Con la llegada del buen tiempo, suben las temperaturas, lo que favorece la aparición del pie de atleta en muchas personas que están en contacto directo, estrecho y continuo con el agua. Se trata de una infección fúngica bastante frecuente, que puede llegar a afectar al 70 % de la población.
Al ser muy contagiosa, es importante detectarla a tiempo para iniciar el tratamiento lo antes posible y evitar que haya una sobreinfección por otros microorganismos.
Los responsables de la infección del pie de atleta son los dermatofitos, concretamente T. rubrum, T. mentagrophytes y E. Floccosum.
Para evitar su aparición es importante mantener los pies bien secos y utilizar calzado que transpire.
Hay que tener en cuenta que en una misma lesión del pie de atleta pueden confluir varias especies de microorganismos. Es lo que se conoce como parasitación combinada. Cuando hay presentes diferentes especies en distintas lesiones simultáneas se produce una parasitación concurrente, y cuando hay diferentes especies en la misma lesión en distintos momentos se da lo que se conoce como parasitación consecutiva.
Predisposición
Según se recoge en la Guía de buena práctica clínica en infecciones fúngicas, parece ser que hay alguna predisposición hereditaria a la infección de los pies por dermatofitos. Incluso se ha sugerido una transmisión autosómica dominante de dicha tendencia. A esto hay que añadir que el calor y la maceración cutánea son unos elementos muy importantes en la aparición de la infección por los mencionados dermatofitos. Además, el pie de atleta es muy común, sobre todo en varones. Su contagio suele ser de forma indirecta, cuando se entra en contacto con ambientes contaminados, como pueden ser duchas de gimnasios o piscinas, o cuando se comparte calzado o toallas. Hay que tener en cuenta que el pie de atleta aparece en personas que suelen tener una buena respuesta inmune a la infección por dermatofitos. De hecho, se dan algunos casos en los que no evoluciona y se produce una curación espontánea. Pero, en estos casos, hay que tener cuidado porque pueden recidivar y volver a aparecer cuando se suda en exceso y cuando el pie se ve expuesto a ambientes húmedos y cálidos.Diagnóstico
El diagnóstico del pie de atleta se puede llevar a cabo con una exploración física. Hay que tener en cuenta que el síntoma más común es el picor, ya que la mayor parte de los pacientes dicen tener prurito en la zona donde están situadas las lesiones cutáneas. Las lesiones del pie de atleta se pueden confundir con el eritrasma. Las lesiones de dicha infección son marrones y uniformes, además presentan escamas y sus bordes no son activos. Cuando se visualizan a través de la lámpara de Wood son de color rojo coral con fluorescente. Las lesiones del pie de atleta pueden presentar dudas con las propias de la dermatitis de contacto, que se caracterizan por su presentación en forma de manchas rojas que pican y, en ocasiones, supuran. Como se suelen localizar en la zona del pie propia del calzado, puede llegar a generar confusión con respecto al pie de atleta. Una de las características que las diferencia es que las lesiones no se localizan entre los dedos de los pies.Diferencias
Los eccemas del pie son otras de las lesiones que pueden generar confusión a la hora de establecer el diagnóstico del pie de atleta. Mientras que las del pie de atleta ya las hemos comentado, las propias del eccema se caracterizan porque son manchas rojas en la piel que pican. No se localizan entre los dedos de los pies. Suelen aparecer en personas que son atópicas. Por su parte, el pie de atleta puede plantear problemas para diferenciarlo de las lesiones propias de las psoriasis. Para poder establecer un correcto diagnóstico hay que tener en cuenta que las lesiones de la psoriasis presentan márgenes nítidos y escamas plateadas. Un aspecto a tener en cuenta es que, por lo general, además de en los pies, las lesiones propias de la psoriasis se localizan en distintas partes del cuerpo. Además, hay que considerar que las personas con psoriasis pueden desarrollar pie de atleta. Por este motivo, es importante confirmar la presencia del pie de atleta en pacientes con psoriasis. Otra de las lesiones cutáneas a tener en cuenta es el intertrigo por infección bacteriana o por cándida. Por lo general, esta lesión se presenta con un enrojecimiento de la piel que es mucho más llamativo que el que aparece con el pie de atleta. Además, dicha lesión además de en los pliegues de los dedos de los pies, puede localizarse en otros pliegues del cuerpo.Tratamiento
Los antifúngicos tópicos son el tratamiento estándar para el pie de atleta. El clotrimazol, principio activo de Canestén, ofrece una eficacia que se traduce en el 95 % en la tasa de curación micológica y un 96 % en la tasa de curación clínica. Se puede aplicar de diferentes formas, dependiendo de la formulación que se adquiera. Además de dicha pauta terapéutica, se recomienda extremar la higiene y el secado de los pies para no favorecer la aparición de dicha infección fúngica.Bibliografía recomendada
- Canestén. Micosis. Pie de atleta.
- Guía de buena práctica clínica en infecciones fúngicas. OMC. Ministerio de Sanidad. Disponible en: https://www.comsor.es/pdf/guias/GBPC%20INFECC%20FUNGICAS.pdf