La
tiña de la cabeza o tinea capitis es una enfermedad altamente contagiosa que se transmite de
persona a persona. También pueden transmitirla
animales como perros, gatos o conejos o si se comparten
utensilios.
La tiña es propia de niños de seis meses a 12 años, especialmente varones. No obstante,
en los dos últimos años, los dermatólogos han detectado un perfil diferente al habitual.
Raquel Rivera, dermatóloga portavoz de la AEDV, explica que se trata de chicos
adolescentes, un poco más mayores, que
se rasuran el cabello de los laterales y la parte posterior de la cabeza, zonas en las que aparece la tiña.
Jugadores de futbol como
Ramos, Messi o Neymar lucen rasurados de este tipo, conocidos como
'undercut' o 'corte fade', lo último en
looks capilares masculinos, aunque también femeninos.
Miley Cyrus, Rihanna, Scarlett Johansson y la cantante Pink son algunos ejemplos de famosas que lucen o han lucido este tipo de corte.
Aumentan los casos en población adolescente
La identificación y preocupación por este problema ha sido el origen de un trabajo colaborativo realizado en el ámbito de la AEDV y aceptado para publicación en la revista
DermoSifiliográficas. El estudio se titula
“Brote de dermatofitosis en región de cabeza y cuello asociadas al rasurado en peluquerías: Estudio descriptivo multicéntrico de una serie de casos”. El estudio muestra los
hallazgos clínicos y epidemiológicos en un estudio retrospectivo de
107 casos recogidos por un grupo de dermatólogos españoles.
El trabajo revela que el hongo causante en la mayoría de los casos fue el
Trychophyton tonsurans, que se corresponde con la tipología habitual en las tiñas de la cabeza.
Según apunta el estudio,
la moda del rasurado del cabello entre adolescentes varones podría ser el motivo del aumento de casos de tiña del cuero cabelludo. Los antecedentes epidemiológicos del trabajo indican que los afectados habían acudido a la peluquería una o dos semanas antes a rasurarse el cabello. Y es que para conservar este tipo de corte de pelo es preciso
acudir a la peluquería con frecuencia semanal o quincenal para repasarlo, lo que puede haber favorecido el
contagio de la tiña a través de maquinillas eléctricas.
La portavoz de la AEDV recuerda que
la tiña de la cabeza es una enfermedad muy contagiosa que se transmite con facilidad, no solo a través de utensilios como maquinillas eléctricas, peines, tijeras o toallas, sino simplemente de persona a persona. Es por ello que la identificación de pacientes afectados es muy necesaria para limitar el contagio.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico puede ser sospechado por las manifestaciones clínicas. Estas son
picor y descamación de la zona, con pérdida de pelo y en ocasiones inflamación, supuración dolor o fiebre. Después, se confirma mediante
cultivo de hongos.
Después de un correcto diagnóstico, existe un
tratamiento que permite la curación. Rivera explica que este consiste, normalmente, en
antifúngicos orales, aunque depende del paciente y de los tratamientos que esté siguiendo para otras enfermedades. “Las tiñas del cuero cabelludo suelen responder mal a tratamientos tópicos. Por ello insistimos en
que los pacientes no se pongan cremas u otros productos porque eso puede complicar el diagnóstico”, puntualiza la dermatóloga.
Las modas pueden pasar factura
La doctora Rivera explica que las
tiñas que más se están viendo en la consulta son
tiñas no inflamatorias, provocadas por dermatofitos antropófilos. “Pero a veces se dan
tiñas inflamatorias, provocadas por dermatofitos zoófilos, que se caracterizan por
lesión con pus que puede destruir el folículo piloso, derivando en
alopecia cicatricial. No es habitual, pero puede pasar”, afirma.
Además de los rasurados, son
otras las modas o tendencias que pueden causar complicaciones en la piel
que acaban en la consulta del dermatólogo. Algunos ejemplos son los
tatuajes, los
piercings, las
escoriaciones al estilo de determinadas tribus africanas o algunos procedimientos estéticos como los
rellenos de silicona. También
retos virales, como por ejemplo el del aerosol. Este consiste en rociar el producto del aerosol muy cerca de la piel por el mayor tiempo posible, lo que puede provocar quemaduras.