La disfunción sexual es uno de los principales motivos de abandono del tratamiento antidepresivo. Así se ha puesto de manifiesto en el Simposio Lundbeck ‘Sexualidad y Psiquiatría’ ofrecido en el contexto del XXVI Congreso Nacional de Psiquiatría.
La disfunción sexual, además de ser un síntoma de la depresión, es también un
efecto secundario común de algunos antidepresivos especialmente de los serotoninérgicos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN), que a menudo conduce al incumplimiento o interrupción del tratamiento farmacológico.
Ángel Luis Montejo, jefe de la Unidad de Psiquiatría Comunitaria del Hospital Universitario de Salamanca y Profesor Titular de Psiquiatría de la Universidad de Salamanca, abordaba este problema. “Los síntomas más frecuentes de la depresión son la tristeza y la incapacidad de disfrutar, y esta incapacidad de disfrutar del placer afecta a la función sexual porque
desaparece, casi siempre, el deseo. Sin embargo, no es tan frecuente que existan problemas de erección, excitación, lubricación o de orgasmo, que sí pueden estar relacionados con algún tratamiento antidepresivo”.
Tratamiento antidepresivo y disfunción sexual
Disfunción sexual y depresión comparten una relación bidireccional. De este modo,
la depresión se asocia con un aumento del riesgo de disfunción sexual de entre el 50 por ciento y el 70 por ciento y la disfunción sexual aumenta el riesgo de depresión entre un 130 por ciento y un 200 por ciento.
Existe, además, una
mayor prevalencia de disfunción sexual en mujeres que en hombres. La disfunción eréctil y la eyaculación precoz son los trastornos más comunes en los varones, mientras que el bajo deseo sexual y la excitación sexual alterada lo son en las mujeres. La prevalencia de disfunción sexual en personas con depresión oscila entre el 46,66 y el 90 por ciento mucho mayor que en la población general, y podría tener un gran impacto en la calidad de vida y en su pronóstico.
Por otra parte, para quienes padecen depresión, la
disfunción sexual es el segundo efecto secundario del tratamiento antidepresivo citado con más frecuencia y con el que es
“extremadamente difícil vivir”, después del aumento de peso. Sin embargo, no todos los antidepresivos afectan a la esfera sexual, ya que existen diferencias entre ellos, según han puesto de relieve diversos estudios.