El 42% de las personas con asma tienen ansiedad durante la crisis, también hay incremento del 15% en la presencia de depresión
19 de febrero 2024. 10:24 am
En México, 8,5 millones de personas viven con asma, enfermedad respiratoria crónica que se caracteriza por problemas respiratorios recurrentes, como crisis asmáticas o ataques de tos, dificultad para respirar y silbidos en el pecho. Aunque es un padecimiento controlable, existen crisis que pueden desatar condiciones…
En México, 8,5 millones de personas viven con asma, enfermedad respiratoria crónica que se caracteriza por problemas respiratorios recurrentes, como crisis asmáticas o ataques de tos, dificultad para respirar y silbidos en el pecho. Aunque es un padecimiento controlable, existen crisis que pueden desatar condiciones como la ansiedad y la depresión.
Cuando las personas con crisis asmáticas no cuentan con un correcto manejo de la enfermedad hay una repercusión en su calidad de vida, lo que se traduce en ausentismo laboral y escolar, problemas para descansar por las noches, constantes visitas al médico y a los servicios de urgencias, así como las limitaciones para realizar sus actividades diarias.
Ansiedad y depresión en personas con asma
La Revista Alergia México publica un estudio que analiza la influencia de la ansiedad y depresión en personas que padecen asma, el cual revela que hasta un 36% de las personas que viven con asma tienen un mayor riesgo de padecer un trastorno de salud mental, especialmente quienes tienen un adecuado control.
De acuerdo con Marco Polo Macías, gerente médico del Área de Respiratorio de GSK, padecer asma puede afectar el estado de ánimo principalmente cuando presentan exacerbaciones como un empeoramiento en la función pulmonar, lo que ocasiona que las personas vivan en estados de hiperalerta al exponerse a algún factor de riesgo que pueda detonar una crisis.
La ansiedad es una reacción de adaptación ante una situación de tensión, peligro o amenaza, por lo que las personas con asma, especialmente cuando están expuestas a factores de riesgo, pueden llegar a sentir constantemente.
Exacerbaciones asmáticas
La ansiedad y la depresión también se han asociado con una exacerbación de síntomas del asma como disnea, opresión torácica, taquicardia o sudoración, lo cual inicia un círculo vicioso y lleva a quienes la padecen a registrar una mayor cantidad de visitas médicas y hospitalizaciones que quienes no presentan estos trastornos.
Por otro lado, el estudio “Ansiedad y depresión en asmáticos adultos en comparación con sujetos sanos”, encontró que, aun cuando no se trate de un estado constante, el 42% de las personas con asma tienen ansiedad durante la crisis, también hay incremento del 15% en la presencia de depresión. La ansiedad y la depresión persisten después de la crisis asmática, y se relacionan directamente con la gravedad de la enfermedad.
“Tratar las enfermedades respiratorias crónicas, como el asma, con un enfoque multidisciplinario y personalizado, donde se incluye un monitoreo constante de la salud mental por parte de un especialista, ayudará a que quienes viven con este padecimiento tengan una mejor calidad de vida; esto siempre en combinación con una adecuada adherencia al tratamiento que controle los síntomas”, comparte el experto.