El embarazo es un proceso fisiológico que puede tener complicaciones. Sin embargo, es relevante analizar la deficiencia de los sistemas de salud relacionada con las muertes fetales y neonatales. El conocimiento de las normas sobre el cuidado y prevención de problemas en el embarazo son necesarias, según Ana Karen Arias Cruz, académica de la
Facultad de Enfermería y Obstetricia (FEnO) de la UNAM.
¿Qué es la muerte neonatal?
De acuerdo con un estudio realizado por la UNAM, en el cual participó la también coordinadora del posgrado en Enfermería Perinatal, la muerte neonatal es aquella que se registra a partir del nacimiento y hasta los primeros 28 días de vida.
“El 75% de estas muertes ocurren en la primera semana de vida; la mayoría están relacionados a la prematurez, y se pueden prevenir durante una atención prenatal adecuada”, comenta.
Además, agrega que estas pérdidas todavía son “un tabú”, pues casi no se habla de ellas y a las mujeres les generan problemas de salud mental, como depresión y estigmatización.
Por lo anterior, asgura la experta, es importante el control preconcepcional para identificar cualquier trastorno, tratarlo y planificar el embarazo.
Radiografía de la muerte fetal
Por otro lado, la experta recordó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada 16 segundos ocurre una muerte fetal en el planeta. En el caso de México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (
Inegi) señala que, en 2022, se reportaron 25.041 fallecimientos de este tipo, cifra que representa 72 decesos por cada 100.000 mujeres en edad fértil.
Las entidades con las tasas más altas de muerte fetal o neonatal fueron:
- San Luis Potosí (101.4 por cada 100.000 mujeres en edad fértil).
- Ciudad de México (91.9 por cada 100.000 mujeres en edad fértil).
- Aguascalientes (91 por cada 100.000 mujeres en edad fértil).
Definición y prevención
La OMS actualizó los parámetros para definir a esta muerte como toda aquella que ocurre antes del nacimiento, independientemente de la edad gestacional. Y es que anteriormente se consideraba que se presentaba a partir de las 28 semanas, o cuando el feto tuviera un peso igual o mayor a 500 gramos.
“Es importante esta nueva clasificación porque en muchos países este tipo de decesos no estaban siendo registrados adecuadamente”, explica la especialista.
Para hacer frente a esta problemática, la OMS propone brindar atención a la madre y al recién nacido durante la primera semana de vida. El objetivo es que esté capacitada para otorgar cuidados y pueda identificar alteraciones en el bebé relacionados con su termorregulación, piel, cordón umbilical.
Además, se quiere promover la lactancia materna, único alimento que debe tener en los primeros seis meses de vida el recién nacido para protegerse de enfermedades y ayudar a su neurodesarrollo y crecimiento.
Causas
Los
decesos gestacionales se relacionan con múltiples factores, por ejemplo, con patologías maternas como diabetes, obesidad, hipertensión, incluso estrés.
En este sentido, la experta explicaque existen complicaciones propias del embarazo como:
- Trastornos hipertensivos.
- Alteraciones de la placentación.
- Restricción del crecimiento intrauterino.
Los mencionados factores, dijo, pueden conducir a la muerte, pero enfatiza que incluso en un embarazo sano también se pueden desarrollar hemorragias, infecciones, ruptura de membranas y parto prematuro.
Consultas médicas
La especialista precisa que antes de que una familia decida tener un bebé se debe evaluar a la madre y al padre, con el fin de reconocer sus factores de riesgo como: obesidad, hipertensión y diabetes.
La OMS, a través del Plan de Acción para Cada Recién Nacido, recomienda que las embarazadas reciban, al menos, cuatro consultas con personal calificado. La Norma Oficial Mexicana 007 menciona que deben ser cinco, como mínimo. En México es variable el número, porque depende del estrato socioeconómico.
Hay quienes acuden a los sistemas de salud únicamente para la atención del parto, otras tienen las cinco consultas y hay quienes reciben seguimiento estrecho de hasta 15 consultas.
El embarazo adolescente es otro factor de peligro, porque implica que quien aún no ha terminado su desarrollo fisiológico debe cubrir las demandas de gestación. En edad avanzada también conlleva riesgos, por el empleo de métodos de fertilización, asociados a, por ejemplo, alteraciones en la placenta, entre otros.
De acuerdo con el INEGI, en 2022 se registraron en el país 195 muertes fetales en menores de 15 años; 3.471 en las de 15 a 19 años y 6.070 entre las de 20 a 24 años. Este último grupo fue el que concentró el mayor número de embarazos con alguna complicación que terminó con el deceso del producto, con 24.2% de estos.