Un grupo de científicos e investigadores del Instituto de Biotecnología (IBt) y del Instituto de Fisiología Celular (IFC) han desarrollado un anticonceptivo masculino reversible que no usa hormonas, por lo tanto no tiene efectos secundarios.
El investigador bioquímico Alberto Darszon Israel encabezó la investigación y desarrollo de este anticonceptivo mediante la identificación de los canales iónicos CatSper (de calcio) y Slo3 (de potasio) que son de uso exclusivo de los espermatozoides y se encargan de regular la eficiente movilidad del esperma en su trayectoria al útero femenino y finalmente, la fecundación.
El objetivo de la investigación, en la cual también participaron Claudia Treviño Santa Cruz y Takuya Nishigaki Shimizu, y también líderes académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fue buscar moléculas específicas que lograran suprimir la acción de ambos canales y lograr la infertilidad reversible.
Treinta y tres años de investigación en el Consorcio de Fisiología del Espermatozoide fundado por el mismo Darszon para el IBt, en el cual han indagado sobre la biología de los gametos masculinos.
Los canales iónicos permiten el flujo rápido y regulado de los iones a través de las membranas que separan el interior y el exterior celular, las células invierten una buena parte de su energía para generar diferencias en la concentración de iones es decir, átomos con carga eléctrica.
Al abrirse y cerrarse las membranas celulares, como respuesta a señales del exterior o interior, cambian la situación eléctrica de la célula o los niveles de segundos mensajeros como el calcio, que gobiernan el comportamiento celular.
La estrategia de inhibir dos canales, uno de calcio y otro de potasio, exclusivos de los espermatozoides, inscribirá al anticonceptivo mexicano en los llamados fármacos de blanco molecular que funcionan solamente en una zona específica.
En pruebas experimentales en ratones, el equipo comprobó que individuos sin ambos canales iónicos son infértiles. Ahora están ante la posibilidad de aplicar su conocimiento en la búsqueda de un anticonceptivo para varones, que espera llegar al mercado.
La parte más difícil del protocolo, según la investigadora Claudia Treviño, es la búsqueda de los bloqueadores, misma que ya inició en el IBt con la utilización de venenos de alacrán, araña y serpiente en los laboratorios de los investigadores universitarios Lourival Possani y Alejandro Alagón, expertos en antivenenos.
Arturo Picones, que se vinculará al proyecto tras regresar de la Universidad de California, en Berkeley, es experto en el equipo Multi Clamp, que hace registros electrofisiológicos de manera automatizada; ha trabajado en el desarrollo de fármacos en empresas, donde se utiliza este tipo de tecnologías para búsquedas masivas.