A más de año y medio de
pandemia, el cubrebocas, las caretas y los goggles son imprescindibles para acceder a cualquier lugar. Llegaron para quedarse y no sabemos por cuánto tiempo.
Incomodidad y laceraciones en la piel
Se han convertido en una segunda piel por el uso cotidiano, que, además de incomodos,
pueden ocasionar acné, manchas y úlceras, no solo para los médicos, también quienes los usan permanentemente debido al contacto con mucha gente durante su jornada laboral, señala el Dr. Leopoldo de Velasco, dermatólogo.
“La presión y roce que ejercen sobre la piel, así como las
bacterias que se pueden desarrollar en los accesorios, si nos los limpiamos después de usarlos, llegan a provocar desde irritaciones leves, barros, ligeras descamaciones, rozaduras, hasta úlceras que tardan varios días en sanar”, afirma.
Los cubrebocas KN95 son más seguros
Uno de los problemas frecuentes es el roce en la piel ocasionado por el tipo de material con el que están hechos. “
Los cubrebocas de tela o caretas plásticas pueden ayudar a disminuir el tipo de lesiones, pero sigue siendo recomendable el uso de KN95 para incrementar la seguridad”, asegura.
Y, para evitar que aparezcan o empeoren, recomienda
aseo facial por la mañana y en la noche, ya que la oclusión prolongada puede favorecer el desarrollo de lesiones: Se puede usar dermolimpiadores Syndet que no contienen cáusticos.
La hidratación de la piel es fundamental
Es primordial la
hidratación con productos que contengan ácido hialurónico resiliente como los emolientes de Teoxane, que favorecen una humectación duradera, proporcionan a la piel resistencia y elasticidad sin el riesgo de formación de comedones.
Existen muchos tratamientos para poder disminuir las hiperpigmentaciones provocadas por los resortes y ligas que sostienen el cubrebocas; uno de ellos es la
línea MeLine de Inno Aesthetics, distribuida en México por Ciruderm, la cual contiene ácido tranexámico entre otros componentes despigmentantes, dando excelentes resultados en piel oscura o blanca.
De Velazco recomienda tres pasos básicos para que la piel del rostro esté sana y en buenas condiciones durante la nueva normalidad:
- Siempre asear la piel antes de dormir.
- Evitar tocarse el rostro durante el día.
- Acudir con tu dermatólogo una vez al año.