Tal y como muestra un estudio publicado en el último número de Revista Española de Cardiología (REC), llevado a cabo por el Instituto Cardiovascular y el Servicio de Radiología del Hospital Universitario San Carlos de Madrid, el uso de la tomografía computarizada multidetectores (TCMD) no sólo permite ver la placa y la pared de las arterias con precisión, sino que es capaz de evaluar el curso, el diámetro luminal y la relación anatómica de estos vasos, aportando una oportunidad, hasta ahora desconocida, de diagnosticar el puente miocárdico, una patología muy frecuente en la población a pesar de que un tercio de los afectados no conoce su enfermedad por no presentar síntomas hasta estados muy avanzados, cuando ya se ha producido una isquemia miocárdica que impide el aporte de sangre rica en oxígeno al corazón.
Entre enero de 2007 y diciembre de 2010, se incluyeron consecutivamente en el estudio a 393 pacientes que fueron atendidos por dolor torácico. Se identificaron las características clínicas y demográficas de cada uno de ellos (sexo, edad, factores de riesgo cardiovascular o padecimiento previo de alguna enfermedad cardiovascular). A todos ellos se les realizó una TCMD, detectando que 82 de las personas estudiadas (20,9 por ciento) padecían uno o varios puentes miocárdicos, la mayoría de las cuales (87,2 por ciento) se situaban en la arteria coronaria descendente anterior izquierda media.
Los resultados de este estudio indican que el puente miocárdico probablemente sea la causa más habitual de dolor torácico en aquellos pacientes más jóvenes con menor prevalencia de hiperlipemia (nivel anormalmente alto de sustancias grasas en la sangre, llamadas lípidos. Los lípidos incluyen el colesterol y los triglicéridos).
Hasta ahora, el método de referencia para el diagnóstico del puente miocárdico era la coronariografía con comprensión sistólica de un segmento coronario (el característico efecto 'milking'). No obstante, 'se reconoce que la coronariografía convencional subestima la prevalencia de esta patología, pues ofrece una visualización que se limita a la luz del vaso, lo que exige que los investigadores se basen en signos indirectos que son bastante insensibles a variantes superficiales de puente miocárdico con una compresión sistólica mínima o sin compresión sistólica', explica José Alberto de Agustín, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y cardiólogo del Hospital Universitario San Carlos de Madrid.
'En pacientes con puentes finos, se puede pasar por alto el efecto 'milking' y pueden requerir el uso de técnicas de imagen adicionales y pruebas de provocación', añade el especialista.
