o bien si se ha tosido o estornudado.
- Secarse las manos con un papel de un solo uso.
- Evitar tocarse la boca, la nariz y los ojos.
- Cubrir la boca al toser o estornudar o bien hacerlo sobre el codo.
- Limpiar con frecuencia los objetos que se tocan a menudo como pomos, manillas, puertas, mesas, encimeras, ordenadores, teléfonos, etcétera.
- Evitar compartir platos, cubiertos, vasos, toallas y otros objetos en los que pueda tocar la saliva de una persona.
- Mantener una distancia con otras personas de, al menos un metro y medio o dos metros.
- Utilizar una mascarilla si necesita salir de casa por algún motivo de máxima prioridad.